• Acusa negligencia médica. La carrera del zaguero se truncó luego de sufrir un infarto cerebral en 2008
Ciudad de México. A 11 años de que su carrera como futbolista
profesional se vio truncada por un infarto cerebral, el ex jugador del América
Carlos Sánchez confía en que las autoridades del país por fin hagan
justicia y no se dejen corromper por uno de los clubes más poderosos e
influyentes del país cuando emitan el fallo que determinará si el equipo
debe pagarle o no una indemnización por daño moral.
El
martes 12 de agosto de 2008, el ex defensa central sufrió una oclusión del
sistema arterial cerebral durante un entrenamiento con las Águilas, la cual fue
consecuencia de un diagnóstico erróneo y de la falta de revisiones médicas
subsecuentes tras un golpe que recibió en la cabeza el 15 de mayo de ese mismo
año, en un partido ante el Santos de Brasil, dentro de la Copa Libertadores.
Debido
al infarto, Charz,
como lo apodan sus conocidos y quien en ese entonces tenía 28 años, fue
sometido a un cateterismo que le dejó ciertas secuelas, por lo que
posteriormente tuvo que tomar diversas rehabilitaciones para tratar de
recuperar la movilidad en el lado izquierdo de su cuerpo, lo cual aún no ha
podido conseguir al ciento por ciento.
Durante
el proceso de recuperación, el otrora zaguero fue apoyado por el América, el
cual incluso lo motivó a estudiar para ser director técnico. Una vez que
consiguió su título, en diciembre de 2012, el club lo empleó como entrenador en
enero de 2013, aunque sólo por seis meses, pues después de ese lapso se negó a
renovarle su contrato dejándolo en el desamparo, ya que nunca le dieron una
indemnización como jugador y mucho menos como trabajador.
A
partir de ese momento, Sánchez emprendió una larga lucha en tribunales en busca
de que la escuadra azulcrema, la cual le prometió apoyarlo en todo y de
por vida luego del infarto, se hiciera responsable de la negligencia
médica que cometieron los doctores Alfonso Díaz y Joaquín Velázquez.
El
25 de febrero de este año, parecía que la extensa pugna legal entre Charz y
el América había llegado a su fin, luego de que un juez ordenó a la institución
azulcrema pagarle al ex defensa central 30 millones de pesos como indemnización
por daño moral.
Sin
embargo, dicha determinación, explicó Alfredo Massad, abogado de Carlos, fue
apelada por el club mediante alegatos tramposos y múltiples
inconsistencias legales, muchas de ellas absurdas, y tras dichos recursos, el
pasado 26 de octubre los magistrados de la cuarta sala civil del Tribunal
Superior de Justicia de la Ciudad de México decidieron absolver de toda
responsabilidad al conjunto azulcrema, así como a la Federación Mexicana de
Futbol (FMF) y a Grupo Televisa, propietaria del América.
Ante
esta sentencia, el ex jugador, ahora de 39 años, se amparó y está en espera de
que a principios de 2020 se emita un nuevo fallo, y confía en que en esta
ocasión los magistrados Juan Arturo Saavedra Cortés, María Rosario Marenco
Ortega y Carlos Vargas Martínez no vuelvan a ser cómplices de las
artimañas del club y permitan que se efectúe un nuevo acto de corrupción.
Charz recuerda que tanto Yon de Luisa, ex
empleado de Grupo Televisa y hoy titular de la FMF, así como el entonces
presidente del equipo, Michel Bauer, y su propietario, Emilio Azcárraga Jean,
prometieron apoyarlo para que tuviera un sustento económico, el cual le
ayudaría a pagar gastos médicos y su propia manutención, pero no lo han
hecho, incluso una de las artimañas del club para no hacerse responsables fue
tratar de meterme a la cárcel argumentando que hice un fraude.
El
ex zaguero central lamenta que el club, del que formó parte desde los cinco
años de edad, le haya dado la espalda cuando más lo necesitaba. Lo único
que pido es que se haga justicia por una negligencia médica que permitió el
equipo y que me arrebató la oportunidad de trascender y hacer una carrera como
futbolista, que fue lo que soñé toda mi vida.