• Giro en la lucha contra los ‘cárteles’. En este gobierno la unidad privilegió esas acciones para minar las finanzas criminales
Ciudad de México. Las investigaciones por lavado de dinero han
aumentado desde el año pasado como parte del cambio en la política de seguridad
que privilegia el impacto en finanzas hacia los grupos criminales por sobre las
acciones de fuerza.
Así, por ejemplo, entre 2014 y 2018 la Unidad
de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
(SHCP) presentó sólo 10 denuncias por este delito ante la Fiscalía General de
la República (FGR), mientras en 2019 las que interpuso sumaron 43.
La FGR también ha incrementado el número de
sus investigaciones por lavado de dinero. Entre 2016 y 2018 presentaron 31
denuncias y tan sólo en 2019 se acumularon 33.
Estos datos son parte de la respuesta a una
solicitud pública hecha ante la FGR en la que se requirió la información
estadística desglosada de denuncias relacionadas con el lavado de dinero por
fecha, estado de la República, medio por el cual fueron hechas dichas
denuncias, incluyendo primer contacto y seguimiento y cuántas de ellas fueron
ratificadas.
Aunque la respuesta de la FGR no agota todas
las peticiones de la solicitud debido a que no hay registros disponibles o no
se cuenta con niveles de desvinculación específicos, sí se destaca que la
Ciudad de México es la entidad en la que más casos de lavado de dinero se han
denunciado por parte de la UIF.
El año pasado la capital del país tuvo 16
casos presentados, seguida por Tamaulipas con 12 y Nuevo León con cinco.
Sobre la información presentada por la FGR,
no se descarta el número de denuncias levantadas en cada entidad, sólo se
apunta que esta dependencia ha interpuesto cargos por lavado de dinero ligados
con casos de delitos contra la salud y tráfico de drogas, mediante sus unidades
especializadas en investigación de ilícitos cometidos por parte de servidores
públicos y contra la administración de justicia, además de la dedicada a
perseguir los de orden fiscal y financiero, siendo este último el que más casos
llevó el año pasado, con un total de 29.
Desde el inicio de la actual administración
se anunció un cambio en la política de seguridad pública, que dejaría de lado
los operativos policiacos y el uso de la fuerza para buscar ahora golpear la
base económica de los grupos de la delincuencia organizada.
Para eso se hicieron cambios legales en
materia de extinción de dominio, combate la corrupción y al robo de
hidrocarburos que dieron a la FGR y a la UIF mayores atribuciones para recabar
información financiera y congelar cuentas bancarias, así como bienes.