La Paz, Baja California Sur.- Un malecón con mucha afluencia vehicular pero pocos comensales en los restaurantes; meseros con caretas, guantes y cubrebocas, y trabajadores adaptando aún los espacios, es el panorama en el reinicio de actividades de miles de sudcalifornianos, luego de las restricciones por la pandemia de COVID19. 


Con un total de 488 casos activos, 53 defunciones y un acumulado de 973 positivos a COVID-19, la entidad pasó del semáforo rojo al naranja. 

Ya desde el domingo, en La Paz se pudieron observar a muchas más personas en la calle y en los comercios, grandes o pequeños, sobre todo en los esenciales como supermercados

Las grandes cadenas comerciales siguieron con sus protocolos, gel antibacterial, personal de seguridad ordenando el acceso y la gente ubicándose en las marcas en el piso para entrar, tomando los carritos sanitizados. 

En el malecón, a mediodía, el presidente municipal, Rubén Muñoz Álvarez, hizo el protocolo de apertura, para automovilistas y ciclistas, y pidió prudencia. 


Y es que aún no se abrirán las zonas recreativas para pasear, a fin de evitar aglomeraciones. Las 22 playas tendrán un aforo del 30 por ciento que, según dijo, será verificado. 


La emblemática Playa Balandra, frecuentemente visitada por miles de turistas residentes o extranjeros tendrá que esperar. Segurá cerrada. 

Es lunes de quincena a mediodía, Guadalupe Fernández es gerente de uno de los restaurantes de la zona dorada del malecón que sí abrió con toda la actitud y los protocolos. 


Ahí, en el Bismarkcito, los meseros portan caretas y cubrebocas, el menú está en un código QR, la mesas separadas. Ya algunos comensales llegaron, pero apenas ocupan unas cinco mesas.


Platica que si no fuera pandemia, todo estuviera más movido, un lunes de quincena, de cualquier otro año sin COVID19. "Sabemos que poco a poco saldremos adelante", expresa. 

Una importante circulación en la avenida costera Álvaro Obregón y en las principales calles de La Paz, pero poca gente al menos en el arranque, en la zona turística y restaurantera. 


Así, en La Paz, muchos ciudadanos han reiniciado sus actividades, algunos asumiendo el riesgo porque la pandemia sigue y aumentan los contagios de forma acelerada en la entidad, pero otros, aunque el semáforo está en naranja, han decidido esperar un poco más.