• Una funcionaria cultural denunció presiones para contratar a la hija de Francisco José Albarrán, líder del Sinitinbal
CIUDAD DE MÉXICO.
El Instituto Nacional de Bellas
Artes (INBA), encabezado por Lucina Jiménez, ha aceptado
presiones sindicales, como la negociación de plazas de base, pese a que desde
enero pasado la funcionaria prometió rediseñar la estructura del Instituto y
analizar las contrataciones, salarios, licitaciones y plazas.
El hecho es revelado por
documentos oficiales, en donde se exhibe
la colaboración entre funcionarios del INBA y el Sindicato Nacional
Independiente de Trabajadores (Sinitinbal), fracción sindical que en mayo
pasado colocó una manta, en la fachada del Palacio de Bellas Artes, utilizada
supuestamente para chantajear a las autoridades federales y que fue calificada
como “la manta más cara del mundo”.
Los documentos involucran al secretario
general del Sinitinbal, Francisco José Albarrán Villanueva, y a las áreas
administrativas de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), así como a la
subdirectora general de Bellas Artes, Laura Elena Ramírez Rasgado; al
subdirector general de administración, Pedro Fuentes Burgos, con el
conocimiento de Carlos Miguel Prieto y de Lucina Jiménez.
La trama inició en octubre de 2018, cuando
Fernando Gutiérrez Frausto renunció a la plaza que ocupaba como asistente
especializado en la OSN.
Semanas después, y siguiendo el procedimiento
oficial, la jefa de personal, María del Carmen Juárez Ramírez, preparó la
documentación de dos candidatos naturales para ocupar la vacante, ante la
Comisión Mixta de Escalafón.
Sin embargo, el 31 de enero de 2019 recibió
en su oficina, ubicada en el teatro Regina, la visita de Francisco José
Albarrán Villanueva, secretario general del Sinitinbal, para informarle que
dicha plaza sería ocupada por su hija, Itzel Albarrán Hernández, debido a “un
adeudo con el Sinitinbal”.
Así consta en el escrito que
Juárez Ramírez remitió a Claudia Hinojosa, directora ejecutiva de la OSN,
fechado el 5 de febrero de 2019.
“Francisco Albarrán (dijo que) se tiene
establecido un acuerdo con esa dirección ejecutiva a su cargo y la citada de
Asuntos Laborales para que dicha plaza sea ocupada por Itzel Albarrán
Hernández, hija del secretario general del Sinitinbal, como así mismo me fue
enterado por usted mediante correo electrónico”, escribió.
Dicho correo electrónico fue remitido por
Claudia Hinojosa, quien informó a Juárez y al director de la OSN, Carlos Miguel
Prieto, que “lo que procede es hacer la propuesta de Itzel Albarrán, señalando
que se otorga en virtud de existir un adeudo con esa representación sindical”.
Sin embargo, no aclaró en qué consiste dicho adeudo.
Pese a la instrucción, Carmen Juárez
argumentó que la plaza “corresponde en estricto sentido a la OSN, dado que es
un recurso que considero imprescindible para la atención de las cargas
significativas de trabajo que en ella se atienden, sin dejar de considerar que
la dirección de la orquesta a su cargo brinda servicio al grupo artístico con
mayor número de integrantes en este Instituto y que cuenta con la menor
cantidad de personal de apoyo no docente para la atención de sus necesidades
sustantivas”.
Y añadió: “expreso mi interés institucional y
la importancia de que la dirección de la OSN ejerza dicho recurso para la
atención de las necesidades reales del servicio, apoyando al personal que ya
labora con nosotros y del que tenemos conocimiento de sus capacidades, como
Sergio Márquez Salazar y Laura Lucero Hernández, no así para la atención de
otros intereses ajenos al Instituto”.
Y concluyó con una reflexión: “En mi carácter
de jefa de Personal, le externo mi preocupación de evitar las malas prácticas
que se han venido heredando de administraciones anteriores en este Instituto,
como heredar plazas y utilizarlas para fines personales. Como servidores
públicos, tenemos la responsabilidad de prevenir conflictos de interés que
afecten la operación de este centro de trabajo que se encuentra a su cargo”.
El documento fue enviado a Hinojosa, a la
subdirectora general de Bellas Artes, Laura Elena Ramírez Rasgado; a Carlos
Miguel Prieto, y al titular de la SGBA, Gabriel Ruiz, con número de oficio
OSN/DP/0154/2019.
Las respuestas no tardaron en llegar.
Primero fue Claudia Hinojosa, quien a través
de un escrito modificó parcialmente su respuesta y aseguró que “para estos
casos existe una Comisión Mixta de Escalafón en donde se determina la ocupación
de la vacante de plazas, de acuerdo con la normatividad vigente y el consenso
entre la representación sindical correspondiente y los integrantes de dicha
comisión”.
Ramírez Rasgado también respondió con un
escrito fechado el 26 de febrero, dirigido a titulares y administradores del
INBA, en donde informó que “a partir del 18 de febrero de 2019, todas las
propuestas para ocupar plazas (de base) a pie de rama que correspondan a este
Instituto, serán designadas por la Subdirección General de Administración
(SGA)”, que dirige Pedro Fuentes Burgos.
El propio Fuentes Burgos respondió, con copia
a la directora del INBA, que “por instrucciones superiores” y con fundamento en
el artículo 62 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, se
dispone que las plazas que se generen, una vez corridos los escalafones
respectivos, serán cubiertas en un 50 por ciento libremente por las autoridades
del Instituto, mientras que el porcentaje restante “por los candidatos que
proponga el Sindicato”.
Y confirmó que su área determinará la
designación de las propuestas para ocupar dichas plazas, “sin menoscabo al
cumplimiento de los acuerdos celebrados entre el INBA y las diversas
representaciones sindicales, respecto de las plazas vacantes por jubilación y
defunción”, aunque no aclaró cómo resolvió este caso.
Según el artículo 62 de la Ley Federal de los
Trabajadores al servicio del Estado, indica que “las plazas de última categoría
de nueva creación o las disponibles en cada grupo, una vez corridos los
escalafones respectivos con motivo de las vacantes que ocurrieren, y previo
estudio realizado por el titular de la dependencia, tomando en cuenta la
opinión del sindicato, que justifique su ocupación, serán cubiertas en un 50%
libremente por los titulares y el restante 50% por los candidatos que proponga
el Sindicato”.
Este diario buscó ayer a Lucina Jiménez,
titular del INBA, para preguntarle sobre el tipo de análisis que realizan en
casos como éste y cómo distribuyen las plazas entre sindicatos, dado que el
Instituto mantiene un registro con cerca de 12 fracciones sindicales, además de
cuestionarle si mantener este tipo de prácticas forman parte de su rediseño
institucional. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no ofreció
información.