• Decepción y desencanto ciudadano por incongruencias y fracturas en Morena • La lucha del poder por el poder es evidente entre grupos antagónicos morenistas • Se especula sobre la salud física del superdelegado Víctor Castro Cosío
El fantasma de la decepción y
el desencanto flotan cada vez con mayor claridad en torno a la evidente
división y fractura interna que a nivel nacional y estatal presenta Morena ante
la cada vez más cercana elección del 2021.
Arriba y abajo los morenistas
no encuentran claridad sobre las acciones que debieran realizarse para definir
la dirección adecuada hacia la unidad partidista que conforme pasa el tiempo
está cada día más lejana.
A nivel nacional ni el propio
presidente Andrés Manuel López Obrador, puede generar la unificación de
criterios que compacte la labor de un partido precisamente en la tarea que
debería tener como prioridad en este momento, la conformación de cuadros
competitivos para el proceso que formalmente inicia en septiembre de este año
para la elección federal y en diciembre para la contienda estatal.
Desarticulados y evidentemente
dispersos, los morenistas no encuentran el liderazgo adecuado que en
congruencia con sus postulados pueda tener el arrastre necesario para reconvencer
a la población de que repita su apoyo con el voto en el 2021 tal como lo hizo
en las pasadas elecciones del 2018.
Entre las mentiras y fantasías
de un presidente de México que un día se burla de la población y otro también,
los integrantes de Morena ven cómo poco a poco estas diferencias entre sus
grupos político que antes solo se registraban al interior ahora salen a la luz
pública literalmente todos los días.
La más reciente expresión de
desencanto y desilusión la realizó el propio Porfirio Muñoz Ledo, un diputado
federal morenistas que ha externado abiertamente su oposición y malestar sobre
las acciones del partido al que aún pertenece.
¿Cuál transparencia y
honestidad valiente pueden expresar a estas alturas los dirigentes de Morena
que tanto a nivel país como local han evidenciado que buscan más el poder por
el poder que atender verdaderamente las necesidades de la población?
Hay por supuesto un conflicto
grave de intereses de grupos que ponen en verdadero riesgo el resultado
electoral de la próxima contienda.
A nivel estatal Víctor Castro
aliado con Narciso Agúndez y confrontado con Leonel Cota, y su aún dirigente
Alberto Rentería quien busca al mejor postor para venderle la franquicia
morenista, tienen solo once meses para que puedan unificarse y sacar adelante
sus propuestas políticas.
Obviamente se ve muy
complicado que lo puedan lograr en tan poco tiempo.
Vaya, algunos especulan ya
incluso sobre la salud del superdelegado Víctor Castro Cosío y ya trabajan en
reservarle una cama en algún hospital público como el ISSSTE para que sea
atendido como cualquier simple ciudadano, en caso de que su condición física
pueda trastocarse.
Es tal la diferencia interna
intergrupal en Morena que los rumores de que la salud de Castro Cosío está
afectada por tanto estrés, han salido de las mismas filas de morenistas que por
supuesto no ven con buenos ojos al aspirante a la candidatura morenista a la
gubernatura.
Así que el resto de los partidos
seguramente estarán a la espera de que el partido que más votos obtuvo en el
2018, ahora caiga por su propio peso y pierda las elecciones víctima de las
agresiones internas y por supuesto por la decepción que ya es muy marcada entre
ciudadanos que esperaban obviamente un verdadero cambio en las acciones de
gobierno.
Así que en el escaparate
político está la desgarradora contienda de los morenistas entre morenistas que
seguramente será una de las razones por la que la captación de votos ahora no
será arrolladoramente mayoritaria para este organismo político.
Veremos si el PRI o el PAN
aprovechan al máximo esta circunstancia.