Julie Goislard recibió una llamada de su banco y no precisamente para ofrecerle una tarjeta de crédito
FRANCIA.
Una mujer decidió quejarse por el mal servicio de su banco sin imaginar que sería escuchada por la institución y la castigarían de una forma muy cruel e injusta.
Julie Goislard, originaria de Francia, mandó varios mensajes por Twitter quejándose del servicio ofrecido por los cajeros de su banco (Société Générale) ya que ninguno funcionaba y siempre que intentaba reclamar vía telefónica la dejaban colgada.
Así pasaron algunos días, hasta que recibió una llamada del banco que la dejó helada.
Société Générale la contactó no para intentar solucionar su problema con los cajeros, sino para pedirle que dejara de quejarse en Twitter.
Ante la negativa de dejar de expresar su sentir por el servicio, al poco tiempo Julie recibió un correo donde se le notificaba que su cuenta sería cerrada por un ‘sobregiro’.
El caso fue retomado por medios franceses y más clientes insatisfechos se sumaron contando sus experiencias en dicha empresa.
El tema se hizo tan comentado que el propio alcalde de su ciudad publicó un mensaje y ofreció su apoyo a Julie.