La Paz, Baja California Sur. El líder de la fracción parlamentaria del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en el Congreso del Estado, Esteban Ojeda Ramírez, adelantó que en el próximo periodo de sesiones podría presentarse una iniciativa para prohibir en Baja California Sur (BCS) cualquier tipo de pena corporal como medida correctiva en menores de edad, después de que el Senado de la República aprobara por unanimidad prohibir dichos castigos.

“En el caso de Baja California Sur, hay sectores de la población que todavía aplican esos castigos”, aseguró Ojeda Ramírez. “Todavía hay escuelas donde de repente les dan sus coscorrones a los niños […], tendríamos que armonizar o buscar las leyes estatales que estén vinculadas con la ley general, para que se vaya realizando una norma estatal”. Y adelantó: “tenemos que adecuar las leyes, los códigos correspondientes y meterle un poquito también a la ley estatal de educación […], que los niños vayan teniendo esa cultura y lleven a su casa la noticia de que se ha aprobado una ley que prohíbe los castigos corporales a los menores”.

Es así que el diputado consideró como  un “gran acierto” el caminar hacia la prohibición de estas medidas, para así “avanzar hacia otro tipo de métodos disciplinarios, como la orientación, el consejo, la asesoría”, ya que “es una constante en muchas regiones del país, donde las penas corporales a los menores de edad, o a los niños y adolescentes, como un medio de corrección disciplinaria, se aplican”.

En este sentido, Ojeda Ramírez recordó que “hay estudios realizados por psicólogos en los que se observa que en hogares violentos, donde castigan a los niños corporalmente, con golpes y demás”, crecen “niños que en el futuro se convierten en violentos, después en adolescentes y en adultos violentos en hogares que pueden tener problemas de violencia familiar”.

En el documento aprobado por el Senado se señala que el castigo corporal y otras formas de castigo son todavía usadas como medios de disciplina en México, y refiere que 6 de cada 10 niñas, niños y adolescentes en el país, de entre 1 y 14 años de edad, han experimentado algún método de disciplina violenta.