• Christin Seifert, presidente de la Liga Alemana de Futbol dijo que el regreso a las canchas sólo depende de la decisión de los líderes políticos.
Berlín. La Liga Alemana de Fútbol (DFL) está
"dispuesta" a regresar el 9 de mayo, con los partidos a puerta
cerrada, si recibe el visto bueno de las autoridades, señaló su presidente
Christian Seifert este jueves.
Tras una reunión por videoconferencia con los
representantes de los 36 clubes de la primera y la segunda división alemanas,
Seifert dijo que la competición estaba en condiciones de reanudarse, después de
que se suspendiera a mediados de marzo por la pandemia de coronavirus.
"Todo depende ahora de lo que decidan
los líderes políticos. La Bundesliga está lista, independientemente de si es el
9 de mayo o una fecha posterior", señaló Seifert en una videoconferencia
de prensa.
El director deportivo del Werder Bremen,
Frank Baumann, se mostró "escéptico" ante que se pueda volver el 9 de
mayo.
"Soy escéptico con que veamos partidos
de la Bundesliga el 9 de mayo. Debemos ver qué decide el gobierno el 30 de
abril", afirmó.
Pionera entre las grandes ligas -
La Bundesliga es la primera de las grandes
ligas europeas, todas suspendidas desde mediados de marzo, en tener un
calendario para su regreso, siguiendo la directriz de la UEFA de terminar las
campeonatos nacionales y continentales en este verano (boreal).
El esperado anuncio del fútbol alemán podría
abrir las puertas a otros países, limitados por el momento por los imperativos
sanitarios y la necesidad de finalizar la temporada para recibir el dinero de
los derechos televisivos, indispensable para su equilibrio económico.
La DFL señaló este jueves que ha obtenido las
garantías para el pago de los derechos de televisión, con un valor estimado en
300 millones de euros, asegurando la liquidez de los clubes profesionales hasta
el 30 de junio.
La voluntad de disputar las nueve jornadas, confirmadas este jueves por los
clubes, queda a expensas del acuerdo con los responsables políticos.
Dos de los principales dirigentes de los
'Länder' (estados federados) alemanes, los conservadores Armin Laschet y Markus
Söder, prendieron la mecha el lunes dando el 9 de mayo como fecha para
recuperar el fútbol, sin espectadores.
Alemania ha sufrido en menor medida el
impacto de la pandemia, con respecto a sus vecinos europeos como Italia y
Francia, pero los agrupamientos populares están prohibidos al menos hasta el 31
de agosto.
El ministro de Sanidad Jens Spahn señaló que a puerta cerrada y con las
precauciones adecuadas, los partidos de fútbol sin duda eran "posibles".
"Tomaremos las mejores precauciones.
Cuando hay 200 personas en el estadio, donde antes normalmente habían 70.000,
es fácil mantener la distancia. Los partidos sin espectadores no es lo que
queremos, pero parece ser la única forma", añadió Seifert.
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Los grandes, a favor -
La posible reanudación de la Bundesliga ha
recibido el visto bueno de los grandes del fútbol alemán, como el Bayern Múnich
(líder de la clasificación antes de la suspensión), el Borussia Dortmund y el
RB Leipzig.
Sus jugadores han comenzado en los últimos
días a entrenarse de nuevo en grupos reducidos.
Por el contrario, varios grupos de
aficionados dicen que no aprueban este escenario, prefiriendo una suspensión
definitiva del campeonato antes que dejar las tribunas vacías.
Para reanudar el fútbol en las próximas
semanas, los clubes y la Liga Alemana han tenido que adoptar medidas sanitarias
para evitar cualquier contagio entre jugadores o con las decenas de personas
presentes en un estadio durante la disputa de un partido a puerta cerrada.
La DFL promete que los jugadores y técnicos
serán sometidos a test de detección del Covid-19 cada tres días, por lo que
estima en 20.000 pruebas las necesarias para asegurar que los partidos se
disputen sin riesgos.
Pese a que Alemania dispone de más tests que
sus vecinos europeos, su uso está lejos de generar unanimidad, en particular en
el sector sanitario.
"Creo que los tests deberían ser
utilizados allá donde tenga un sentido médico", declaró Lars Schaade,
vicepresidente del Instituto Robert Koch, encargado de la vigilancia
epidemiológica.