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Hoy es sábado, 23 de noviembre de 2024

En privado

• La burla al dolor ajeno, solo demuestra la pobreza y miseria humana y es el medio que emplea el ignorante acomplejado para sentirse sabio


 

Olvidando que en estos momentos el pueblo, --al que dice ofrendarle amor y paz se debate entre la vida y la muerte— Andrés Manuel López Obrador hace escarnio de ese noble pueblo, pecando de oportunista al aventarles, --como una papa caliente-- sus intenciones de imponer su cacareada Revocación de Mandato, provocando con ello –tal como se esperaba-- reacciones encontradas.

 

En efecto, el Presidente, en una de sus acostumbradas conferencias y dejando de lado su  sensibilidad, ofreció a los sectores conservadores adelantar la fecha de consulta de revocación de su mandato para las elecciones federales del próximo año, y no como está programada para marzo de 2022, --tras lo cual--, enseguida habría de proponer la necesaria reforma constitucional.

 

Con tal Referéndum, donde  López Obrador buscaría aparecer con nombre y apellidos en las boletas electorales del próximo año, se advierte la ventaja de sacar tajada al darle un empuje a su propio partido y evitar perder así su poderío legislativo cuando sabe que de acuerdo con la más reciente publicación de Consulta Mitofsky, la aprobación del presidente continúa a la baja por  al menos 15 semanas consecutivas.

 

De acuerdo con los críticos, además de mostrar poca sensibilidad al hablar de un tema político por encima del hambre, la pobreza y peor aún, de  la epidemia de coronavirus que atraviesa el país, (cuyas muertes ya fluctúan en los 500  y los casos confirmados están por arribar a los 7 mil),  el mandatario opta por hablar de su estrategia electoral.

 

Con justa razón, la oposición en su totalidad,  lo ha visto y calificado como una trampa para que AMLO se reelija, incluso el propio presidente va a firmar un documento comprometiéndose a que no buscará la reelección. Por consecuencia, la oposición, y algunos sectores acusan a Morena de querer poner a AMLO en la boleta y con esto volver a ganar la mayoría en el Congreso.

 

Y tal vez con conocimiento, de causa desde la oposición advirtieron inclusive: “Es una irresponsabilidad hablar de revocación cuando urge saber cómo superar la pandemia de COVID-19 y la crisis económica que generará”.

 

Vale decir que  entre los críticos, también se manifestó Ciro Murayama, consejero del Instituto Nacional Electoral (INE). “La Constitución dice que la revocación de mandato sería al (cuarto) año de gobierno. No en elecciones intermedias: en 2021 el presidente no debe estar en campaña ni en la boleta electoral. En tiempo de crisis sanitaria y económica, ¿qué necesidad de adentrarse en la contienda electoral?”.

 

No es para menos cuando los partidos de oposición saben que una consulta popular de esta naturaleza encierra ventajismo y oportunismo. ¿Por qué? Simplemente porque la ignorancia se encargaría de obligar a millones de electores a votar por todos los candidatos de morena y por consiguiente, se convertiría nuevamente en la bola de nieve. Justo como ocurrió en el 2018, y que es precisamente lo que quiere el presidente y los morenistas. Y es –por consecuencia-- lo que rechazan los opositores.

 

 “Nosotros –dijo el presidente-- vamos a estar aquí hasta que el pueblo decida, por eso propusimos lo de la revocación de mandato, porque el pueblo pone y el pueblo quita. Yo por autoridad moral, honestidad no podría estar aquí si no cuento con el apoyo de la gente. No es de que me eligieron por seis años y me tienen que aguantar a fuerza, no por eso propuso lo de la revocación de mandato, pero además propuse que se hiciera para que no costara, el mismo día de la elección federal, es decir, el año próximo, en la elección de junio, en la elección federal. Se opusieron los conservadores en el Congreso a esa fecha, hay constancia de que envié la iniciativa para que se le consultara al pueblo si quería que continuara el Presidente o que renunciara y dijeron que no y a regañadientes, que hasta el 2022”.

 

“¿Qué les ofrezco a los conservadores? Se interrogó más adelante: con todo respeto, para que sea el pueblo de manera pacífica el que decida”.  Luego dijo: les ofrezco adelantar la fecha, que la revocación del mandato no sea hasta el 2022 que la hagamos aprovechando que va estar las elecciones, que sea el mismo día”.

 

Señaló que se podría hacer uso de una tarjeta adicional a las boletas para la elección de diputados y autoridades locales, y en donde se les preguntará a los electores “¿Quieres que continúe el Presidente o que renuncie?. Enseguida comentó: “Esto ayudaría mucho para que se aminorara el ansia, y que en este tiempo bajara pues el enojo, no el malestar social”.

 

Por todo lo anterior, --por mi parte--, antes de concluir la entrega de hoy, he de decir que nadie sabe, --solo el presidente— si lo que siente muy adentro de sí mismo es la necesidad de tirar la toalla porque ya no puede con el paquete, o si en realidad su gran interés es permanecer en el cargo democráticamente.

 

Y que quede claro; reconozco en nuestro Presidente su valentía de estar al lado de su pueblo en momentos críticos. Y su preocupación por los más vulnerables y los más débiles.

 

Sin embargo, pese a lo que opinen o dejen de opinar mis detractores, o aquellos defensores de oficio, he de hacer hincapié en que hay aspectos mucho más importantes cuando sabemos que los actuales, son otros tiempos.

 

Digamos que, son tiempos de dolor, de pesadumbre, de reconciliación, y de perdón.

 

Tiempos de desconsuelos, de aflicción,  de angustias,  y de pena. Tiempos de reflexión, de nostalgias,  y de tormentos. Tiempos de recogimiento, de lágrimas, de tristeza y de duelo.

 

Pero también son tiempos de altruismo, de generosidad y solidaridad.

 

En otras palabras, no son tiempos ni de egoísmos ni de  ambiciones. Ni tampoco de egocentrismos de individualismos, o de ingratitudes. Mucho menos son tiempos pensar en política, en estrategias electorales, o en Revocaciones de Mandato.

 

Y SI, son tiempos de meditación y de oración, porque no sabemos qué pasará mañana.

 

Luego entonces, seamos claros y realistas y habríamos de decirlo con todas sus letras: son tiempos de coronavirus, y también de muerte.

 

Cuestión de tiempo.