Una filósofa de la ciencia explica
La Paz, Baja California Sur.- A pesar de que los casos de COVID-19 se cuentan por millones en el mundo y miles de personas han perdido la vida por dicha enfermedad en el país, la ciudadanía se resiste a reconocer una realidad como esta y sus efectos. Quizá la filosofía tiene la respuesta.
Diario El Independiente Entrevistó a la Dra. Mónica Ramírez Solís catedrática de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, filósofa y especialista en ciencia, tecnología y comunidades del conocimiento.
Diario El Independiente: ¿Por qué la gente se resiste a creer realidades científicas? Por ejemplo, la existencia de un virus como SARS-COVID-2 y sus efectos.
Mónica Ramírez: Cuando escucho algo así inevitablemente pienso en Luis Villoro. Villoro decía que creer es una disposición de la mente necesaria para saber. Según Villoro, hay una creencia fuerte, la que lleva al conocimiento; y una débil, la más común, una creencia como suposición, una opinión sin seguridad ni certeza de lo que se cree pero que aceptamos como conocimiento porque es más fácil de entender, o porque viene de alguna fuente que se le otorga autoridad como a una ideología o personaje, alguien que es famoso, pero no necesariamente por su capacidad.
En las últimas décadas el conocimiento por fe se desplazó de los “médicos, profesores y sacerdotes”, a los medios masivos de comunicación con una influencia apabullante. Sin duda hoy en día, son las redes sociales informáticas el medio a través del cual se crean opiniones con una trascendencia tal, que promueve acciones. Creo que las redes son instrumentos con doble filo y efectivamente transforman a la sociedad, para bien o para mal.
Lo anterior tiene que ver con una ausencia o raquítica educación de las personas, porque no han tenido o aprovechado la oportunidad de asistir a la escuela y desarrollar sus capacidades, algo que en este país es un privilegio, por cierto.
Esto importante, porque todas las personas somos inteligentes o poseemos esa potencia, pero si no se desarrolla, si no hay un pensamiento crítico, la ignorancia hace de las suyas y cada quien cree lo que le parece mejor sin mayor fundamento.
¿Por qué la gente se resiste a creer? En realidad, existen muchos factores. Pienso también en que los mexicanos, en lo general, somos una sociedad muy desconfiada, y habrá razones o no para ello pero paradójicamente, a veces somos muy exigentes para una cosas y para otras no, hay quien se creen todo. Lo que pasa hoy con el tema del COVID-19, una cuestión en la que se pone en riesgo la vida, sin duda tiene que ver, además de lo ya expuesto anteriormente, con una debilidad de liderazgos del más alto nivel del gobierno.
Yo creo que no se ha han tomado decisiones a tiempo, hay contradicciones, el propio presidente al principio se mostró incrédulo, no da el ejemplo, etc. y eso sin duda influye en la gente que le sigue y piensa en él como una autoridad con poder.
DI: ¿Es necesario la recurrir a coerción para evitar la propagación de ideas contra la salud pública?
MR: No, no debería ser necesario recurrir a la coerción para evitar la propagación de ideas. Pero se convierte en un tema dilemático, porque cuando se pone en riesgo la salud y hasta la vida de otras personas, podría no haber opción, los gobiernos tienen la responsabilidad de resguardar la salud y la vida de sus ciudadanos, y por otro lado, están los Derecho Humanos de toda persona a la libertad, a la libre expresión, al libre tránsito, y demás.
Lo ideal es que cada persona sea capaz de autorregularse, pero eso requiere de conciencia de sí, pero estudiarse a uno mismo es el arte más difícil; tener conciencia significa también ser libre y asumirse libre para hacer elecciones y tomar decisiones, eso me recuerda un silogismo hipotético:
Si un ser humano es libre, entonces es responsable de su conducta. Si un ser humano es responsable de su conducta, entonces evita realizar acciones negativas. Por lo tanto, si un ser humano es libre, entonces evita realizar acciones negativas.
El argumento anterior puede ayudar a entender la realidad, muchas personas deciden no hacer caso, no creer, no asumir responsabilidad; cómo podemos observar, la realidad es distinta de lo ideal, y muchos podrán tener explicaciones de su conducta (que tiene que trabajar; que cree que es mentira; que es una gripe cualquiera; y un largo etcétera) pero no los justifica ante una situación como la actual donde está en riesgo la salud y todo lo que de ello se desprende, amén del egoísmo extremo que esas actitudes reflejan.
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En la segunda entrega de esta entrevista, la filósofa Mónica Ramírez nos explica sobre la forma en que la ciencia se convierte en creencia y las alternativas que se pueden aplicar contra la coerción y la sanción de los ciudadanos parecen negarse a creer en las realidades científicas.