• Ayotzinapa y otros casos integran 'Ciencia por la verdad', editado por el CLACSO como parte del Premio Latinoamericano Juan Gelman que se otorgó al EAAF
Ciudad de México
Un puñado de médicos forenses hurgan en el
horror para recuperar la dignidad y la memoria de cientos de desaparecidos. Son
los miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), del que tanto
se habló en México cuando acudieron al basurero de Cocula, Guerrero, a rastrear
posibles restos de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
La historia de ese caso y el trabajo
realizado durante 35 años se publica ahora en el libro Ciencia por
la verdad, editado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales (CLACSO) como parte del Premio Latinoamericano Juan Gelman que se
otorgó al EAAF en noviembre de 2018, por su compromiso con la ciencias sociales
y los derechos humanos.
Cuando se lee la lista de los países dónde el
equipo ha trabajado, se tiene enfrente “la geografía del horror”, dijo el
periodista Hermann Bellinghausen durante la presentación del libro, en el
contexto de la 33 Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Explicó que cuando se visita Acteal, donde
ocurrió una masacre hace más de 20 años, “ahí están todos los muertos, y eso es
muy envidiable para quienes sus muertos no están en ningún lado, o donde hay
huesos que no tienen nombre.
“El trabajo que hace el EAAF al confirmar de
quién se tratan los restos que analizan es muy doloroso, es cierto, pero a las
familias les permite cerrar un calvario. Hay personas que no comprenden por qué
las personas que siguen a la espera de los restos de los mineros de Pasta de
Conchos continúan insistiendo en recuperarlos. Pero es algo que ellos
necesitan.
“Este trabajo surge de una necesidad. Pero
ahora estamos viendo otro tipo de muertos que son los nadie, las muchachas que
salen a la tienda y no regresan. México se ha vuelto un camposanto de personas
de fuera, estamos llenos de huesos de migrantes. Son muertos que no le importan
a nadie más que a sus familias, y el EAAF ha estado ahí, en su búsqueda.
“No quisiéramos que fuera necesario un equipo
como el argentino, pero desgraciadamente es indispensable para la justicia,
para la salud mental de los familiares, para la tranquilidad de la sociedad y,
además, se esperaría que para que se aprendiera, pero eso es algo que se ve
imposible porque cada día hay más horror”.
Si bien la historia del EAAF comenzó en su país,
con el paso de los años su trabajo como especialistas en investigación forense
ha llegado a abarcar casi al mundo entero, reiteró
En su turno, Marieclaire Acosta comentó que
el libro Ciencia
por la verdad; 35 años del Equipo Argentino de Antropología Forense
(EAAF) recoge estampas de la actividad de los forenses argentinos en
sitios tan diversos como el Kurdistán, Sudáfrica, Vietnam, España, y Guatemala,
para nombrar sólo algunos.
“Como tal, es también una especie de atlas de
la barbarie, a la vez que un testimonio del incansable esfuerzo de la humanidad
por recuperar la paz y la civilidad a través de la búsqueda de la verdad y la
justicia”.
Sin el ánimo de denunciar a nadie, continuó
la académica y activista, “sino para poner de manifiesto cuán lejos estamos aún
de obtener verdad y justicia para los miles de desaparecidos y ejecutados de
México, aquí no hay todavía la suficiente voluntad política, a pesar de los
esfuerzos de familiares que hurgan terrenos con varillas para encontrar los
restos de los desaparecidos”.