• Aumenta el riesgo de partidos arreglados
Ciudad de México
Los hombres de negocios y empresas inmersas en el futbol se han
convertido en un club cada vez más reducido que ha dado al traste con el ideal
de abatir la multipropiedad. Las historias de deserciones y de fortunas
perdidas se suman torneo a torneo, y mucha culpa la tiene el mal manejo de la
Liga Mx, pues los constantes cambios en el reglamento evidencian falta de
seriedad y desalientan a cualquiera.
En consecuencia, aumenta el riesgo de partidos
arreglados. Habrá tres choques fraternos en el próximo torneo: Atlas-Santos,
Xolos-Querétaro y Pachuca-León. Y por más que federativos y dueños se esfuercen
–en el discurso y en la cancha– por disipar sospechas, la realidad es que desde
el armado de equipos, el propietario tendrá la opción de favorecer a una
franquicia con más y mejores refuerzos en perjuicio de otra plaza, de otra
afición.
En febrero de 2018 el llamado Comité de Desarrollo
anunció que para buscar la estabilidad en los equipos de Primera
División y del circuito de Ascenso, se lanzaba a la cruzada de impedir que los
gobiernos estatales y municipales inviertan en equipos de futbol buscando
limpieza y subir el nivel, puntualizó Gustavo Guzmán, entonces directivo del
Atlas.
Guzmán, con un dejo de envidia y amargura, reveló
que en la vecina MLS ( Major League Soccer de Estados Unidos) en una
década los equipos aumentaron su valor de 15 millones de dólares a 100, y, lo
mejor: ¡Hay inversionistas en lista de espera! Basta recordar la batalla del
inglés David Beckham, quien demoró cuatro años –entre trámites burocráticos y
oposición de la gente– para poner en pie al Inter Miami FC.
En México la lista es al revés: hacen fila para
zafarse de la trampa. Grupo Salinas tardó más de un año en deshacerse del
Atlas, otro tanto demoró la familia Vázquez Raña para vender al Querétaro.
Rafael Herrerías, ex dueño del Veracruz, aseguró que en la Liga Mx ganan
todos, menos el dueño. Gastan mucho, pero están sujetos a cambios de última
hora, anteponiendo siempre los supremos intereses de las televisoras.
La lista de empresarios fugados es larga, a pesar
de que muchos se beneficiaron con dinero de gobiernos estatales y municipales.
No sólo Rafael Herrerías, también Antonio Leonardo Castañón, Salvador Martínez
Garza, los hermanos López Chargoy, Mohamed Morales, Axel Bulle, Amado Yáñez,
Carlos Ahumada y tantos más que, al perder el respaldo de las finanzas
públicas, sencillamente se desmoronaron.
Con ligereza podría decirse que es consecuencia de
la situación económica del país, pero una autocrítica podría revelar mucho más.
Antes, los jugadores importantes sabían que ir a la MLS significaba desaparecer
del mapa; ahora, la liga estadunidense, cada vez más competitiva, es una gran
opción; ofrece seriedad, respeto al jugador y excelente paga. Allá ya está Alan
Pulido, se enfila Edison Flores y pronto Chicharito Hernández...
En tierras árabes, el Monterrey tendrá que mejorar
mucho más para vencer el miércoles al Liverpool y ubicarse en la final
del Mundialito. Turco Mohamed tiene reducidas posibilidades ante
el actual campeón de la Champions League, dirigido por Jürgen Klopp,
también ganador del premio The Best. Sin embargo, en el futbol nada está
escrito y el estratega argentino acaricia el sueño de vestirse de gloria.
América también juega su estrategia. Miguel Piojo Herrera,
quien se ufanó de haber llegado a la final a pesar de sus detractores, optó por
dar unos días de descanso a su plantilla, en vez de concentrarla y pulir hasta
el último detalle hacia la final del día 29 en el estadio Azteca. El tiempo dirá
si la medida de romper filas fue la adecuada.
Los otros tres grandes viven sus
respectivos melodramas. Chivas sigue dando de qué hablar con la adquisición de
jugadores, la ilusión está a tope. Cruz Azul planifica, aunque parece ir en la
ruta para convertirse en un equipo del montón. Los Pumas generan angustia:
lejos de reforzarse planean vender para hacerse de algunos dólares y quizás
comprar.