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Hoy es domingo, 24 de noviembre de 2024

'Cuarentena, espacio para la ternura y el humor': Fernando Savater

• Como parte de la serie imagina el mundo después del covid-19, el filósofo español participó en una videocharla organizada por el Hay Festival 2020

'Cuarentena, espacio para la ternura y el humor': Fernando Savater

CIUDAD DE MÉXICO.

El escenario de la pandemia que hoy enfrenta la humanidad no es el de una guerra, sino más bien el de un peligro colectivo que debe combatirse con solidaridad y conocimiento científico, aseguró ayer el filósofo Fernando Savater (España, 1947) durante la videocharla Apuntes sobre la pandemia, que organiza el Hay Festival 2020 como parte de la serie Imagina el Mundo después del COVID-19, en la que cada semana se presentará un escritor o un pensador de talla internacional.

 

Ayer participó Savater y en las semanas siguientes tocará el turno a prestigiados autores como Javier Cercas, Juan Villoro, J.M.G Le Clézio, Premio Nobel de Literatura 2008, y Elif Shafak. También la socióloga y escritora Saskia Sassen, ganadora del Premio Príncipe de Asturias 2013; la abogada y fundadora del proyecto Inspiring girls, Miriam González; el economista galardonado con el Premio Nobel de Economía Paul Krugman; y el Premio Nobel de Química, Venki Ramakrishnan.

 

El también ensayista literario y autor de libros esenciales como Despierta y lee, Ética para amadorCaronte aguarda y El jardín de las dudas también habló sobre la posibilidad de transformar la percepción de la humanidad, de apreciar las cosas más esenciales de la vida, como la ternura y el calor humano y la necesidad del humor para hacer frente a la pandemia que ha provocado el COVID-19.

 

“Esto no es una guerra, sino un peligro colectivo y hay peligros colectivos que no tienen nada de bélicos, como los terremotos y las inundaciones. Nada de eso es una guerra. Las guerras dependen de una maldad, de enemigos, de adversarios y aquí no los hay y nos enfrentamos a algo que no tiene ningún tipo de aprecio ni desprecio por nosotros en lo que sigue un proceso natural”, expresó.

Para el filósofo español, “la naturaleza es un mecanismo admirable y también implacable. En la naturaleza no vamos a encontrar piedad ni nada de tortura… Y si tenemos que esperar algo, esperar algo de nuestros semejantes, no de la naturaleza”, aseveró.

En su charla, recordó que cuando era muy joven estudió en un colegio religioso, donde le enseñaron la importancia de los ejercicios espirituales como la meditación y la oración. “La idea era que eso nos ayudaría a cambiar de vida y hacernos mejores personas. Ahora he vuelto a recordar esos retiros, mientras escuchamos a esos predicadores laicos, a políticos, y a los regeneradores que quieren salvarnos y desean que seamos buenos. No tengo ningún propósito de cambiar mi vida. Al contrario, ojalá que volvamos a tener la vida que teníamos para disfrutar más de ella. Mi único propósito sería ese: disfrutar más de la vida y quejarme menos”, expresó.

Insistió en que esos peligros naturales, como el COVID-19, se combaten con ciencia y conocimiento. “La vida se hace humana cuando aplicamos la ciencia, no sólo la ciencia física y las tecnologías, sino la ciencia como forma de conocimiento. Así que la literatura también es una forma de ciencia, con el arte, porque cuando aplicamos ese conocimiento dejamos de vivir de manera automática o rutinaria”.

 

EL HUMOR

 

Savater comentó que los seres humanos deben tener un propósito al vivir. “Y esa vida deliberada tiene que basarse en el conocimiento y en la ciencia. Por supuesto también en el sentimiento y en movimientos del corazón, porque es evidente que el sentimiento tiene una importancia enorme en la vida humana, pero lo que orienta el funcionamiento de la vida y de su preservación, cuando estamos amenazados por un peligro, es la ciencia y el conocimiento”.

En este punto, abundó, “lo que debemos hacer es no escuchar a los militares, sino a los científicos y a las personas que tienen conocimiento, a las personas que no nos van a poner a sacar los cañones a la calle, sino que nos darán soluciones,
no basados en estampitas mágicas ni en remedios de un médico brujo, sino de la ciencia, del conocimiento y la experiencia”.

Esto nos llevaría a la solidaridad del ser humano. “Tenemos que ser solidarios y científicos. Esas consideraciones pueden ayudarnos  en una circunstancia de aislamiento, de pérdida de nuestras costumbres exteriores.

“Hay un viejo refrán que dice ‘No hay mal que por bien no venga’, porque de todos los males puede sacarse algo provechoso, todo podemos vivirlo a nuestro favor. Por ejemplo, siempre tenemos libros que no hemos podido leer a falta de tiempo, porque estamos ocupados ganando dinero y ahora tenemos tiempo para hacerlo, para ver esas películas que tenemos olvidadas, pero que nos gustaron en su momento”, añadió.

Además, destacó el pensador, “si tenemos la suerte de tener personas en nuestro encierro, podemos conversar con ellas, ya que muchas veces vivimos con personas con las que apenas nos saludamos… Y nos hace falta esa complicidad del humor, pues el humor es la gran complicidad de los seres humanos, porque nos conocemos y somos cómplices unos de otros, podemos hacer bromas y por eso el humor es tan importante en la vida”.

Por último, destacó que el confinamiento es perfecto para plantearnos una reflexión enfocada a recuperar las cosas que todos hemos perdido.

“Éste es un momento reflexivo para desarrollar la virtud del agradecimiento y de la gratitud, la gratitud a los demás que son como nosotros, vulnerables, porque el agradecimiento es una virtud que puede crecer en el encierro. Podemos estar encerrados… pero agradecidos, sin olvidar que podemos quejarnos menos y disfrutar más de la compañía y la complicidad con los demás”.