• Este año, Egipto abrió un museo en honor del Nobel de Literatura 1988
EL CAIRO.
Con un nuevo museo y la publicación de escritos
inéditos, Egipto mantiene viva la memoria de Naguib Mahfuz,
el “padre de la novela árabe moderna”, fallecido hace 13 años.
Un mosaico que representa al escritor de
gafas negras flanquea la muchedumbre de un mercadillo de El Cairo islámico, el
barrio donde pasó su infancia el premio Nobel de Literatura 1988.
Se cruzan chicos en bicicleta, meseros con
sus bandejas y amas de casa regateando con los vendedores. Una escena que
parece salida de una novela de este monstruo sagrado de la literatura, cuyas
descripciones de la vida cairota salpicadas de política y de personajes truculentos
inspiran aún hoy.
Además de las fotos del escritor, El Cairo
alberga un nuevo museo en su honor, inaugurado por el ministerio de Cultura.
Sus efectos personales, entre ellos un escritorio de caoba, sus premios e
incluso su último paquete de cigarrillos, se exponen en una casa otomana
restaurada, construida en 1774.
Un homenaje merecido, según Roger Allen,
profesor de la Penn University de EU y uno de los traductores de Mahfuz, para
quien el Nobel fue esencial en el desarrollo de la ficción egipcia. “Siguió
numerosas pistas a lo largo de su carrera”, dice el académico, precisando que
en su obra abordó temas como “el Egipto antiguo, el sufismo o la política”.
Escritos inéditos, publicados en
2018 en árabe por Mohammed Shoair, periodista de la revista literaria Akhbar Al Adab, revivieron el aura del escritor. En
julio, esta obra póstuma fue traducida al inglés por Allen con el título de El barrio. Según el traductor, estos textos “reflejan
lo que parece un barrio de El Cairo”, uno de los temas preferidos del autor.
Su hija, Oum Kalthoum, recuerda el “vínculo
visceral” del autor con la caótica ciudad de 20 millones de habitantes. Fue
ella quien viajó a Suecia en 1988 para recibir el Nobel de su padre, que no
pudo hacerlo por su deterioro visual. El premio recompensó el conjunto de su
obra, medio centenar de novelas y colecciones de crónicas.
“Escribía sobre El Cairo con auténtico amor.
La describe en los más mínimos detalles. Incluso cuando la criticaba, lo hacía
con amor”, dice Oum Kalthoum.
Una libertad de expresión que casi le cuesta
la vida. Además de sus crónicas sobre los bajos fondos de El Cairo, Mahfuz no
dudaba en romper algunos tabúes religiosos. En 1994, cuando salía de su casa
fue acuchillado en el cuello por islamistas.
Cada día, Naguib Mahfuz caminaba
por las orillas del Nilo para ir a uno de sus cafés preferidos cerca de la
plaza Tahrir, que se convertiría en el epicentro de la revuelta popular en
2011. “Me mostró el Callejón de los milagros, recuerda su
hija, en referencia a una de las novelas más leídas del autor, que fue adaptada
al cine.
Esta novela describe la vida de una calle de
un barrio popular cairota durante la Segunda Guerra Mundial. Este barrio
histórico, rodeado de una muralla del siglo X, es un dédalo que contiene miles
de rincones propicios para la imaginación.