• 'Mecánica de la luz' muestra por primera vez 108 imágenes de potente visión estética, "una nueva contribución al arte mexicano"
Ciudad de México. Una
investigación en los archivos del muralista Fermín Revueltas (1901-1935) lo
revela como fotógrafo de vanguardia, a la altura de Manuel Álvarez Bravo
(1902-2002), la gran figura en México en ese campo en la primera mitad del
siglo XX.
Así lo considera el curador
Ernesto Peñaloza, quien preparó la exposición Mecánica de luz, que se
presenta en la Academia de San Carlos, una iniciativa del Instituto de
Investigaciones Estéticas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), en colaboración con la Facultad de Artes y Diseño y la familia
Revueltas Valle.
La muestra da a conocer, por
primera vez, una selección de 108 fotografías captadas por el joven Revueltas,
cuya potente visión estética revela una nueva contribución al arte
mexicano de la época, explica Peñaloza en entrevista con La Jornada.
Las imágenes de Fermín
Revueltas, añade el especialista, se insertan en el contexto de movimientos de
vanguardia posrevolucionarios como el estridentismo y, sin duda, se deben
considerar parte del surgimiento de lo que se conoce como fotografía moderna
mexicana.
Fermín Revueltas murió a los
35 años, luego de una prolífica producción de dibujos, bocetos, pinturas de
caballete, acuarelas, vitrales y, sobre todo, murales. Su viuda, Ignacia
Estrada, se encargó de cuidar el legado, que en la actualidad está en manos de
sus nietos.
Espíritu futurista, inquietud
estridentista
El acervo consta de un archivo
documental con materiales impresos, recortes de periódicos, invitaciones, así
como óleos, proyectos para murales y vitrales, y 576 imágenes fotográficas que
durante muchos años se pensó eran sólo auxiliares de su oficio de pintor.
Pero en su obra fotográfica,
añade Peñaloza, “Fermín juega a capturar el movimiento, muy en el espíritu de
los futuristas, o en las inquietudes de los estridentistas de México; es un
caso único en la fotografía de esa época.
En la exposición también
incluimos sus fotomontajes, que también son un descubrimiento, además de las
fotos de familia, retratos y autorretratos en los que hay novedades. En
particular, me llaman la atención sus álbumes, en los que hace una asociación
de imágenes con impresiones de época, para armar un discurso con diferentes
usos, no sólo para llevarlo al muro o a sus vitrales, sino simplemente para
desarrollar temas, a manera de fotoensayos.
Coral Revueltas, nieta del artista, dijo a La
Jornada que sería justo que la obra de su abuelo tuviera itinerancia por
varios museos del país, además de hacerle, por fin, un catálogo razonado. “La
intención de nuestra alianza con el IIE –que tiene el archivo en comodato–, y
quien se quiera sumar al proyecto, es la publicación del acervo fotográfico”,
puntualizó.
El curador de Mecánica de
luz mencionó que una gran retrospectiva dedicada a Fermín Revueltas
“implicaría una investigación seria en Estados Unidos, porque el pintor vendió
mucha obra allá; incluso, dos de sus exposiciones viajaron a Europa en la
década de los 20. Fueron años en los que se promovía mucho el arte mexicano
fuera del país.
“Me llama mucho la atención lo
informado que estaba Fermín de lo que se estaba haciendo en el mundo: sabía de
constructivismo ruso, tuvo información de la Bauhaus, conoció el arte que
estaban haciendo en Italia los futuristas, le llegaba información de los
vanguardistas franceses, y eso lo sumó a su experiencia en Chicago, en una
época en la que el arte estadunidense se dio cuenta de su rezago frente a
Europa, de su incoherencia ante su poderío militar económico y que en arte
algunos autores comienzan a tomar conciencia de la importancia de que asuman su
papel acorde al poderío de su país.
Todo ello es detectado por
Revueltas, también como diseñador editorial. Fermín es pionero en muchas cosas,
en muralismo, en estridentismo, cuando ilustró el primer manifiesto de ese
grupo; luego formó parte de la primera generación de maestros de la Escuela de
Pintura al Aire Libre de Bellas Artes, y le entró a