Comencé a trabajar muy grande, como hasta los 50 años me dediqué a la medicina y nunca la dejé hasta que me jubilé. Los últimos años los he dedicado orgullosamente al teatro y a la narrativa”, decía
Ciudad de México
El más prolífico dramaturgo mexicano, el
maestro Tomás Urtusástegui, falleció este miércoles, informó su hijo a través
de la página de Facebook del autor, quien padecía cáncer.
Nació en la Ciudad de México en 1933 y
escribió más de 410 obras de teatro, de las cuales se tenía registrado (hace
siete años), que más de 170 de esas obras, habían sido estrenadas.
Médico cirujano de profesión, egresado de la
Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, servició al
que se dedicó hasta su jubilación en 1993, en el Instituto Mexicano del Seguro
Social; Tomás, como se le reconoció con cariño en el ámbito teatral, fue
también maestro de distintas generaciones de la escuela de Escritores de la
Sociedad General de Escritores de México (Sogem), y sus obras se han presentado
en más de 20 países como Estados Unidos, Holanda, Japón, Francia, España,
Chile, Perú, Puerto Rico, Panamá y Bolivia.
“Comencé a trabajar muy grande, como hasta
los 50 años me dediqué a la medicina y nunca la dejé hasta que me jubilé. Los
últimos años los he dedicado orgullosamente al teatro y a la narrativa”, decía.
En ese aspecto tiene más de 80 cuentos
adaptados al teatro. La mayor parte de su obra, se caracteriza por el
manejo del humor negro, la comedia desaforada y la constante crítica a la clase
media.
Urtusástegui formó parte de los talleres que
impartieron Vicente Leñero y Hugo Argüelles. Con el devenir de su trayectoria,
entre otros galardones, ha sido reconocido con el Premio Nacional de
Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón, en 2005, máxima distinción otorgada a un
dramaturgo en México.
Además de dicho premio, fue distinguido con
las llaves de la ciudad de Dallas Texas, la medalla Mi vida en el teatro de la
ITI-Unesco, en el año 2000, así como con diversos premios otorgados por las
asociaciones de periodistas teatrales.
Urtusástegui escribió obras cortas,
monólogos, pastorelas, teatro escatologico, comedia, drama, teatro infantil y
hasta musical. Escribir teatro es una de las actividades que “más me apasiona”,
comentaría al recibir el Premio Juan Ruiz de Alarcón. “Mi mayor satisfacción es
verlas en el escenario sean o no montadas por profesionales. Como pediatra
aprendí a conocer al hombre en sus momentos de crisis y mayores alegrías, y a
conocer la vida y la muerte”.
En ocasión de la temporada de su obra ¡Soy
Frida, soy libre!, el maestro Ustusástegui, consideró que en el arte teatral se
encuentra lo que no hay en los libros de historia.
“Lo que no está en los libros está en el arte,
en el teatro. Es la historia sin memoria. Siento que el teatro, en todos los
países, es un gran componente histórico. Solemos conocer más cómo era el mundo
por una obra de teatro que por un libro de historia”. (La Jornada/13
de junio/2011).
Productivo y generoso, el maestro
Urtusástegui, el año pasado exhortó y obsequió varias de sus obras, mediante
sus redes sociales, a quienes estuvieran interesados.
El también guionista, recientemente fue
reconocido con la Presea San Gines, que se otorga por primera vez, auspiciado
por Arturo Amaro. “A mí me hicieron el honor de darme el San Gines de Oro por
ser el autor más escenificado en los últimos 25 años”.
Entre sus obras se encuentran: ¿Huele a gás?,
dirigida en 1987 por Enrique Pineda. Se ha montado más de treinta veces y se
publicó en inglés en 1994.
Cupo limitado fue dirigida en 1988 por Morris
Savariego. Cumplió más de 450 representaciones y obtuvo varios premios de la
crítica. Se ha montado en diferentes países y obtuvo un premio en Japón.