• Fines de semana largos
Pese a lo que pudieran opinar
mis detractores, debo dejar en claro que en mis bosquejos, que por
aproximadamente 40 años de escribir EN PRIVADO, siempre me he preocupado por ir
en la búsqueda de la imparcialidad y la objetividad.
Y con el escrito de hoy, una
vez más lo dejaré en claro al puntualizar simplemente que en la entrega de la
semana anterior, en este mismo espacio de su preferido Diario El Independiente,
hice un reconocimiento a nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador. Y lo
hice en lo que se refiere a que no metió las manos ante la SCJN para que sus
integrantes vetaran la Ley Bonilla.
Pero hoy, tras enterarme de
que AMLO dio marcha atrás en sus pretensiones iniciales de anular los
llamados “Fines de Semana Largos”, me obliga a señalar algunos fracasos,
algunas las fallas, y algunos de los errores cometidos por el presidente.
Y justamente ese tema, que se
relaciona con los fines de semana largos tiene cabida en cualquiera de los
apartados respecto a fallas, errores o fracasos citados arriba.
¿Por qué? Simplemente
porque en su momento ese acuerdo de eliminar los Fines de Semana Largos,
surgido de la mente del presidente causó grandes desacuerdos tanto en el sector
empresarial y el turístico, al igual que entre la población de general. Y todo
por situaciones que ya todos sabemos.
En efecto, la explicación
oficial al respecto se dio así: “El secretario de Turismo, Miguel
Torruco, anunció que por decisión del presidente Andrés Manuel López
Obrador, no desaparecerán los fines de semana largos o puentes vacacionales,
como estaba previsto que ocurriera el próximo año, lo anterior para reactivar
el turismo interno afectado por la pandemia de Covid-19”.
Lo anterior, pues, nos deja en
claro las decisiones erróneas que ha tomado nuestro presidente, (tal vez sin
consultar previamente a nadie) cuyas decisiones han provocado incluso, la
pérdida de billones de pesos a la administración federal justamente desde que
AMLO asumió el poder.
Y es que lamentablemente, de
acuerdo a la opinión generalizada, las fallas y los errores han surgido desde
siempre y para ilustrar lo anterior recordemos que estos desaciertos del
gobierno encabezado por AMLO iniciaron practicante desde la cancelación de los
trabajos del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), lo que por
supuesto, ocasionó la perdida de muchos millones de pesos.
De allí le siguieron otras
fallas como fue la absurda construcción del denominado TREN MAYA, sin
licitación, sin factibilidad técnica ni financiera, y sin contar con estudios
de impacto ambiental, donde matarían miles de árboles de la selva, lo que
costará 150 mil millones de pesos.
Luego el empecinamiento de
aumentar el gasto social a través de subsidios a jóvenes sin empleo
y brindar apoyos a personas mayores, sin descartar la distribución de
recursos para decenas de programas como han sido Inadem, ProMéxico, CMPT, entre
otros.
Todo lo cual ha provocado un
grave debilitamiento al margen fiscal del gobierno de México, y de lo que por
supuesto, los inversionistas y conocedores del tema han tomado nota,
descubriendo por tanto que todo en su conjunto ha provocado que la deuda
de nuestro país aumente porcentual y considerablemente.
Por supuesto que en el tema
arriba mencionado, no se descarta la estimación de gasto para el resto del
sexenio por 5 mil billones de pesos, para todos los nuevos programas sociales
que regalan dinero, por ejemplo para más de 2 millones de NINIS a través del
fracasado programa Jóvenes Construyendo el Futuro, así como el apoyo a
más de 1 millón de pobladores de los 91 poblados donde viven la mayoría de los
huachicoleros, y el incremento a 8 millones de adultos mayores para pensiones
universales, sin descartar a 2 millones de personas con discapacidad, aun
cuando a estos últimos pudiera asistirle el derecho.
Otro caso lamentable lo es la
cancelación de las rondas de licitaciones planeadas bajo la Reforma Energética
de su predecesor. Además de que se canceló una subasta de producción de
energías renovables, con lo cual se pone en riesgo el compromiso de México de
obtener hasta 30 por ciento de su energía por medio de fuentes renovables de
aquí a 2024.
Dato importante también lo es
los cuantiosos millones de pesos que se están perdiendo al tener decenas de
buques varados en puertos mexicanos (tal como está ocurriendo en los mares
sudcalifornianos) porque supuestamente no pueden descargar los
combustibles, ante las nuevas estrategias gubernamentales.
Sale sobrando hacer referencia
a lo que todos sabemos. Es decir la pérdida de 137 millones de dólares
por haber parado el avión Presidencial, al tratar de venderlo y después (por
otra pifia) intentar rifarlo.
Luego entonces, tras esta
serie (entre otras) de fallas y errores, para nadie resulta extraño que López
Obrador se ha enfrentado con varios grupos prominentes de la sociedad civil
desde que asumió el cargo en diciembre de 2018.
Mucho más cuando se sabe del
cruento enfrentamiento que ha tenido con el sector empresarial, olvidando que
este sector es el que mueve la política económica de un país como el nuestro.
En síntesis, los mexicanos en
general quisiéramos que nuestro presidente ya dejara por un lado esa férrea y
estéril lucha que ha emprendido repetidamente respecto a los que ha dado en
llamar adversarios empresariales y políticos “neoliberales” y “conservadores”.
Y se olvidara de una vez por todas de la supuesta campaña de calumnias,
de guerra sucia y de mentiras, como lo dice.
Debe saber que con estos conflictos
se corre el riesgo de agravar una recesión que comenzó en 2019 cuando la
inversión cayó bruscamente en medio de la incertidumbre sobre la gestión de
López Obrador de la economía, la cual –según afirman los analistas-- podría
caer más profunda si las cosas no cambian.
Finalmente, no debe olvidar
que son tiempos de Pandemia, cuando los mexicanos sufren por la falta de
empleo, lo que podría generar hambruna generalizada.
Cuestión de tiempo.