• Las tajadas de la desgracia
Todo parece indicar que el
gran esfuerzo de un gobierno como el de Andrés Manuel López Obrador por sacar
adelante a los más desprotegidos, hoy, --de frente a la Pandemia-- se vuelve
una terrible encrucijada. En donde al parecer la falta de estrategias y de
voluntad, lo mismo que la ceguera, torna mucho más difícil ver la luz al
final del túnel.
¿Por qué? Simplemente porque
únicamente los ricos, que no dejan de ser los propietarios de consorcios y
grandes empresas, son justamente los que están sacado ventaja de esta
desgracia. Y sin importarles el dolor ajeno, son quienes están haciendo su
agosto con la Pandemia.
Todo esto, mientras los otros,
es decir los de abajo, los más jodidos, están librando una guerra
desigual. Digamos, una batalla mucho más difícil al realizar una cruenta
lucha con uñas y dientes para lograr sobrevivir.
Podemos hacer una corta lista
de acaudalados que sacan grandes tajadas de la Pandemia (a consta del sufrimiento
de los pobres), entre los están los Bancos y las Casas de Empeños. Sin
descartar las Sorianas, las Leyes, y los Chedrauis, que nunca han cerrado sus
puertas por la Pandemia.
Igualmente observamos el
Mercado Negro --más negro que el crespón que portan los deudos de los muertos
por Covid--, de parte de las Funerarias y las grandes empresas dedicadas a la
venta de Respiradores, Cubrebocas y Mascarillas (supuestamente Quirúrgicas), y
quienes incluso se dan el lujo de gastar cientos de miles de pesos al ofrecer
sus productos a través de spots televisivos.
Y donde no pasan
desapercibidos los prestamistas particulares quienes al libre albedrío
practican la usura y el agiotaje a través de cuya actividad pareciera que
impunemente cuentan con la coparticipación de las autoridades, haciéndose
de la vista gorda, en tanto se aprovechan al establecer intereses superiores a
los del mercado, lesionando con ello aún más la economía de las personas y
provocando un grave detrimento al patrimonio familiar.
Respecto a las casas de
empeño, se reafirma que es un hecho que están haciendo su agosto con la
pandemia desde el mes de marzo. Toda vez que en años anteriores la gente acudía
en las mismas fechas después de Semana Santa, cuando se gastaban todo en sus
vacaciones, pero ahora están empeñando sus pertenecías desde marzo pero para
sobrevivir. Y nada menos los reportes de casas de empeño indican un aumento
entre el 10 y 20 por ciento en el número de personas que acuden a dejar sus
bienes por préstamos, pero en algunas el incremento llega a más del 50 por
ciento.
En cuanto a las funerarias, un
reporte del Consejo Mexicano de Empresas Funerarias, reveló que en México
existe actualmente un “mercado negro”, y un descarado abuso de cuando menos
tres mil locales, que no cuentan con la infraestructura especializada; ni
tampoco cumplen con los protocolos para la atención de personas fallecidas por
coronavirus (COVID-19); por lo que existe un riesgo de contagio.
Más aun, dice la organización
que, en el caso específico de la Ciudad de México, las funerarias “hacen su
agosto” en plena pandemia, ya que realizan cobros excesivos por su servicio
para fallecidos de COVID-19. Y que debido a la contingencia y saturación de
estos establecimientos algunas familias tienen que esperar hasta 48 horas para
la inhumación de su familiar. Y lo que es peor, se ha reafirmado que algunas
funerarias han caído en el clandestinaje.
Advierte el Consejo que
ciertas empresas funerarias aprovechan la coyuntura por la pandemia de
coronavirus que los llevan a cometer abusos al realizar cobros excesivos a
familiares de personas fallecidas por Covid-19, pues hay algunas funerarias
clandestinas que cobran de manera excesiva sus tarifas que van desde siete mil
hasta 50 mil pesos. Luego entonces de acuerdo con el Consejo Mexicano de
Empresas Funerarias existe un “mercado negro” a nivel nacional.
Por otro lado, y siendo
realistas, mientras que algunas personas que aún tienen empleo hacen filas en
los bancos y cajeros para sacar el dinero de sus sueldos, otros tantos que
fueron despedidos o que solo les dan un mínimo porcentaje de sus percepciones,
aunados a los que viven del autoempleo, se forman en hileras en las casas de
empeño para lograr sobrevivir.
Es de observarse que de frente
a esta desesperante situación, a los desempleados no les queda otra que correr
el riesgo de perder sus bienes, ya que la cantidad monetaria con que se realiza
el empeño es mucho menor y el porcentaje de interés es mayor al que se pudiera
obtener con un crédito ordinario. Esto los obliga al empeño para sobrevivir a
la pandemia, luego de que una gran parte de los trabajadores han sido
despedidos o descansados de su trabajo.
Lamentablemente la falta de
dinero y de bienes comienza a reflejarse en los hogares. Lesionando aún más fuerte
a los que tienen que pagar renta de vivienda. De hecho ya no tienen dinero para
pagar servicios y alimentos. Y menos para pagar sus impuestos.
Y, ¿Qué estrategias faltarían
para evitar que se aprovechen de una crisis de salud pública como esta, cuando
la situación actual es caldo de cultivo para prácticas autoritarias y
discrecionales?:
Pues, por sobre todas las
cosas, que en estos cruciales momentos los gobiernos sean más estrictos, se
fajen los pantalones y actúen con mayor energía. Por tanto:
1.- Que de una vez por todas
frenen a todos esos abusivos Usureros que --sin permiso alguno-- explotan a los
incautos al prestarles dinero.
2.- Que en el caso de las
casas de empeño los obliguen a que sean más flexibles en favor de quienes les
encomiendan sus bienes.
3.- Que obliguen a que el
servicio de funerarias sea gratuito, o de mucho menor costo para las familias
que no tienen recursos suficientes para costearlo.
4.- Que los recursos de los
bancos, producto de hacer crecer su dinero con los depósitos de los clientes,
sea revisada y redireccionada a préstamos para actividades productivas
que tiendan a crear empleos, y a una verdadera producción de alimentos, bienes
y servicios.
5.- Que, --mientras las cosas
se normalizan--, que las Leyes, Sorianas y chedrauis, entre otras, bajen sus
precios. Pues sus millonarias ganancias diarias lo permiten.
Ya veremos que así se hará
justicia a los más pobres y se sacará adelante al país.
Cuestión de tiempo.