• Es la nueva idea, para hacer llegar a los jóvenes la obra de escritoras que publicaron su obra hace más de 20 años y nunca más se reimprimió, a pesar de su relevancia literaria
CIUDAD DE MÉXICO.
Una colección contra el olvido. Vindictas (reivindicadas,
vengadas) es la nueva idea por Publicaciones y Fomento
Editorial de la UNAM para hacer llegar a los jóvenes la obra de
escritoras que publicaron su obra hace más de 20 años y nunca más se
reimprimió, a pesar de su relevancia literaria.
“Obras importantes de autoras que apostaron
su vida para escribir, que mantienen una vigencia asombrosa y, aun así,
quedaron olvidadas por un canon literario masculino que las invisibilizó.
Buscamos que estas voces vuelvan a ser escuchadas, tender un puente entre
generaciones”, explica la escritora Socorro Venegas.
La directora de la dependencia dice en
entrevista que el lema de esta iniciativa, que se lanzará el 2 de diciembre en
la FIL Guadalajara, es: “El canon literario las volvió invisibles, hoy el
tiempo reivindica la urgencia de leerlas”.
Las autoras incluidas en
Vindictas son Luisa Josefina Hernández y Tita Valencia, ambas galardonadas por
el Premio Xavier Villaurrutia; las narradoras y periodistas María Luisa La China Mendoza
y Tununa Mercado, así como Marcela del Río.
“Fueron olvidadas porque así es la historia
que ha tenido el patriarcado con lo que producen las mujeres. Un gran reto
editorial fue revisar quiénes tienen sus derechos de autor; esto ha sido una
labor detectivesca. Ellas recibieron el mensaje de que su obra no valía, aunque
hayan sido premiadas.
“Este mensaje era tan constante y fuerte que,
cuando hacían un testamento, nunca mencionaban a quién cedían sus derechos de
autor o simplemente no hacían testamento. Estamos ante escritoras con obras
valiosas intestadas”, advierte.
Venegas aclara que estas novelas no podían
llegar sin una propuesta de diálogo. “Invitamos a escritoras contemporáneas
para que las leyeran y las resignificaran. Es necesario volver a mirar la
historia de la literatura hispanoamericana bajo una lente empática,
incluyente”.
En cuanto a los temas que abordan, prosigue,
“coinciden en mirar el silencio como una herida y en su mirada sobre el
cautiverio y el dolor del exilio. Para ellas, es muy importante ‘decir’ en sus
obras, narrarse, interpretar el mundo en el que viven. Ofrecen una visión
femenina poderosa, íntima, sensible”.
Las novelas son El lugar donde crece la hierba (1957) de Luisa Josefina Hernández,
con introducción de Ave Barrera; Minotauromaquia (1976) de Tita Valencia, presentada
por Claudina Domingo; De ausencia (1974) de María Luisa La ChinaMendoza, prologada por Jazmina Barrera; En estado de memoria (1990)
de Tununa Mercado, con texto de Nora de la Cruz, y La cripta del espejo (1988)
de Marcela del Río, presentada por Lola Horner.
“Son escritoras a secas, que escriben una
literatura sin adjetivos; que conciben este ejercicio como condición de vida,
como divisa para estar en el mundo. Si vamos a leerlas debe ser sin
condescendencia y con absoluto respeto por el trabajo que hay detrás y el
talento que demostraron. Vamos a definir como lectores el lugar donde deberían
estar estas obras”, concluye Venegas.