• La Casa Morton subastará por primera vez 159 lotes con piezas de este acervo, integrado por un inmigrante ucraniano que se estableció en México y recuperó obras de arte valiosas
CIUDAD DE MÉXICO.
Dos navetas de plata del siglo XVI, con
estructura en forma de nao, decoradas con barandillas, flores de lis, motivos
vegetales y geometrías que simulan madera, son las piezas más antiguas,
pertenecientes a la Colección Backal, que se subastarán el próximo 12 de mayo
con un precio de salida de entre 80 mil y 120 mil pesos. Y el pastel sobre
papel Retrato
de dama, del pintor francés Édouard Pingret (1788-1875), con un
precio de salida de entre 150 mil y 250 mil pesos, es la obra más reciente de
este acervo que se rematará por primera vez.
Integrada poco a poco desde hace un siglo por
un inmigrante que salió de un pequeño pueblo cerca de Kiev (Ucrania) en busca
de mejores condiciones de vida y se estableció en México, y sus descendientes,
la colección que ofrecerá la Casa Morton está dividida en tres categorías:
plata virreinal, miniaturas y pintura mexicana.
“Es uno de los acervos más estudiados y
exhibidos del país. La gran mayoría de las piezas han participado en muestras
relevantes y, por lo tanto, se han tomado como fuente para ahondar en el
conocimiento más preciso de cada temática. Se desconoce el número exacto de
obras que lo integran; pero, por lo pronto, la familia ha decidido subastar 159
lotes”, comenta Fernanda Marín García.
La
especialista en Antigüedades afirma en entrevista que la familia se dedicó
a comprar piezas por todo el mundo, pero se centró en lo mexicano. Y se han
exhibido en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el International
Museum of Art and Science de McAllen, Texas, y en el Museo de Artes Aplicadas
voor Sierkunst de Bélgica; y, en México, en el Franz Mayer, el Amparo de Puebla
y el Soumaya.
Explica que la categoría de la plata contiene
obras de los siglos XVI al XIX, muchas de ellas religiosas, como navetas,
incensarios, custodias, cálices, copones y benditeros; además de algunas de uso
cotidiano, como jarras, candeleros, platones y mancerinas.
“Comprende también
ejemplares diseñados por autores del repertorio limitado de orfebres que se
conoce en cada periodo. Y tienen los sellos de los ensayadores mayores y el
quinto real, que son las certificaciones que ponía la Corona española para que
la plata tuviera la mejor calidad posible”, agrega.
“La plata fue uno
de los materiales más utilizados en la Nueva España. Todos estos ejemplares son
de autores novohispanos poco conocidos, entonces es importante tener una pieza
de ellos”, expresa.
La valuadora agrega que las miniaturas elegidas para la subasta
constituyen un amplio muestrario de las técnicas, materiales, lugares de origen
y temas que abarcó este género.
“Los relicarios,
por su parte, conformaron una de las vertientes de este formato de producción.
Contamos con creativas imágenes de uso diario en distintos soportes, que dan
cuenta de las prácticas devocionales de la población. Tenemos del Viacrucis,
Vírgenes de la Soledad o Dolorosas, que son las más repetidas; pero también de
Santa Catalina de Siena o Santa Bárbara, San Pascual Bailón y Guadalupanas”,
añade.
Señala que el retrato civil y militar fue otra rama de las obras a
pequeña escala. “Las efigies del primer tipo tenían la finalidad de ser
recuerdos portátiles de seres amados; en cambio, en el caso de los militares o
personajes históricos, el objetivo de plasmar las imágenes era preservar la
memoria de su incursión en los conflictos armados y hechos relevantes”.
Indica que entre
las miniaturas destaca el Retrato de dama, un
gouache sobre lámina de marfil del pintor clásico Juan Cordero (1822-1884),
quien, además de dar vida a lienzos grandes, hizo un par en pequeño formato.
“Éste es uno de los pocos que se conocen. Está firmado y se nota su estilo”,
apunta.
También llaman la atención, prosigue, “unas miniaturas en cera modelada
sobre vidrio que son conmemorativas; una de la coronación de Agustín de
Iturbide y otras de héroes de la Independencia, como Josefa Ortiz de Domínguez
y Hermenegildo Galeana, que después se usaron como modelo para hacer retratos
en mayor formato”.
En cuanto a la pintura, dice que “contamos con escenas de corte
religioso, principalmente del siglo XVIII. También hallamos creaciones de la
autoría de personajes que intervinieron en la Academia de San Carlos, como
Leandro Izaguirre, Adrián de Unzueta y el ya mencionado Édouard Pingret, al
igual que algunos dibujos atribuidos a Santiago Rebull y Germán Gedovius”.
Del mexicano
Gedovius (1867-1937) se rematará la acuarela sobre papel Retrato de la señora doña Juana G. de Valenzuela (1899),
con un precio de salida que oscila entre 30 mil y 50 mil pesos.
La subasta se realizará “con sana distancia” el 12 de mayo, a las seis
de la tarde, y se transmitirá en vivo en la página de internet de Casa Morton.