• Los organizadores no ofrecieron detalles de cómo planean recibir a más de 100 mil personas en el circuito con protocolos de seguridad frente al virus
Washington, Estados Unidos. Los organizadores de las 500 Millas de
Indianápolis dieron a conocer que celebrarán la famosa prueba de
automovilismo el 23 de agosto; en marzo pasado se replanteaban fechas
tentativas que definirían un nuevo calendario de acuerdo con la evolución de la
pandemia por COVID-19.
La edición 104 de la carrera de IndyCar
estaba originalmente programada para el 24 de mayo. Es la primera ocasión en
que la emblemática carrera del circuito Indianapolis Motor Speedway, de 2,5
millas (4 km), se celebrará fuera de su tradicional fecha del mes de mayo en
más de un siglo de existencia.
Al más puro estilo de la NASCAR Cup, que
retornó a los óvalos en mayo, y que ha celebrado varias fechas de su propio
campeonato retando los embates de este virus a través de la intentona por
llevar público a las gradas evitando que se enfríe la pasión por este deporte,
recuperando así el camino del lucrativo negocio que envuelve este adrenalínico
ambiente.
En las últimas dos fechas, en el
Homestead-Miami Speedway con mil espactadores y en el Talladega Superspeedway, Alabama
permitiendo hasta 5 mil asistentes, NASCAR puso el ejemplo que ahora IndyCar
sigue de una forma aún más desafiante.
"Nos comprometemos a correr la Indy 500
el domingo 23 de agosto y daremos la bienvenida a los aficionados al mayor
escenario de carreras del mundo", dijo el presidente de Speedway, J.
Douglas Boles.
"Limitaremos la asistencia a
aproximadamente el 50% del aforo del recinto y también estamos ultimando una
serie de medidas adicionales de salud y seguridad cuidadosamente consideradas",
agregó.
Los organizadores no ofrecieron detalles de
cómo planean recibir a más de 100 mil personas en el circuito con
protocolos de seguridad frente al virus.
"Revelaremos los detalles específicos de
nuestro plan integral en las próximas semanas", señaló Boles.
Tras cancelar abruptamente su inicio de
temporada en marzo por la irrupción del coronavirus, la serie IndyCar se puso
en marcha de nuevo a principios de junio con el Gran Premio de Fort Worth
(Texas), sin la presencia de aficionados.