• Se cumple medio siglo de la publicación de Posdata, el ensayo que fue pensado como un mural en el que desfilan personajes y situaciones clave de la historia nacional
Ciudad de México.- Herejía, heterodoxia,
reniego, disidencia; una suerte de proceso judicial historiográfico, una
bisagra entre pasado y presente; una adenda, una reflexión ‘a posteriori’; una
interpretación atípica, un diagnóstico vigente. Esto es el ensayo Posdata (1970), de Octavio Paz,
según cuatro estudiosos de su obra.
A 50 años de su primera publicación en Siglo
XXI Editores, Danubio Torres Fierro, Adolfo Castañón, Hernán Lara Zavala y
Armando González Torres analizan el lugar que ocupa en la obra ensayística del
Nobel de Literatura mexicano y su vigencia.
Paz
aclaró que estas páginas desarrollan y amplían la conferencia que dio en la
Universidad de Texas el 30 de octubre de 1969. “Su tema es una reflexión sobre
lo que ha ocurrido en México desde que escribí El laberinto de la soledad (1950),
de ahí que lo haya llamado Posdata”.
Castañón dice que el título se debe a
Laurette Sejourné, antropóloga y discípula de Claude Lévi-Strauss. “Fue escrito
cuando Gustavo Díaz Ordaz aún era presidente y cuando Octavio se encontraba en
esa intemperie que fue el intervalo entre su salida de la Embajada de la India
y su regreso a México”.
Dividido
en tres partes, Olimpiada y Tlatelolco, El desarrollo y otros
espejismos y Crítica de la pirámide”, Castañón explica que Posdata puede
ser leído de varias formas.
Una primera lectura sería considerar que es
un alegato, una historia mínima de México, una guía por los pasadizos
subterráneos y los espacios y escenarios públicos de la historia del país.
Es también una suerte de proceso judicial
historiográfico para ir en busca de las razones profundas que produjeron la
violencia en 1968; y es, en fin, una especie de mural al estilo de los de Diego
Rivera, donde van desfilando los personajes y las situaciones clave de la
historia nacional”, agrega.
El poeta subraya que “concluye con una frase
poética que deja abiertas las puertas al porvenir: ‘Tenemos que aprender a ser
aire, sueño en libertad’. Libertad es la última palabra del ensayo”. Y añade
que si la última palabra es ‘libertad’, la primera frase es ‘1968 fue un año
axial’.
El ensayista destaca la vigencia de la
metáfora de la pirámide con la que Paz compara a México, “con sus implacables
jerarquías y, en lo alto, el jerarca y la plataforma del sacrificio”.
Podría pensarse que en 2020, en una sociedad
cada vez más fragilizada por la violencia, el valor simbólico de esa
construcción está relativizado; y que los nuevos dispositivos electrónicos, que
imponen cierta transversalidad, matizan la vigencia del orden piramidal.
Pero ahí están, reacios y obstinados, los
hechos que afirman la existencia y la vigencia de la pirámide. Por eso, el
llamado de Paz a la liquidación de los ídolos dentro de nosotros a través de la
crítica y el diálogo no ha perdido vigencia”, señala.
Tras
leer Posdata desde
1972, Danubio Torres aclara que “el posible llamado a la crítica y la reflexión
por parte de Paz debe entenderse como una estrategia intelectual que, en el
ensayo literario o político, situaba a la herejía como rasgo distintivo.
Si se revisa desde el ahora la trayectoria
intelectual y moral de Paz, se descubre que la herejía dominó el horizonte de
sus mejores dichos y textos y que ésta quiere decir heterodoxia, polémica,
reniego, disidencia”, admite.
El crítico literario uruguayo indica que “y
si reniego es un levantamiento contra algo considerado como intocable y
sagrado; disidencia implica una voluntad por analizar ideas y acontecimientos
desde una posición que propone y arriesga una ruptura con lo canónico.
Se trata de la puesta en práctica
(intelectual y moral) de la herejía y la disidencia en un sentido convergente
con el que la modernidad aprobó tales palabras: como expresiones que hacían de
la oposición y la contracorriente sus leyes más íntimas y afiladas”, considera.
Y observa que “el talante antidogmático,
rebelde y libre de Paz es el hilo de oro. Y algo más: su negativa a creer en o
crear una utopía. No se halla en su pensamiento confianza en una Arcadia, sea
terrena o celestial. Lo que resuena es la construcción de una antiutopía”.