• El 31 de diciembre pasado, el Fonca contaba con patrimonio fideicometido de 187 millones 139 mil 709.22 pesos, que le produjeron un rendimiento anual de poco más de 18 millones 282 mil pesos, según datos de la Plataforma Nacional de Transparencia
Ciudad de México. La
desaparición de los fideicomisos en las áreas de cultura y educación, prevista
en el decreto presidencial del pasado 2 de abril, hará que México regrese a los
años 50 o 60 del siglo pasado, cuando los proyectos artísticos y culturales
estaban sujetos a la coyuntura, al corto plazo, y se olvidaba que se trata de
actividades públicas que no se deben relacionar con una gestión en
particular, sino ser transexenales, dice el ex procurador fiscal de la
Federación Gabriel Reyes Orona.
En entrevista con La
Jornada, considera que el grave problema en esos sectores es
que aparentemente siempre se pueden dejar para después. El gobierno
federal consideró a la cultura y la educación lo menos importante en las
contingencias de 1976, 1982, 1987, 1994, 2002 y 2009, y siempre tomó recursos
de ahí. Los fideicomisos lo habían evitado.
Según datos de la Plataforma
Nacional de Transparencia (PNT), los montos de algunos de estos fideicomisos en
el área de cultura varían desde algunos centavos o un par de millones de pesos,
hasta el máximo con 187 millones de pesos con los que cuenta el Fondo Nacional
para la Cultura y las Artes (Fonca).
La suma de estos recursos es
ínfima en comparación al total que el gobierno federal espera recaudar con la
extinción de los instrumentos: unos 250 mil millones de pesos, los cuales
serían adquiridos por la Tesorería de la Federación a más tardar el miércoles
15 de abril.
Mecanismos de
certidumbre
El ex director del Centro de
Estudios de Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, Héctor Juan Villarreal
Páez, describe a los instrumentos específicos para cultura como pequeños,
en los estándares del gobierno federal mexicano.
El del Fonca no llega a 200
millones, y hay cierta ironía, porque por su tamaño no justifican una
estructura administrativa. La perversión endógena del sistema es que como no la
tienen alguien puede decir que son opacos, comenta.
Probablemente, extinguir los
fideicomisos, continúa, ya lo tenían en la mira. Quiero pensar que había
la intención de hacerlo con más cuidado, pero se vino el problema de la crisis
sanitario-financiera y la obsesión del Presidente por no endeudarse. Muchos
(fideicomisos) están en cultura, ciencia y en educación. La medida deja muy mal
sabor de boca.
Gabriel Reyes Orona sostiene
que los fideicomisos tienen un propósito: evitar que las actividades, en
este caso las culturales, estén sujetas a coyunturas. No son para ocultar y
para robar, son mecanismos de certidumbre para poder programar actividades a
medio y largo plazo.
El Fonca es el ejemplo,
pues en la medida en que tenga seguridad sobre los recursos públicos va a
poder armar programas de mediana y larga realización, de lo contrario las
actividades van a ser totalmente coyunturales y dentro de un año.
En la PNT se informa que hasta
el 31 de diciembre pasado, el Fonca contaba con patrimonio fideicometido de 187
millones 139 mil 709.22 pesos, que le produjeron un rendimiento anual de poco
más de 18 millones 282 mil pesos. Además, ese mandato recibió en 2019 la suma
de 565 millones 579 mil 105 pesos en aportaciones federales.
Como ha reportado La
Jornada, promotores, artistas, intelectuales, gestores, empresarios de las
artes y las industrias creativas, trabajadores y profesionistas independientes
del sector, así como ciudadanos, han exhortado al presidente López Obrador a
que exima a la Secretaría de Cultura federal del decreto que extingue todos los
fideicomisos y mandatos federales.
Tienen objetivos
sociales
El problema en el manejo de
esos recursos, como en el resto de los fideicomisos, es que quienes estén
encargados del vehículo lo hagan de manera responsable. Todos tienen una
finalidad pública, un objetivo de naturaleza social, insiste Reyes Orona.
Tales objetivos y programas, agrega, eran
designados por otros gobiernos. Como el actual gobierno tiene otros objetivos y
otros sectores de atención prioritaria, quiere desaparecer esto. Esa actitud no
va a llevar a nada bueno, porque entonces cada gobierno va a matar los fideicomisos
que pertenecían a otras administraciones.
Reyes Orona rechaza que se
diga que “los fideicomisos son opacos o están mal administrados, cuando hace
más de un año los administra el nuevo gobierno. Derruir este sistema
institucional de administración de recursos públicos es debido a una absoluta
necesidad de liquidez.
¿Dónde está la malversación o
el uso faccioso y ocultamiento de recursos públicos en estudio de la Revolución
Mexicana, la antropología e historia, o en un archivo cinematográfico? En
ningún lado.
Según datos de la PNT, el
Fideicomiso para el Fomento y la Conservación del Patrimonio Cultural
Antropológico, Arqueológico e Histórico de México (Fideinah) comenzó en 2019
con 328 millones 570 mil 713. Al concluir el año, tuvo casi 31 millones menos. Además,
anotan la existencia de compromisos de pago de proyectos y honorarios
fiduciarios por 297 millones 486 mil 233.87.
A inicios de 2018 este
instrumento contaba con una cifra de más de 416 millones de pesos y una deuda
de 141 millones.
Según el mismo sistema de
información federal, el instrumento Mandato Antiguo Colegio de San Ildefonso
tiene un monto de 2 millones 320 mil 240. En tanto, el Fideicomiso para Apoyar
la Construcción del Centro Nacional de las Artes, a diciembre de 2019 contaba
con 3 millones 734 mil 46.09 pesos.
Reyes Orona afirma que “el
próximo miércoles, como está todo mundo encerrado y nadie va a defender los
fideicomisos, todo el dinero se va a ir a la Tesorería.
Los fideicomisos tienen una
finalidad loable, respetable y plausible y no deberían desaparecer, pero está
prevaleciendo la urgencia de cubrir el gasto corriente, concluyó.
El presidente Andrés Manuel
López Obrador sostuvo desde el inicio de su gestión que los apoyos que brinde
su gobierno se entregarán de manera directa. Así, los fideicomisos son
considerados intermediarios entre los destinatarios y su administración. La
emergencia sanitaria le ha dado la oportunidad de deshacerse de concluir esos
instrumentos financieros, según fuentes consultadas.