La Paz, Baja California Sur.-  Mientras la mayoría de las medidas sanitarias implementadas por el gobierno y la iniciativa privada tienen el objetivo de disminuir el riesgo de contaminación o contagio por el virus que provoca el COVID-19, cerrar sucursales bancarias resulta contraproducente. 

Por una denuncia ciudadana a Diario El Independiente pudo constatar como el banco antes conocido como “Banamex” ha tomado la iniciativa de limitar el número de sucursales que prestan servicio en la capital del estado y con ello aumentó el número de personas en las filas en el resto de las sucursales. 

El mismo ciudadano mostró como la medida provoca largas filas bajo el poco agradable clima de mayo al mediodía en La Paz debido a que las medidas incluyen que las personas deben esperar afuera de las sucursales haciendo fila y, en teoría, guardando “sana distancia” para poder recibir la atención de la sucursal financiera. 

“Es un desmadre” dijo una persona que esperaba afuera de la sucursal, “no hay atención correcta y la gente le da calor, entonces rompe la distancia y decide mejor esperar su turno bajo el sol”. 

No es ninguna noticia que los bancos hagan esperar así a los sudcalifornianos, sin embargo, la decisión de cerrar sucursales no había sido comunicada a los clientes. “Fui al banco que me quedaba más cerca por ahí por la Soriana” y nada, estaba cerrado, tuve que agarrar otro pesero para ir a la sucursal que está más al centro y mira”, dijo una persona señalando la fila donde las personas, detrás de una mascarilla escondían la sonrisa con la que esperaban ser amablemente atendidos por el personal de la institución bancaria. 

“La salud y la seguridad de nuestros clientes es nuestra prioridad”, se puede leer en una hoja de papel impresa en la sucursal, cerrada, del mismo banco quien dice poner a su disposición canales alternos de atención como teléfonos y servicios digitales. 

“Es la tercera vez que vengo a dar de alta mi app” dijo una persona esperando hacer la atención de un ejecutivo, “y es cada que vengo es lo mismo, me hacen esperar y sale otra cosa y me debo ir, para poder pagar mis cuentas con sana distancia debo de venir aquí a que me den de alta y el contagio quién me lo paga, el alcohol lo tienen hasta la entrada” dijo el ciudadano a este matutino. 

A las afueras del banco un vendedor de fruta ofrece jícama con chile, sandía en bolsita, pico de gallo, protegida por una vitrina con hielo, la fruta ofrece sosiego a los cansados cuentahabientes. 

“Yo me ponía en una escuela per ahora vengo diario al banco, hay que moverse a donde está la gente”, aceptó el vendedor quien dijo que sí ha bajado la venta desde la pandemia, pero “no tengo que moverme tanto, los clientes están todos en el mismo lugar”.