• El artista neoyorquino, conocido por sus instalaciones masivas de desnudos, reconoce que su trabajo se verá afectado por el coronavirus
Ciudad de México
El artista neoyorquino Spencer Tunick (Middletown,
1967), conocido por sus instalaciones masivas de desnudos –el 6 de mayo de 2007
reunió más de 18 mil personas en el Zócalo de la Ciudad de México, un récord
mundial–, reconoce que su trabajo se verá afectado por la pandemia del coronavirus.
‘‘Seguiré trabajando con
personas, sin que se toquen y separadas por una distancia de 1.5 metros, luego
los cubriré con una tela protectora. ¡Espero!, he preparado esto desde hace
tiempo”, adelanta en entrevista con La Jornada.
La primera vez que Tunick
cubrió sus modelos, todos voluntarios, fue con motivo de su participación en la
clausura de la primera edición del Festival de la Calaca en 2012, en San Miguel
de Allende, Guanajuato, en torno a las festividades de Día de Muertos.
Para la instalación Espíritus, Tunick
propuso recrear esas almas ‘‘debajo de un material blanco y
transparente” (La Jornada, 1/11/12). En Espíritus quería
‘‘ver más los cuerpos”, en contraste con sus instalaciones masivas. ‘‘Cuando
uno trabaja con miles de personas resulta difícil meter todas en el marco. Este
trabajo me resulta más fácil, en la medida que quiero ver los senos, las
piernas, los brazos y las manos”.
De 300 personas inscritas,
sólo llegaron a la cita en el fraccionamiento Los Senderos, en las afueras de
San Miguel de Allende, 154 hombres y mujeres de diferentes edades, en mucho a
causa de las difíciles condiciones climatológicas. Debido a una pertinaz lluvia
las telas blancas y transparentes ya no fueron vaporosas como se tenía
previsto (La Jornada, 5/11/10).
Tunick repitió la experiencia
al año siguiente, ahora en el desierto Black Rock, en el estado de Nevada, como
parte del Festival Burning Man (Hombre en llamas) en que durante varios días
erigen una ciudad temporal como un experimento comunitario y artístico. A ese
encuentro anual llegan miles de personas –70 mil en 2017–, así que él tenía
‘‘una ciudad de personas deseosas” de crear la instalación Desert Spirits
(Espíritus del desierto). La sesión fotográfica comenzó antes del amanecer
y duró ‘‘hasta que los rayos del sol brillaron a través de la tela diáfana” que
los cubría.
Para Desert
Spirits, efectuada el 30 de agosto de 2013, 330 personas fueron cubiertas
con sábanas blancas y transparentes.
Juntos, por un
cambio
En cuanto a la contingencia
sanitaria en el mundo, Tunick sostiene que ‘‘el cierre rápido y urgente de
nuestras sociedades nos preparará para el futuro. Es decir, el apuro de
suspender las actividades de vida frente a las necesidades ambientales. Tal vez
tengamos la obligación de reducir nuestras actividades y utilizar una semana de
cinco o seis días. No viajar, quedarnos en casa, con la finalidad de bajar el
consumo, la generación de basura ydesechar la suma de todas las emisiones de
dióxido de carbono”.
Esto, según el artista,
demuestra que ‘‘juntos, en colectividad, podemos lograr un cambio
significativo”. Claro, añade, con un liderazgo y una ciencia correctos, además
de la transparencia. Por otro lado, Tunick pide a los jóvenes no ser rebeldes,
sino héroes al aislar y ayudar en el salvamento de vidas de las personas de
mayor edad.
El neoyorquino ha documentado
figuras desnudas vivas, con fotografía y video, desde 1992. A partir de 1994 ha
organizado más de un centenar de instalaciones in situ temporales que
comprenden docenas, cientos o miles de voluntarios; sus fotografías son
testimonios de esas acciones. Los individuos en masa, sin ropa, agrupados,
metamorfosean en una forma nueva.