• Primer año de gobierno de AMLO. Aumenta decepción por no cumplir expectativas generadas en campaña. • Desgraciada o afortunadamente el 2020 será un año político en donde los desmanes de Morena, cada día más públicos, sumados a los errores de la administración López Obradorista pueden hacer que las pretensiones gubernamentales otra se conviertan otra vez solo en banderas electorales. • La estrategia de abrazos y no balazos y de contraer el gasto público llevan al país hasta ahora por un sendero complicado.
Este domingo se cumple el primer
año del gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador. El balance no
es favorable por lo que hasta ahora la expectativa de avances para México que
se ofreció en campaña aún distan mucho de llevarse a cabo.
Apenas a doce meses de un
gobierno sexenal, el mandato de López Obrador está cargado de errores y lo más
grave, de mentiras.
Verdaderas falacias que de no
corregirse puede propiciar no solo la decepción en la que ya muchos ciudadanos,
sino en un verdadero desencanto.
Las promesas incumplidas de bajar
el precio de las gasolinas, mejorar los niveles de seguridad y de alcanzar un
crecimiento por encima del dos por ciento son hasta ahora solo buenas intenciones
que no se ve por dónde puedan llegar a ser una realidad.
Expresiones contradictorias han
puesto en entredicho un gobierno que aún mantiene aceptación ciudadana pero que
en el último mes, cayó abruptamente algo así como diez puntos en el ánimo de la
aceptación ciudadana.
Sobre todo por el tema de la inseguridad
que golpea terriblemente a gran parte del territorio nacional.
Pero además de los registros de tasa
de crecimiento cero, de este primer año de gobierno se suma los espectáculos
penosos en que han participado representantes populares emanados de Morena como
por ejemplo, la imposición ilegal de la ahora presidenta de la Comisión Nacional
de Derechos Humanos, avalada por el propio presidente López Obrador.
Confrontados con los medios de comunicación
y con todo aquel que no comparta su equivocada visión de la política económica
y financiera, López Obrador no ha podido responder satisfactoriamente a la población
que le otorgó su voto de manera abrumadora en las elecciones de año pasado.
Hay eso sí, una serie de buenos
deseos que hasta ahora no queda bien claro cómo los va aterrizar.
La estrategia de abrazos y no
balazos y de contraer el gasto público llevan al país hasta ahora por un
sendero complicado.
Quizás la reunión con empresarios
de apenas hace unos días donde se espera impulsar casi 150 megaproyectos para generar
mayor desarrollo, empleo y la actividad financiera en general que puedan
brindar un respiro a una administración que no ha podido cumplir con las
expectativas.
Desgraciada o afortunadamente el
2020 será un año político en donde los desmanes de Morena, cada día más públicos,
sumados a los errores de la administración López Obradorista pueden hacer que las
pretensiones gubernamentales se conviertan otra vez en banderas electorales en
donde no es muy seguro que los morenistas vuelvan alcanzar los niveles de votación
registrados en el pasado proceso electoral.
Para López Obrador será esencial tratar
de ganar las elecciones sobre todo en lo que se refiere las diputaciones federales
pues en teoría serán esos diputados electos en el 2021 los que tendrán la responsabilidad
de impulsar la segunda mitad de la actual administración federal.
¿No le parece así amable lector?