Supimos que
El tema que ha acaparado
espacios en todos los medios locales, nacionales e internacionales es el del
combate, la protesta por la violencia contra las mujeres. Violencia que
preocupa mucho porque va en aumento. Se da en todo el mundo y en todas las
clases sociales. Cultos e incultos. Para vergüenza nuestra ni México ni
Baja California Sur son la excepción. En nuestra entidad esta violencia
ha crecido increíblemente de pocos años para acá. Incluye golpizas,
torturas psicológicas y físicas. En matrimonios legales y en parejas que se
supone que están unidas voluntariamente aunque no estén casadas legal o
religiosamente.
La raíz de la violencia contra
el sexo femenino dicen los expertos que hay que buscarla desde el seno
familiar, desde la niñez de los “machos violentos”, que seguramente nacieron,
crecieron y vivieron por años, viendo como sus madres, hermanas y todas las
mujeres de su familia eran insultadas, golpeadas y hasta asesinadas.
Ellos, los varones violentos, aprendieron erróneamente desde muy pequeños que
las mujeres, “las viejas”, somos una especie inferior que siempre debe estar al
servicio del hombre.
Sin derecho a rebelarse, a
defenderse, a tener una vida propia. Toca a las madres inculcar desde la cuna a
sus hijos e hijas, que ambos sexos debemos respetarnos, cuidarnos, apoyarnos.
Pero con la liberación femenina, donde la mujer ya sobresale en las
profesiones, el arte, la cultura, la política y en los deportes, muchos varones
se sienten atacados, disminuidos, disgustados porque las mujeres se han
convertido en sus grandes competidoras. Les quitan empleos, ascensos,
ocupan espacios que hasta hace muy poco eran exclusivos para ellos.
Toca pues a las madres de familia seguir inculcando desde la cuna a sus hijos e
hijas que los dos sexos (reconocidos legal y socialmente, hasta ahora), están
para complementarse, para formar familias, juntos, sin pleitos ni
intenciones de desaparecer, literalmente, al otro sexo.
Obviamente estamos a
favor de la lucha contra la violencia hacia las mujeres, pero no estamos de
acuerdo en las posturas extremistas que pretenden ver a los varones como
enemigos de las féminas, como tampoco a favor del criterio y del comportamiento
extremista de varones que menosprecian y hasta odian al sexo femenino. Nacimos
(hasta ahora, porque la ciencia avanza a paso agigantados) de la unión de un
hombre y una mujer.
Nuestros padres biológicos
fueron hombres, hay hermanos, familiares, esposos y amigos que son varones. Los
hombres tuvieron madre, hermanas, familiares mujeres, hijas mujeres. Debemos
convivir en paz y ayudarnos mutuamente. No pelearnos y menos atacarnos
físicamente. Desgraciadamente, las mujeres son las que sufren las peores
agresiones de todo tipo... Hasta la semana próxima, Dios mediante.