• Los oscuros intramuros de la UABCS
Hace tiempo, cuando este
individuo --al que hoy haré mención-- todavía fungía como rector de la UABCS,
escribí en este mismo espacio que se trataba de un tipo falaz y engañoso. Es
decir de cara y cruz, --haciendo honor a su apellido--: Gustavo Rodolfo Cruz
Chávez, quien aparte de perverso, ha demostrado ser un tipo muy astuto.
Y precisamente hoy, que salta
a la palestra el millonario adeudo que la Universidad Autónoma de Baja
California Sur tiene con el SAPA, se confirma la sagacidad de este
personaje. Y para ello habría que recordar que cuando fue rector, nos
engañó a todos con sus triquiñuelas al inventar un presunto sistema de
recuperación de aguas pluviales que consistía en filtrar el agua de lluvia
captada en una superficie determinada, generalmente del tejado o azotea, y
almacenarla en un depósito. Y que después el agua tratada se distribuiría a
través de un circuito hidráulico independiente de la red de agua potable y con
ello sería suficiente para abastecer y cubrir las necesidades del vital
líquido, al campus.
(Esta recuperación de aguas
pluviales consiste en utilizar las cubiertas de los edificios como captadores.
Y de este modo, el agua se recoge mediante canalones o sumideros en un tejado o
una terraza, y después se conduce a través de bajantes, para almacenarse
finalmente en un depósito).
Y todo eso, --que ya lo
sabía Cruz Chávez--, lo explicó en aquel entonces. Y nos vio la cara a
todos, pues seguramente para llevar a cabo su grandioso proyecto, hubo de
programar alguna importante inversión que finalmente se perdió por las cañerías
de la UABCS, o por los bolsillos del susodicho exrector, porque al final de
cuentas el fracaso lo comprueba el millonario adeudo con el SAPA La Paz.
Pero aunado a esas fallas, el
entonces rector tampoco hizo nada por cubrir la enorme deuda que por consumo de
agua tenía la UABCS, y que a estas alturas, bajo una nota bien lograda e
investigada por Alan Flores Ramos reportero del Diario El Independiente,
puso al descubierto, que la deuda alcanza ya, la impagable, imperdonable e
increíble cifra de Nueve Millones de Pesos.
Pero para ese entonces el
mexiquense, lo que quería es “sonar” obteniendo publicidad gratuita,
y lo logró. Pues ya desde antes venia tejiendo muy finito tras haber
adoptado, como parte de su gran Sabiduría, la Meta de cuidar y proteger,
--hasta la saciedad y la ignominia-- la gallina de los huevos de oro que
nuestra Patria le había dado como Destino para engordar, incluso desde antes,
nada menos que desde el 2011.
Luego entonces, si Gustavo
Rodolfo Cruz Chávez era rector desde el 2011, yo le pregunto a mi inteligente
lector: ¿a quién cree usted que se debe esa millonaria deuda que ahora ya
conocemos? Y su respuesta seguramente es: “Pues la deuda no ha de provenir del
arquitecto Tomás Balarezo Cota. Y mucho menos porque cuando este fue rector, la
institución se ubicaba en las instalaciones de la Escuela Primaria Federal
"18 de Marzo".
Y matar la gallina de los
huevos de oro, jamás seria la descabellada idea de alguien tan ladino como Cruz
Chávez. Y menos cuando ya después sale a la luz pública que el jugoso sueldo
del rector era por más de 2 millones y medio de pesos anuales, -por cierto
superior a lo que obtiene el propio gobernador del estado—de lo cual comentaré
más adelante y que –por ende-- no deja de ser una clara muestra de que Gustavo
aprendió muy bien las artes de la bellaquería.
Lo cierto es que siempre, para
ganar ganar, y jamás perder perder, allí estaba siempre la cara amable,
sonriente, amena y agradable que Gustavo Rodolfo Cruz Chávez,
presentaba en cada uno de los actos políticos a los que asistía. Y a eso se
debía ese rostro garboso, simpaticón y gracioso que asomaba durante las
festividades a donde acudía representando a nuestra máxima casa de estudios.
Pero retomando aquello de cara
y cruz, este tipo es de dos caras. Porque allá no me cabe la menor duda
que Gustavo Rodolfo Cruz Chávez es desconfiado, ladino, malicioso. Y
también tengo la certeza de que, -muy allá en el fondo-, encierra algo de
perversidad e hipocresía.
Y no es para menos, si traemos
a nuestra memoria la otra bien investigada nota por nuestro Diario El
Independiente, del 14 de agosto de 2018, donde a través de sus páginas
afirmó que Gustavo Rodolfo Cruz Chávez, como rector de la UABCS obtenía
un jugoso sueldo mensual de 221 mil 328 pesos mensuales, según la plantilla
hecha pública por la SEP Federal, “lo cual contrasta grandemente con los
130 mil pesos que gana anualmente un maestro de asignatura”.
Es decir, más de 2 millones y
medio de pesos anuales, más lo que se acumule por aguinaldos, primas
vacacionales y demás prestaciones. Lo que deja en claro que ganaba mucho más
que cualquier funcionario local, incluyendo al propio gobernador.
Sin duda que esos eran los
motivos que movían al astuto rector al ahorro de agua, de energía eléctrica, de
combustibles, de gastos telefónicos Etc., dentro del campus universitario. Y es
de advertirse que su preocupación no era precisamente que la UABCS obtuviera
ahorros. Entonces, ¿cómo carajos no aceptar las críticas respecto a que la
UABCS es considerada como una de las universidades más caras del país? Y ¿Cómo
no aceptarse la deserción cuando hay jóvenes que no pueden cubrir los costos de
una carrera?
En fin, en todo esto estriban
las perversas ambiciones de alguien como este personaje a quien le sobran
defensores de oficio. De esos que pretendan defender lo indefendible como lo
hizo entonces Dante Arturo Salgado, quien en ese intento de salvar a su protector,
se enredó en su propia piola al decir que “no hay sueldo de rector, de
secretario general ni de secretario de finanzas”. Sino que “hay un rector
profesor investigador, un secretario general profesor investigador y un
secretario de finanzas profesor investigador”. Aclarando que dicha cantidad que
obtiene el rector como salario, corresponde al concepto de “costo”, y no el
concepto de “ingreso” en donde al primero se suman además los pagos por
prestaciones laborales e instituciones de crédito.
Y sepa Dios lo que quiso
decir. Pero lo único cierto, valedero e indiscutible, es que ahora está como
sucesor de aquel. Y no para cubrirle las espaldas, conste.
Cuestión de tiempo.