• Homenaje al finado ídolo de los Lakers. El Staples Center recibió a 20 mil personas para despedir igualmente a Gianna
Los Ángeles. Cuando Kobe Bryant murió, una
parte de mí también se fue, dijo Michael Jordan con los ojos congestionados por
las lágrimas ante 20 mil personas, entre celebridades, familiares, amigos y
fanáticos del fallecido ídolo de los Lakers, reunidos ayer en un emotivo
tributo en su honor en Los Ángeles, una ciudad dolida por la pérdida de una de
sus figuras emblemáticas.
Un homenaje en el Staples
Center con aura de tristeza infinita y devoción al recuerdo de un hombre que
transcendió con los rechinidos de sus zapatos sobre la duela.
En su turno, la viuda de Kobe,
Vanessa Bryant, hizo una emotiva descripción de la estrella de la NBA y de su
hija ante un abarrotado homenaje para ambos, que fallecieron el mes pasado en
un accidente de helicóptero que cobró otras siete vidas.
En un discurso en ocasiones
interrumpido por las lágrimas, Vanessa elogió la devoción de su esposo al
dirigirse a miles de aficionados que acudieron a la arena para dar el último
adiós a Bryant y su hija Gianna, de 13 años.
El tributo se realizó en la
arena del centro de la ciudad en donde Bryant jugó por los Lakers durante 17
temporadas de su carrera de dos décadas en la NBA. Miles de aficionados, muchos
de ellos vistiendo las camisetas de Bryant o los colores del equipo, acudieron
al homenaje para el deportista más popular de Los Ángeles e icono del
basquetbol a escala mundial.
Música y
cortometraje
La ceremonia inició con la
cantante Beyoncé interpretando sus canciones XO y Halo,
acompañada por una docena de músicos. Más tarde, Alicia Keys interpretó Moonlight
Sonata, de Beethoven, como parte del programa, y Christina Aguilera
cantó Ave María.
El acto de dos horas concluyó
con la proyección de Dear Basketball, el cortometraje que le valió a
Bryant un Óscar.
Entre los presentes se
hallaban ex estrellas de los Lakers como Jerry West, Kareem Abdul Jabbar, Magic
Johnson y Pau Gasol. El comisionado de la NBA, Adam Silver, se unió a Michael
Jordan, Shaquille O’Neal, Phil Jackson y docenas de jugadores actuales de la
liga, incluyendo a Stephen Curry, Kyrie Irving y los originarios de Los Ángeles
James Harden, Russell Westbrook y DeMar DeRozan. Celebridades de la talla de
Kanye West, Kim Kardashian, Jennifer López y Álex Rodríguez también acudieron.
Jordan, la leyenda de los
Bulls de Chicago, cuya carrera estaba cerca de su fin mientras Bryant iniciaba
la suya a finales de la década de 1990, elogió a Kobe como uno de sus más
queridos amigos.
Desde que subió al escenario,
el rostro de Jordan estaba cubierto de lágrimas.
Todo el mundo quería hacer comparaciones
entre él y yo, y yo sólo quería hablar de Kobe, dijo el ex astro de 57 años,
asegurando sentir gran orgullo de su amistad; quería ser el
mejor hermano mayor que pudiera ser para él.
Beatles de la
duela
O’Neal y Bryant llegaron a los
Lakers al mismo tiempo en 1996, y juntos conquistaron tres campeonatos
consecutivos durante ocho tumultuosas temporadas. Si bien su relación fue con
frecuencia inestable a la vista del público, Shaq dijo que ambos
siempre fueron amigables en privado, incluso comparando su dinámica con la de
John Lennon y Paul McCartney.
Kobe y yo nos presionamos
mutuamente para jugar al mejor basquetbol de todos los tiempos,
siguió Shaq; “me enorgullece que ningún otro equipo haya logrado los tres
títulos consecutivos que los Lakers consiguieron desde que Shaq y
Kobe lo hicieron”.
A Vanessa Bryant la sucedieron
en el podio las estrellas del basquetbol Diana Taurasi y Sabrina Ionescu. Kobe
Bryant era un apasionado partidario del basquetbol femenil y Gigi era
una promesa del deporte.
“Si yo representé el presente
del basquetbol de mujeres, Gigi representó el futuro, y Kobe lo
sabía”, destacó Ionescu, la estrella de la Universidad de Oregon que era guiada
por Bryant.
El dinero obtenido por la
venta de los boletos para el homenaje, cuyas entradas se agotaron, será donado
a la Fundación Mamba and Mambacita Sports, que apoya los programas deportivos
para jóvenes en comunidades en desventaja y que ofrece clínicas deportivas para
niñas y mujeres.
El homenaje inició apenas
horas después de que Vanessa presentó una demanda contra el dueño del
helicóptero que se estrelló cuando había intensa niebla el mes pasado. La
demanda legal de homicidio por negligencia argumenta que el piloto, Ara
Zobayan, fue descuidado e imprudente al volar la aeronave.
El vestíbulo se convirtió en
un mar de personas vestidas de morado y amarillo, colores de los Lakers, y
otras de negro. En las pantallas del marcador, la vida de la familia Bryant
desfilaba a través de las imágenes: Vanessa y Kobe, Kobe y Gianna, toda la familia
disfrazada, Gigi en la cancha, fotografías de ella cuando era bebé
con su padre.
Los aficionados recibieron un
programa que contiene fotografías, un prendedor morado con las siglas KB y una
camiseta con imágenes de padre e hija.