• Irarragorri saltó a escena en 2006, y tras un fallido y breve paso por el Querétaro, se empleó en el equipo Santos Laguna, del que se apropió en 2013 haciendo malabares financieros
Ciudad de México
Para ser dueño de un equipo de futbol en la
Liga Mx, más que una gran fortuna se necesita astucia, habilidad para hacer
política e infatigable manejo de las relaciones públicas. El resultado puede
ser fabuloso, como lo demuestran los casos de Jesús Martínez y Alejandro
Irarragorri. Y si ayer la multipropiedad resultaba aberrante y cuestionada, hoy
se contempla como algo virtuoso. Los empresarios convencionales, se ha visto,
no embonan en este giro.
En tiempos de confrontación, Televisa exhibió
el crecimiento de Grupo Pachuca, que de la mano de Martínez trepó sin escalas;
logró tanta fuerza que intentó romper los diques con que el duopolio televisivo
tenía cercados a todos los clubes y, sobre todo, al Tri.
En resumen, la televisora compiló lo que ya se sabía: Martínez supo pactar con
los gobiernos estatales en turno –anhelantes de tener un equipo de futbol– y se
benefició de dinero y terrenos de los hidalguenses.
Irarragorri saltó a escena en 2006, y tras un
fallido y breve paso por el Querétaro, se empleó en el equipo Santos Laguna,
del que se apropió en 2013 haciendo malabares financieros. En 2016 se asoció
con la familia San Román con un 50 por ciento del Tampico Madero, hasta que en
2018 la desplazó para quedarse con el 100 por ciento. Al equipo le fue mal, y
enseguida puso en juego sus buenos oficios federativos: pagó la pírrica suma de
15 millones de pesos para no descender.
Otra vez con los bolsillos vacíos, pero muy
activo desde los intestinos de la FMF (siempre parte del Comité de Desarrollo),
Irarragorri inicia en 2018 negociaciones con Grupo Salinas para tener al Atlas.
Sin dinero a cambio, tuvo que ceder un 30 por ciento del propio equipo
rojinegro, del Santos Laguna y del Tampico Madero, así como de los estadios
Jalisco y TSM. Se presentó en 2019 como nuevo dueño del Atlas sin ofrecer
capital fresco ni prometer refuerzos.
Asegura que el futbol ha cambiado y el
dinero no lo es todo, no obstante, cual auténtico mago, aspira a ubicar al
Atlas entre los seis clubes con mayores ingresos del país. Elabora frases
rebuscadas como la de inteligencia deportiva y habla de
una restructuración profunda en todas las divisiones para generar más
ingresos. Ya sin la presencia molesta de Fidel Kuri, con quien tenía un pleito
personal, Irarragorri asegura que al gremio le faltan mejores dueños.
Llegó el momento de hacer a un lado los
discursos. La realidad es acuciante. El circuito de Ascenso, donde militan
Zacatecas, Tampico Madero y Dorados de Sinaloa, de los grupos Pachuca, Orlegi y
Caliente, está en crisis tras la salida de Potros UAEM y de Loros de Colima. Es
tiempo, pues, del despliegue de magia y política para
reorganizar y salvar el torneo.
En tiempo de recesión varios están
enfrascados en la tarea de allegarse recursos vendiendo jugadores, como Necaxa
y Xolos, y con los dedos de una mano se cuenta a los propietarios
financieramente sólidos, por lo que el futbol mexicano se aferra todavía más al
mercado estadunidense y al invento denominado Leagues Cup. En este receso
fluyeron hacia la MLS las principales ventas (Alan Pulido, Lucas Zelarayán,
Lucas Cavallini, Edison Flores).
Los equipos cerraron pretemporada y los
augurios optimistas giran en torno a Chivas y Cruz Azul. El Rebaño se
abasteció de forma decorosa y con el regreso de José Juan Macías encendió las
ilusiones entre su vasta afición, que espera poner fin a la frustrante racha de
cinco torneos sin figurar en la liguilla. El Guadalajara es sin duda uno de los
principales activos y atractivos de la Liga.
La Máquina no tiene más enemigo que a sí
mismo. Si la cúpula decide llevar la fiesta en paz puede dar gratas notas, a
pesar del inicio con la mala noticia de la fractura de Milton Caraglio. Si la
cantera de Pumas se mantiene en la misma aridez que la cartera, muy poco se
puede esperar de los auriazules. La liga femenil arrancó y al igual que en la
rama varonil ya hay favoritos: otra vez los equipos regios.