• La cínica indolencia de AMLO golpea a México todos los días • López Obrador es ya para muchos, una esperanza fallida, una verdadera decepción que seguramente pagará el precio en los próximos procesos electorales • Complicado para Víctor Castro encontrar argumentos para defender su propuesta política
Definitivamente las
ocurrencias del Presidente Andrés Manuel López Obrador afectar a la población
en general so pretexto de borrar todo lo que sea generado en el pasado, incluso
si esas medidas son positivas para la comunidad.
Un claro ejemplo de las
ocurrencias irracionales es la de pretender eliminar los fines de semana largos
con la presunta intención de recobrar la memoria histórica y que la la población
recuerde las fechas históricas de nuestro país.
Obviamente como suele ser el
jefe del ejecutivo federal, le importa un comino que sus ocurrencias afecten a
la comunidad y a todo el sector turístico del país.
La estupidez y la frivolidad
con a que se hacen expresiones como esta, son una constante en un mandatario
nacional que hasta se burla de quien no está de acuerdo con sus posturas.
Por supuesto suelen ser estas
expresiones al mismo tiempo distractores mediáticos sobre los temas importantes
como la inseguridad galopante, el cero crecimiento económico y la enorme
negligencia demostrada en el manejo de los temas de salud.
El Presidente López Obrador es
ya para muchos que votaron por su propuesta, un verdadero dolor de cabeza que
todos los días genera decepción y profundo desencanto.
Obviamente esto complica la
tarea de sus representantes en las entidades, que en el caso de Baja California
Sur, es Víctor Castro Cosío, delegado de la Secretaría de Bienestar en la
entidad en donde por cierto en su momento habrá que revisar muy bien con qué
recurso paga a todo el equipo que le rodea y que por supuesto es utilizado
principalmente con verdaderos fines políticos hacia el proceso electoral del
2021.
Con posturas tan irracionales
como las adoptadas por López Obrador que se suman a una nula protección a las
fuerzas armadas y cuerpos policiales que se encuentran literalmente en un
verdadero estado de indefensión como nunca antes había pasado ante los grupos
delictivos.
Simplista, burlesco y con una evidente
indolencia, López Obrador pasa por la Presidencia de la República con una
rapidez increíble hacia el frio rincón en la historia dónde están colocados los
peores mandatarios que ha tenido nuestra nación.
Apenas ha iniciado el segundo
año de gobierno y ya son muchas las pifias que en materia económica, social,
administrativa y de seguridad ha cometido el que fuera para muchos una
verdadera esperanza de cambio y mejoría para el país.
López Obrador es ya para
muchos, una esperanza fallida, una verdadera decepción que seguramente pagará
el precio en los próximos procesos electorales.
Desde luego que su partido
Morena que sufre una terrible fractura a su interior buscará quedarse con la
mayoría de las diputaciones federales que se disputarán en julio del año que
entra, pero habrá que ver cuántos errores presidenciales más se comenten de
aquí a las próximas elecciones.
Obviamente los partidos de
oposición tendrán que reaccionar con mejores propuestas sin olvidar ni dejar un
lado estas expresiones presidenciales que son verdadero fiasco.
Es difícil imaginar con qué
cara saldrán a las calles funcionarios morenistas, como el engreído Víctor
Castro a tratar de convencer a los votantes de que es la mejor opción.
¿Con qué cara saldrán a
decirle a los diversos sectores de la población que las medidas presidenciales
conllevan una buena intención?
Ya veremos que sucede en los
próximos meses en donde seguramente como hasta ahora en lo que va del año, la
constante será una caída de la aceptación de la figura presidencial que es
evidente que no corregirá el rumbo planteado hasta ahora.
López Obrador se parece cada
día más a una caricatura, un chiste de mal gusto que todos los días emite
mensajes que en mayor o menor medida el país tiene que lamentar.
Veremos hasta dónde llega el
cinismo de sus representantes en la entidad que de manera absurda nos quieren
engañar con que las cosas hoy en día han mejorado.
Por supuesto, solo el que no
quiera ver que estamos peor que con la administración federal pasada es la que
aún se sostiene en su propio autoengaño para dar la cara por un presidente de
México que ya a estas alturas es una verdadera calamidad.
¿Hasta dónde iremos a parar
como país?
México está en riesgo.
¿No le parece así amable
lector?