Mientras la Oficina del Ejecutivo cuenta con un presupuesto de 100 mdp al año, la SSA requiere 82 mdp para homologar el salario entre suplentes y basificados
La Paz, Baja California Sur.- “Todavía no tenemos un mejor futuro, lo vamos a tener cuando tengamos un gobierno distinto”, opinó el presidente de la Comisión de la Salud, la Familia y la Asistencia Pública en el Congreso del Estado, Humberto Arce Cordero, al señalar que “la alta burocracia” del Gobierno del Estado debe reducir sus gastos para aspirar a un mejor futuro.
“En la Oficina del Ejecutivo, para sus gastos y todo, se gastan 100 millones” al mes, detalló Arce Cordero, para ofrecer “un ejemplo de cómo reduciendo los gastos superfluos podemos, ahora sí, que muchos tengan un mejor futuro”. Y es que, por otra parte, “la Secretaría de Salud necesita para el siguiente año un total de 82 millones de pesos para homologar los sueldos entre los suplentes y los que tienen base. Es decir, para que un médico, un dentista, un químico, un radiólogo, que hace el mismo trabajo que el de base, gane lo mismo que el de base”.
Arce Cordero considera que, “si redujéramos la alta burocracia, los altos gastos en viáticos, en coches, en arrendamientos y cuestiones de la alta burocracia, pudiéramos ahorrar el dinero suficiente para redireccionarlo a salud y beneficiar a más de 500 trabajadores de la Secretaría de Salud que están en esas condiciones”.
“Gastan 300 millones de pesos en una villa deportiva y se la entregan a unos particulares para que hagan negocio con ella”, continuó el diputado, para señalar cómo la inversión pública puede convertirse en beneficio privado, a costa del erario. “Qué fácil es hacer las cosas con dinero público, así hasta yo me hago empresario”, dijo.
“Sí, hay deporte profesional que nunca ha habido; sí, está bien, va uno y se divierte en el beisbol: pero dejen entrar libremente. Ahorita, si quieres organizar un partido de futbol, tienes que pagar como 20 o 30 mil pesos para rentar el Estadio Guaycura a un particular, cuando el chiste es que lo use la gente, que lo use el pueblo, que jueguen ahí las escuelas, que se hagan los interprepas y los torneos de barrio”.
“Si quieres incentivar a un privado que quiere traer deporte”, propuso por último Arce Cordero, “pues ayúdale a que construya su propio estadio: dónale un predio, bájale impuestos, dale un empréstito, pero no le des una concesión”.