• En 40 años de labor, cambió la ópera, llevó el arte a lugares violentos; presentó en Oaxaca a grandes maestros
Ciudad de México. El
promotor cultural Ignacio Toscano falleció ayer, a los 69 años, en el Hospital
de Nutrición mes y medio después de haber sido diagnosticado con cáncer de
páncreas. Su última voluntad fue ser cremado y que no haya sepelio,
sino que lo recordemos con alegría y que se haga en su honor una gran
fiesta con ópera y música tropical.
Durante su trayectoria de 40
años transformó la cultura musical de México. Como director de Ópera de Bellas
Artes, por ejemplo, recuperó el arte del teatro para el género, hasta entonces
dominado por el cartón piedra, el humor involuntario y la falta de calidad.
Gracias a Nacho Toscano, como
fue conocido en el medio cultural, los grandes directores de escena cambiaron
para siempre la ópera en México: en primer lugar, Juan Ibáñez, quien hizo
equipo con Eduardo Mata en un montaje de Don Giovanni, de Wolfgang Amadeus
Mozart, acontecimiento considerado el parteaguas de la ópera en México.
Ludwik Margules, Juan José
Gurrola y Luis de Tavira, entre otros grandes, recibieron abucheos en Bellas
Artes, opacados por los gritos de entusiasmo del público joven. Así comenzó su
revolución Nacho Toscano.
Con Eduardo Mata, Ignacio
Toscano trazó un buen tramo de la excelencia musical de la que hoy goza México.
Fue en la Universidad Autónoma
Metropolitana (UAM) donde Ignacio Toscano comenzó a hacer historia: fundó el
Cuarteto Da Capo, y con Mario Lavista creó la revista Pauta, única en el
mundo por su conjunción de literatura y el gozo de la música.
Con Eduardo Mata creó la
orquesta Solistas de México.
Historia en Bellas
Artes
El Instituto Nacional de
Bellas Artes (INBA) vivió una etapa de esplendor cuando Ignacio Toscano fue
gerente general del Palacio. Hizo historia.
Estudió arquitectura en la
Universidad Nacional Autónoma deMéxico (UNAM), antropología en la Escuela
Nacional de Antropología e Historia y música en la Escuela Nacional de Música.
Ignacio Toscano tuvo un
profundo conocimiento de todas las manifestaciones artísticas y culturales de
nuestro país basado en la experiencia: empezó como jefe del Departamento de
Actividades Culturales de la UAM, donde también fue coordinador de Extensión
Universitaria.
En 1983 fue subdirector de
Ópera del INBA. Un año después llegaría a ser director de esta área.
La cultura vence a
la violencia
Creó el Festival Cultural del
Noroeste como la primera estrategia en el país de combate a la violencia
generada por el narcotráfico, por medio de la expansión de la cultura.
Durante mes y medio, por varios años, llevó a toda
la fuente periodística cultural y a los mejores artistas y creadores a todos
los rincones de Sinaloa, hasta los lugares más apartados, como la sierra de
Badiraguato, viajando en combis que atravesaban ríos no profundos, caminos
lodosos y curvas en las crestas de las montañas. El lema era: la cultura vence
a la violencia.
Toscano fue coordinador
general de Nuevos Proyectos y Teatro en la empresa Ocesa Presenta.
Fue hacedor de proyectos
trascendentales, entre ellos creó el Premio de Dirección de Orquesta Eduardo
Mata, de donde surgieron nuevas figuras, hoy consolidadas, en el mundo musical,
entre ellos el director de orquesta francés Sylvain Gasançon, que visita con
frecuencia México como director huésped de la Orquesta Filarmónica de la UNAM.
En el entonces Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes coordinó el programa Año 2000, Del Siglo
XX al Tercer Milenio, entre otras labores sobresalientes.
Los últimos 14 años los vivió
en la ciudad de Oaxaca, que consideraba su segunda patria.
Allí creó el programa
Instrumenta Oaxaca, sistema semejante al gran proyecto venezolano de José
Antonio Abreu, el de las Orquestas y Coros Juveniles Simón Bolívar, pero en el
caso de Instrumenta, la labor estuvo enfocada hacia el mejoramiento y mayor
crecimiento de la de por sí gran cultura musical oaxaqueña.
Llevó a Oaxaca a las
principales figuras de la enseñanza musical y a grandes instrumentistas (de ahí
el nombre del programa) para impartir talleres y seminarios a los niños y
jóvenes oaxaqueños y de otros lugares del país y a los estudiantes que acudían
desde distintos países a una de las mejores opciones de crecimiento académico.
Lo suyo era lo subversivo: en
Bellas Artes mostró desnudos con las mejores cantantes jóvenes y hermosas de
México. Trajo al cineasta Werner Schroeter para dirigir Salomé, de
Strauss. Llevó a Oaxaca la Banda de Bodas y Funerales del músico balcánico
Goran Bregović a tocar con una banda mixe.
En sus últimas acciones, sin
perderse uno solo de los mejores conciertos en la Ciudad de México, fungió de
secretario de Cultura de Oaxaca y después encargado de ese despacho. Trabajaba,
según confió a La Jornada, en la creación de un centro de las artes en la
capital oaxaqueña.
Sus familiares indicaron que
en breve se dará a conocer la fecha de la fiesta que pidió en su memoria
Ignacio Toscano.