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Hoy es domingo, 24 de noviembre de 2024

La violencia es un fractal y todos la reproducimos: Alaíde Ventura

• “Estas voces femeninas mexicanas jóvenes, mis contemporáneas, tenemos tonos y atmósferas similares porque al final venimos de leer a los hombres y al mundo exterior, a la guerra, la política y la sociedad’’, refiere Alaíde Ventura Medina

La violencia es un fractal y todos la reproducimos: Alaíde Ventura

Ciudad México

 

Ciudad de México. La escritora Alaíde Ventura Medina (Xalapa, 1985) ha causado sensación en México.

En entrevista con La Jornada, la joven narradora habla de su novela Entre los rotos, en la que aborda el tema del maltrato intrafamiliar desde la visión de una niña y sus secuelas.

‘‘Habla de la infancia como una guerra, quitándole la idealización de ser el momento en que éramos libres. No: puede ser un lugar horrible”, relata Ventura Medina a propósito de su novela, que será presentada este jueves en la librería Mauricio Achar.

‘‘No hay escape a las secuelas de un entorno violento. Puede ser que no reproduzcamos las mismas violencias pero creamos unas nuevas. De todas maneras nos movemos en ese tipo de relación, que es la que tuvimos a la mano y nos hacen mal”, sostiene la narradora.

Para ella, el ataque armado y el suicidio de un niño en el Colegio Cervantes de Torreón el pasado viernes muestra que ‘‘la violencia es un fractal: hacia dentro de uno mismo, de cuatro paredes, de un pueblo, de una sociedad. Al final todos la reproducimos”.

Recibe dos premios en menos de un año

Ventura Medina obtuvo en menos de un año el Premio Mauricio Achar Literatura Random House 2019 por Entre los rotos, novela que se puede adquirir en la librería de La Jornada (Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac). Unos meses antes se adjudicó el de Literatura Juvenil Gran Angular.

Su más reciente obra ‘‘es ficción pero está muy en el límite. Retomo mucho de mí para escribir la novela pero no la consideraría autobiográfica. Necesito esa separación porque es muy dura”, refiere.

En la narración, continúa Alaíde Ventura, ‘‘sí hay una búsqueda de bienestar, pero el camino es muy doloroso. Ofrece sosiego pero cuesta mucho porque a mí me costó mucho escribirla. En tiempo, fue año y medio, pero en tiempo en terapia, interno, fueron 10 años. Son muchos temas que yo no podía ni siquiera mencionar en terapia y cuando empiezo a escribir pues fluye. El proceso de escritura fue rápido pero el de armar la historia fue muy prolongado”.

Sobre el maltrato intrafamiliar, menciona que ‘‘siempre ha existido, pero veíamos hacia otro lado. Estaba socialmente naturalizado. Una cosa es que fuera legal y otra que no lo consideraran tan patológico. Los clásicos dichos de ‘esas cosas son así; los hombres son así; esas cosas pasan’. Ahora siguen sucediendo pero cada vez más hay un debate de que ya no deberían ser”.

Su personaje y narradora ‘‘para sobrevivir tuvo que reprimir y dejar atrás recuerdos dolorosos. Ahora puede mirarlos porque hay fotografías o evidencia, pero ella había podido vivir 20 años como si no hubiera sucedido. Mientras no haya un trabajo de indagación y sanación permanecen. Por eso, ella establece relaciones que están todas rotas, porque qué más puede ofrecer una persona rota”.

En torno a la situación de violencia en México, opina que ‘‘no vamos a poder abordar estos años de guerra hasta dentro de más tiempo. Ahorita estamos dentro y está naturalizada. Hasta que veamos hacia atrás diremos ‘60 mil desaparecidos. Esto fue una guerra’. Pero en este momento no es muy claro. Es como en una familia cuando el padre es violento pero siempre ha sido así. Tienen que pasar años y salir de ahí para decir que había un problema.

‘‘Podemos utilizar una especie de metáfora literaria que es el arco transformación: el personaje al inicio y al final no puede ser el mismo porque ya vivió cosas. Quizá podamos construir una nueva sociedad, aunque está complicado. Yo intento con el libro que al final la protagonista logre una nueva versión de sí misma.”

Sobre el grupo de escritoras entre las que se reconoce, Alaíde Ventura Medina señala que ‘‘estas voces femeninas mexicanas jóvenes, mis contemporáneas, tenemos tonos y atmósferas similares porque al final venimos de leer a los hombres y al mundo exterior, a la guerra, la política y la sociedad.

‘‘Empezamos a hablar de lo íntimo y lo doméstico; son ambientes familiares e historias de infancia; son voces en primera persona, frases cortas y evocativas. Creo que hay resonancia y somos muchas escribiendo sobre esos temas, como quitándonos los pink glasses (lentes rosas) para ver en sus verdaderos tonos la realidad.’’

Alaíde Ventura menciona a‘‘las escritoras de hace 40 años no estaban arropadas ni en su propia casa. Era un trabajo titánico. Ahora sigue siendo difícil, pero es en comunidad: hacer una manada de mujeres que estamos saliendo para decir: ‘esto existe, esto sucede dentro de una casa. Las relacio-nes de pareja son desiguales. Las violencias...”’