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Hoy es jueves, 28 de noviembre de 2024

Daniela Liebman afina su agenda 2020

• La pianista mexicana de 17 años alista una gira nacional, acompañada por la Siberian State Symphony Orchestra

Daniela Liebman afina su agenda 2020

CIUDAD DE MÉXICO.

La pianista Daniela Liebman (Guadalajara, 2002) hará un tour por México del 15 al 31 octubre de 2020, acompañada de la Siberian State Symphony Orchestra, bajo la dirección artística de Vladimir Lande, que incluirá varias sedes en el país, entre las que destaca la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.

En entrevista con Excélsior, la pianista de 17 años, que el próximo año cumplirá una década de su debut, también habla de sus próximos conciertos en Nueva York y Brasil, de su emoción por el repertorio de Chopin, Debussy y Beethoven, y afirma que no está interesada en adquirir alguna técnica que capte la atención del público.

 

“Mi meta es que me escuchen y no apantallar con técnica, que es una meta popular de la gente muy joven, es decir, impresionar con rapidez o fuerza; cuando salgo al escenario lo que quiero es que el público viva una experiencia. Eso es lo que disfruto, compartir la experiencia de la música e intentar transportar al público a otro lugar o a otro mundo”, comenta vía telefónica desde Nueva York.

 

¿Cómo es ese mundo?, se le cuestiona. “Es un espacio muy especial y difícil de explicar, porque yo ni siquiera lo entiendo. Es como cuando a veces vas a un concierto y el músico controla tus emociones. En un segundo estás sentado en tu propio mundo y cinco minutos después te empiezas a sentir incómodo en tu asiento, como si quisieras salir de tu propia piel, agitado o enamorado de la música, y eso te lleva a vivir una aventura de emociones y de ideas. Y al terminar, sientes que experimentaste la vida de otra persona o de otro mundo, y esa sensación te afecta durante los siguientes días y se queda contigo”.

Y apunta: “Es algo especial para mí, porque unos instantes en el escenario los puedes recordar toda una vida. Para mí lo bonito de la música es cuando eso sucede, porque cuando un músico es muy bueno, el espacio que crea no sólo es el del intérprete que toca algo en el escenario o el del público que sólo observa. Más bien, el público es parte de la experiencia y se convierte en una comunicación entre intérprete y persona, es como si el intérprete pudiera comunicar emociones directamente”.

¿Alguna vez pensaste que tu carrera sacrificó tu infancia? “En realidad no. La música me ha dado un propósito en la vida y lo que siento al momento de estar en el escenario, creando música, es un sentimiento tan bello y me conmueve tanto… que es difícil explicarlo. Es una satisfacción profunda que me llena como persona.

“Para mí, un mundo sin piano sería un lugar muy vacío o un espacio en blanco y negro. Sé que suena dramático, pero es la verdad. La música me ha dado muchísima felicidad y me ha centrado como persona. No importa lo que pase a mi alrededor, siempre regreso a la música y me hace crecer. Si nunca hubiera aprendido a tocar el piano, me habría perdido de mucho. Así que la música no me quitó nada, más bien me dio una infancia que disfruté mucho”, abunda.

¿Siempre lo has vivido así? “En México no es tan visto que los niños comiencen a una edad temprana y entiendo que lo ven como un sacrificio o que alguien me forzó, pero no fue así. Diría que tuve una educación diferente con otro tipo de cosas que sí disfruté, pero no es algo muy anormal. He conocido mucha gente como yo, que empezó a tocar desde una edad temprana y es muy aceptado en otras culturas… sólo es otra manera de vivir tu vida”.

ENTREGAR EL CORAZÓN

 

Para Liebman, 2019 ha sido un año de búsqueda. “Este año me he enfocado en tratar de encontrar mi propia voz con el piano y de ver cómo es mi personalidad y lo que puedo ofrecer en las piezas que interpreto. He pensado mucho en esto, y al escuchar diferentes influencias de otros músicos, intento implementarlas”, explica.

Y añade: “Mi intención al tocar es identificarme con la música de una manera en la que espero que pueda aportar algo distinto. Cada persona tiene una manera distinta de ver las cosas, es decir, un sello personal. Para mí, una de las cosas importantes de la música es que, cuando vas a un concierto y el pianista o cualquier músico tiene una manera nueva de interpretar, me inspira mucho ver esa pieza y me apasiono por trabajar en eso”.

¿Qué tanto ha quedado en la memoria de tu debut?, se le pregunta. “Recuerdo la emoción de la primera vez cuando me dijeron que iba a tocar con orquesta. Fue algo especial que mis papás y yo ni siquiera podíamos procesar. Le teníamos tanto respeto a la idea de tocar con orquesta y en público… pero sí recuerdo la felicidad que sentí al escuchar los instrumentos en el escenario; fue una emoción súper intensa, inédita. Y a eso se suma la adrenalina de la experiencia y al escuchar al público y todo ese amor que ya sentía por la música. Siempre lo voy a recordar”.

¿Recuerdas tu debut con la Sinfónica de Aguascalientes? “Fue súper especial la primera vez que toqué con orquesta. También me acuerdo cuando estuve en el Teatro Degollado y, por supuesto, en el Palacio de Bellas Artes, lugar que siempre escuché desde niña… y luego el Carnegie Hall”.

¿Hay diferencias entre los primeros conciertos y los de ahora? “Cada experiencia con orquesta y con recitales es similar, pues, aunque estoy más acostumbrada al funcionamiento de las cosas, emocionalmente es parecido. Cada que salgo al escenario siento que se me sale el corazón y lo doy todo”.

Para concluir, habla sobre algunas de sus presentaciones para 2020. La primera está programada para los días 26 y 27 de marzo, en Belo Horizonte, con la Minas Gerais Philharmonic Orchestra, en donde ejecutará el Concierto No. 22, de Mozart; y cerrará su presentación en esta ciudad, con un recital solo en la Sala Cecilia Meireles; luego retornará al Festival de Ravinia y hará otros recitales en Nueva York.

Por último, sobre su gira nacional. “La idea es que sea un tour por todo México, pero no sé exactamente todas las sedes. Tengo entendido que será del 15 al 31 de octubre de 2020, una fecha será en Bellas Artes y tocaré el Concierto No. 5 de Beethoven y el Concierto para piano en Sol mayor de Ravel”.