CIUDAD DE MÉXICO.

“Hay gente que pierde su trabajo durante la pandemia, que está enferma y que lo va a pasar muy mal. Además, los problemas económicos van a ser durísimos y, a pesar de todos, estamos vivos y esto es un milagro, es algo extraordinario, por muchas dificultades que tengamos”, planteó ayer el escritor Javier Cercas (España, 1962), durante la videocharla titulada Contra los populismos. La batalla por el relato de la realidad, organizado por el Hay Festival 2020 como parte de la serie Imagina el Mundo después del covid-19.

“Y por muy dura que sea la vida, hay que celebrar permanentemente el milagro de estar vivos, porque es un auténtico milagro. ¿Cuántos millones de azares han tenido que ocurrir para que ustedes me estén escuchando y yo les esté hablando en este momento?, ¿cuántos millones de azares?”, dijo el autor de Soldados de Salamina, El impostor y El monarca de las sombras.

Y añadió: “Hay un verso de Vicente Aleixandre, un gran poeta español, que dice ‘Entre dos oscuridades, un relámpago’ y eso es lo que somos, eso es la vida, un relámpago entre dos oscuridades, una cosa efímera y milagrosa que hay que disfrutar y celebrar como lo es un auténtico milagro”.

“Y por muy complejo que sea (el problema) hay que abrazarlo (porque) no hay nada más, no hay vida ultraterrena. Esto es lo que hay y es lo que hay que disfrutar. Éste es un momento para entenderlo y podríamos aprender que, por dura que sea la vida, es lo único que tenemos y es lo que debemos celebrar”, apuntó el ganador del Premio Planeta 2019.

Cercas reconoció que durante los dos últimos meses se ha planteado muchas preguntas. Por ejemplo si la pandemia cambiará la literatura o qué fruto inmediato entregará, lo cual es imposible de responder.

“Pienso en los frutos que deparó la crisis provocada por la epidemia de la gripe española que, a principios del siglo XX, mató a más de 40 millones de personas y realmente los frutos directos son escasos. Pienso en El cuaderno gris, de Josep Pla, uno de los grandes libros de la literatura catalana que empieza justamente cuando él tiene que marcharse de Barcelona, porque cierran la universidad a causa de la epidemia”.

Sin embargo, consideró que esta pandemia sí dará frutos positivos en la literatura, “porque a menudo lo que es malo para la vida es bueno para la literatura y, a la inversa, lo que es bueno para la vida es malo para la literatura, ya que la literatura vive del conflicto y de la discordia, del dolor, de las crisis y de lo malo, no de lo bueno. (Así que) en un mundo feliz lo más probable es que no habría literatura”.

Y agregó: “No habría novelas y poesía, quizá, poca y mala, muy mala. Pero novelas no. Los novelistas, en cierto sentido somos como los periodistas: animales carroñeros que nos alimentamos de lo malo, de la discordia y del dolor”.

“Somos lo peor de lo peor. En el mejor de los casos somos alquimistas, como esos hombres que intentaban convertir el hierro en oro, es decir, los mejores de nosotros convierten el dolor, la discordia y las catástrofes en algo bueno.

“Convierten todo eso en sentido y en belleza, y de ahí la importancia de la literatura, de ahí su utilidad extraordinaria en esa conversión de lo malo en bueno”, abundó el también autor de Anatomía de un instante.