• Los circuitos masculino y femenino están suspendidos hasta el 8 de junio, fecha que permitiría en teoría la disputa de este Grand Slam
Londres. Tras el aplazamiento de cinco meses de Roland
Garros, el mundo del tenis contiene ahora la respiración para saber qué ocurre
con otro emblemático Grand Slam, Wimbledon, y con el resto de la temporada
sobre césped.
La pandemia del nuevo coronavirus amenaza
también con aplazar o cancelar esas citas del calendario y para analizar la
situación se ha convocado una reunión la próxima semana, en la que se sabrá
presumiblemente qué ocurre con Wimbledon, la joya de la corona del tenis
británico.
¿En qué punto estamos?
Los circuitos masculino (ATP) y femenino
(WTA) están suspendidos por el momento hasta el 8 de junio, una fecha que
permitiría en teoría la disputa de Wimbledon tres semanas más tarde.
El martes, el italiano Andrea Gaudenzi,
patrón de la ATP, aseguró que estaba "en estrecho contacto con todos los
torneos sobre césped, que siguen por el momento en el calendario".
"Es una situación que evoluciona
rápidamente y no hay otra opción que ir hablando día a día", apuntó.
El miércoles, los organizadores de Wimbledon
anunciaron una reunión de urgencia para la próxima semana, en la que se
estudiarán "todos los escenarios, incluidos los de aplazamiento y
cancelación".
Una cosa parece segura: "Jugar a puerta
cerrada ha sido formalmente descartado", subrayaron los organizadores.
Financieramente, el coste de una cancelación
parece soportable para la Federación Británica de Tenis, sobre todo si la
anulación se hace a petición del gobierno, ya que los seguros suscritos
permitirían cubrir la devolución del precio de las entradas.
¿Un aplazamiento es posible?
El aplazamiento de los Juegos Olímpicos de
Tokio a 2021 ha aligerado el calendario de mediados de ese año y ofrece un
margen de maniobra para un eventual aplazamiento, pero esa ventana no está del
todo abierta.
Por una parte, persiste la incertidumbre
sobre la duración real de la crisis del nuevo coronavirus, sobre todo teniendo
en cuenta que las instalaciones necesitan varias semanas todavía para quedar
listas para el evento.
Si se mantuviera el inicio de Wimbledon en la
fecha prevista actualmente (29 de junio), los primeros preparativos en el
recinto del All England Club deberían empezar a finales de abril, dos meses
antes.
Otro problema sería la modificación del orden
habitual de los grandes torneos de París y Londres.
Roland Garros se reprogramó del 20 de
septiembre al 4 de octubre. Pensar en disputar Wimbledon después de la cita
parisina, para seguir la tradición, parece inviable por motivos meteorológicos.
"La muy pequeña ventana de la que
disponemos para organizar Wimbledon debido a nuestra superficie indica que un
aplazamiento conllevaría riesgos y dificultades considerables", admitieron
los organizadores.
La cuestión puede ampliarse a toda la temporada
sobre césped.
¿Y la opinión de los tenistas?
El futuro desarrollo de la temporada de tenis
es evidentemente un tema de preocupación y de incertidumbre para los jugadores.
"Creo que lo más importante es mantener
la esperanza. No hay nada malo en tener esperanza. Para mí se trata sobre todo
de no pensar mucho en el futuro, no sabemos cómo van a evolucionar las
cosas", explicó a la prensa la número uno del tenis británico, Johanna
Konta (número 14 mundial), que se recupera actualmente de una lesión en la rodilla.
"Sabemos que no jugaremos hasta
principios de junio, es la fecha con la que trabajamos. Cuando eso cambie, si
cambia, reaccionaremos para lo que venga después", añadió esta ex
semifinalista del Abierto de Australia (2016), Wimbledon (2017) y Roland Garros
(2019), que forma parte del Consejo de Jugadoras de la WTA.
En la categoría masculina, la prensa recoge
las diferencias de opinión entre Novak Djokovic, presidente del Consejo de
Jugadores ATP y partidario de un parón directo de la temporada, y Rafael Nadal
y Roger Federer, que desean ir viendo cómo evoluciona la situación.