• AMLO y su estrategia paranoica de buscar culpables en el pasado sin aplicar soluciones a la crisis sanitaria y económica • El sentido común de las autoridades locales prevaleció y evitó afortunadamente que se reiniciaran actividades en 300 municipios • Se registran 334 muertes más para sumar un total de 5 mil 666 muertes por Covid-19 a pesar de las fantasiosas expresiones triunfalistas del jefe del ejecutivo federal
Una de las estrategias que ha
utilizado el gobierno que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha
sido el calificar de “ataques y politización de los adversarios” a todas
aquellas decisiones y acciones que evidentemente no han brindado los resultados
positivos esperados por parte de quienes defienden la llamada Cuarta
Transformación.
Obviamente en estas medidas se
busca principalmente desacreditar a quienes no están de acuerdo con las
decisiones tomadas por el gobierno federal, sobre todo en cuanto a la crisis
sanitaria y económica, por lo que desde la trinchera mediática en que se ha
convertido la conferencia de prensa mañanera de López Obrador, se pretende
establecer una percepción favorable para las decisiones presidenciales.
Y casi lo han logrado, aunque
desgraciadamente para el mandatario nacional las evidencias superan las
calificaciones morenistas a favor de sus determinaciones.
En materia sanitaria, aunque
el Presidente diga y vuelva a decir que la situación ya está superada, lo
cierto es que los números son muy contundentes y tan solo ayer el número de
muertos alcanzó el segundo día más letal, desde que inició el conteo de los
fallecidos por Covid-19.
Se registraron 334 muertes más
para sumar un total de 5 mil 666 muertes lo que torna fantasiosas esas
expresiones triunfalistas del jefe del ejecutivo federal, que con un cinismo
impresionante, afirma que “ya se domó” la pandemia. Nada más lejos de la
verdad.
Por ello a pesar del acuerdo
tomado desde Palacio Nacional que autorizó a más de 300 municipios para que
reiniciaran actividades en diversas entidades del país, simple y sencillamente
no lo hicieron.
El sentido común de las
autoridades locales prevaleció y evitó afortunadamente que se reiniciaran
actividades.
No hay condiciones para
reactivar la economía como quisiéramos.
Además, como si las
condiciones estuvieran de lo mejor cuando ya se han perdido más de medio millón
de empleos, (cifra que puede llegar a cerca del millón y medio de empleos
perdidos) en los últimos meses, ahora se agrega el tema de la política
energética que se opone a la utilización de energías limpias y la participación
en este tema de empresas privadas mismas que a su vez, como si fuera poco lo
que pasa, ya han solicitado una lluvia de amparos.
El gobierno federal tendrá
además, que entrar a una cancha de litigios donde todo parece indicar que
tendrá adversidades también en los tribunales.
Baja California Sur por su
cuenta, ha tomado la decisión a través del gobierno estatal y sus municipios
con base a los datos que tienen las autoridades de salud, de no reiniciar aún
las actividades económicas justamente para no poner en riesgo la salud de la
población.
Hasta el cierre de este
espacio aún se contabilizaban 29 muertes por Coronavirus en la entidad y lo que
se pretende es que esta cifra no aumente.
Para ello es importante que la
población se mantenga en sus respectivas casas por lo que las autoridades han
hecho el llamado en ese sentido.
Es preferible que no se
registren muertes, aunque la economía está cada día más deprimida.
La economía se puede recuperar
tarde o temprano, pero la vida es imposible reponerla una vez que se pierde.
Esperemos que las actuales
condiciones sanitarias y económicas puedan revertirse para que regresemos a la
normalización de todas las actividades sociales y económicas, pero nunca a
costa de la salud de la población.
Ojalá que en ese sentido el
gobierno federal reconozca que las prisas por reactivar al país ponen en enorme
riesgo la salud de la comunidad y eso históricamente llevará una carga de culpa
que difícilmente podrá superar el obcecado presidente López Obrador.
Veremos qué sucede en las
próximas semanas, aunque ayer quedó claro que la reducción de muertes por
Covid-19 aún está lejos de alcanzar.
Está claro que hasta ahora se
mantiene como la actitud más adecuada el quedarse en casa.
Hagamos por nuestra parte, lo
que esté al alcance.
Y esperemos que el gobierno
federal asuma su responsabilidad y deje a un lado la paranoia que parece
registrar la Presidencia de la República.
Ya veremos qué sucede.