Regaló hasta 120 “jates” en el Calandrio, ahora va a ir a otra colonia
La Paz, Baja California Sur.- Por iniciativa propia, al ver las dificultades que enfrentan muchos de sus vecinos en El Calandrio y dado que las ventas cada vez son más difíciles, Manuel Vargas “El Meño” subió las mangas de su camisa y regaló el producto de su trabajo, los deliciosos hot dogs que vende en un puesto en la colonia “El Calandrio” a las personas que más lo necesitaban.
Entrevistado por Diario El Independiente, Manuel explicó que la idea le salió al ver que la gente ya sufre de manera muy clara los efectos de la recesión económica que ha acarreado la contingencia sanitaria.
“La idea me salió al ver que hay gente que no tiene ni para comer, fui a una tienda y no completaban para la despensa”, explicó al narrar como logró regalar hasta 120 hot dogs en una tarde el pasado lunes.
“Me puse en la iglesia de El Calandrio” y la gente se comenzó acercar por sus jates, así nomás” dijo.
Manuel narró que la gente se negó a la idea de comerse el característico hot dog, un platillo muy cercano al corazón de los sudcalifornianos. “La gente guardaba su distancia de un metro y medio y la gente ya me pedía paquetes, de ocho de diez hasta de a doce”, admitió.
A raíz de su iniciativa la ayuda se comenzó a sumar. “La gente de la iglesia, las familias, me llevan verdura, y otras cosas para completar” indicó.
Manuel se dijo contento de poder ayudar, aunque sea con algo tan pequeño como un hotdog, ahora está viendo cómo llegar hasta la gente que más lo necesita: “ahora estoy viendo cuales son las colonias que más necesitan para ir a ayudarle a la gente con esta caridad”
El joven empresario pone su carrito en la esquina de Pino Payas y Villas del Sauce, y dijo que él y sus amigos están reuniendo donativos para llevarle su jate a la gente necesitada de las colonias.
“Están muy bajas las ventas, yo ahorita veo que están muy difíciles las ventas, veo que a la gente le hace falta mucho apoyo, a mí no me han ofrecido nada, pero hay gente que está peor”, expresó.
Cada vez más gente se suma a ayudar, desde el costoso material de protección que requiere el personal médico, una despensa o, hasta un hotdog. La solidaridad sudcaliforniana se sigue dando aun cuando las sonrisas estén detrás de un cubrebocas, pasa de mano en mano, aunque sea para llevar.