• El tratado daría tanto a Trump como a Nancy Pelosi un triunfo legislativo pese a la crisis política por el posible juicio político al mandatario
Washington. Los demócratas en el Congreso de EU llegaron
a un acuerdo preliminar con los sindicatos y con la Casa Blanca sobre la nueva
versión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que ha sido una de
las prioridades del gobierno de Donald Trump.
Aún
falta finiquitar los detalles y el representante comercial estadunidense deberá
presentar la legislación correspondiente ante el Congreso, informó una fuente
demócrata que pidió guardar el anonimato. Por ahora no se ha fijado la fecha de
la votación.
El
Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (conocido como T-MEC) le daría
tanto a Trump como a su principal opositora, la presidenta de la Cámara de
Representantes Nancy Pelosi, un triunfo legislativo pese a la crisis política
en Washington por el proceso para una posible destitución de Trump.
El
anuncio podría darse el lunes mismo, aunque Pelosi aún no ha aprobado el plan,
según sus allegados.
El
nuevo pacto comercial reemplazaría al Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN), que eliminó casi todos los aranceles y otras barreras
comerciales entre Estados Unidos, México y Canadá.
Críticos
–entre ellos Trump, los sindicatos y muchos legisladores demócratas– llevaban
años denunciando que el TLCAN estaba eliminando empleos en Estados Unidos
porque las compañías mudaban sus fábricas al sur, donde le pagaban menos a los
obreros, y enviaban los productos al norte sin aranceles.
Las
tensas negociaciones, que duraron semanas y fueron estrechamente observadas por
importantes sindicatos estadunidenses, derivaron en un acercamiento. Pelosi
siempre ha sido partidaria del libre comercio y estuvo a favor del TLCAN cuando
se firmó en 1994.
Los
demócratas en distritos electoralmente competitivos han estado presionando para
que sea aprobado el nuevo acuerdo, a fin de demostrar un logro de la mayoría
demócrata en la cámara baja.
Si
se ratifica el acuerdo, el Congreso podría quitarle algo de incertidumbre al
futuro de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Canadá (su segundo
mayor socio comercial) y México (el tercero), y posiblemente estimularía a la
economía estadunidense. Los agricultores estadounidenses, particularmente,
están ansiosos de asegurarse de que sus exportaciones a Canadá y México sigan
sin interrupciones.