La Paz, Baja California Sur.- Eréndira Valle Padilla se escucha harta. Ha hecho lo que ha podido por trabajar, estar serena y ayudar a sus vecinos en medio de la epidemia de coronavirus que también avanza en La Paz, pero parece que las “noches bohemias” en su calle se han extendido no solo los fines de semana sino la semana completa. 

Es la calle Márquez de León entre Revolución y Francisco I. Madero, en pleno centro de la ciudad. Allí le toca escuchar diariamente el ruido de un Taller de vidrio, un restaurante de mariscos y el Bar Mundo’s, aunque ahora que aplicaron la restricción, al menos --dice-- les han quitado uno de los “problemas” cotidianos, el escándalo de este muy conocido lugar. 

Desde hace un año presentó una denuncia ante la Dirección de Ecología del Ayuntamiento de La Paz, por los altos niveles de ruido que a toda hora abundan en la zona de vive, sin que hasta la fecha alguien le haya podido resolver el tema. 

Ya recorrió la Dirección de Seguridad y Tránsito Municipal, hizo múltiples llamadas al 911 y habló con cuanto funcionario le indicaron. 

Pero la maquinaria del Taller continúa y las “tertulias” de fines de semana hoy por la cuarentena en tiempos de COVID-19 se han extendido --afirma-- incluso en horas laborales, cualquier día, interrumpiendo las videoconferencias o sencillamente, el descanso nocturno.

“La policía llega, solicita que bajen su música, pero como están adentro, solo se burlan, hacen como que atienden un momento y enseguida se retira la patrulla regresan a lo mismo”, comentó a Diario El Independiente. 

Y agrega: “hemos pedido de la manera más atenta que sean conscientes, que nos permitan trabajar o descansar, pero los gritos, la música y todo sigue. Los afectados somos varias familias”. 

Erendira, activista ambiental, promotora del rescate de lobos marinos enmallados, comentó que la autoridad municipal, aunque ha dado indicios de querer ayudar, parece estar limitada de personal, de protocolos o algo falla. 

“Cuando llega la policía no tiene un reglamento específico y no hay patrullas ecológicas con personal especializado para atender estas situaciones que son compartidas en muchas colonias de La Paz”, abundó. 

Además, refiere que la actitud de los responsables tanto del taller como de quienes lo visitan y se reúnen para las tardes y noches de “borrachera flagrante”, no es respetuosa, sino al contrario, agresiva. 

Así, pues reflexiona: “la mayoría de quienes vivimos en esta zona trabajamos, somos gente que quiere seguir trabajando en medio de la emergencia, que respetamos y que entendemos las medidas que se están tomando, que buscamos comportarnos con civilidad y tener una convivencia sana, pero muchos ciudadanos no lo están haciendo y parece que en esta semana justo de aislamiento es cuando más se están reuniendo a tomar y a gritar”. 

“Antes las borracheras eran en las noches, ahora es de lunes a domingo, de las diez de la mañana que se levantan hasta las dos de la madrugada”, puntualizó. 

La historia de Eréndira es similar a la de cientos de usuarios que han hecho público su hartazgo frente a la actitud, acusan, "irresponsable y poco considerada " de muchos otros ciudadanos El jueves, decenas de jóvenes fueron cuestionados por pasear el malecón, pese al reiterado llamado de “quédate en casa”.