• La CNT retoma el clásico de Calderón de la Barca y lo interpreta como el público lo veía en Zaragoza en 1636
CIUDAD DE MÉXICO,
El texto de la obra, su dimensión poética y el trabajo
del actor han sido, desde el principio, los ejes de la versión de La vida es sueño, del dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), que
estrenará hoy la Compañía Nacional de Teatro (CNT) del INBA.
“Para
mí, es la obra más difícil por su dimensión poética y filosófica, por lo que
representa en la historia de la literatura universal y porque, al
interpretarla, se necesitan muy buenos actores, que puedan llegar a esas zonas
que requiere el texto y a la complejidad de los personajes”, comentó Claudia
Ríos.
La
directora del montaje dijo ayer que eligió la adaptación de Zaragoza de 1636,
porque es la que solía representarse, a diferencia de la versión de Madrid de
1640, que es más para ser leída. “Al ser el libreto que se representaba, es más
salvaje, impulsivo y conectado con las emociones, menos reflexivo.
“De hecho, hicimos nuestra propia
versión, retomando cosas de ambas. Integramos muchos de los versos de la de
Madrid, incluso el gran monólogo ¿Qué es la vida?,
con el que cierra la segunda jornada, que la versión de Zaragoza no tenía, y
consideramos que es el minuto de oro del Siglo de Oro”, detalló en rueda de
prensa.
Aclara que en 2004 puso en escena esta misma
versión con otro reparto y concepto. “Fue la primera vez que se montó en
América, y ahora es la segunda. Es un hallazgo maravilloso”, añadió.
El argumento de La vida es sueño se
centra en el aspecto efímero y fugaz de la vida, y en el delgado límite que
existe entre lo real y lo ficticio. “El tema central es la libertad, los
derechos, el libre albedrío, la responsabilidad. El gran valor es saber que tal
vez estamos predestinados a que nos vaya mal por los vicios de nuestros padres
o la situación económica, pero que debemos sobreponernos al dolor, y ser
capaces de tomar buenas decisiones y perdonar”, agregó Ríos.
Sobre el reto de montar a un clásico, el
actor Arturo Beristain, que personifica al rey de Polonia, señaló que la
originalidad consiste en volver al origen. “El libre albedrío, el triunfo de la
razón sobre la banalidad del ser humano, son cosas que siguen presentes, pero
dichas con tal belleza, que el verso es lo que conmueve. El texto implica un
trabajo de concentración tanto de los actores como del público, lo cual lo
vuelve irrepetible”, indicó.
Para Fernando Huerta Zamacona, quien dio vida
a Segismundo, el prisionero que se descubre príncipe de Polonia, es importante
que el espectador escuche la belleza del español.
“Es nuestro idioma. Para mí es un honor
interpretarlo, por el aprendizaje que he obtenido. El tema central es la figura
del padre y la relación que los hijos valores tienen con él”, narró.
Claudia Ríos destacó que “no hay ningún tipo
de mobiliario, nada que entre y salga; es un espacio bellamente vacío para que
el público tenga la oportunidad de apreciar los versos, el texto de Calderón de
la Barca y el trabajo de los actores”.
Los actores que participan, además de los
mencionados, son Ichi Balmori, Marco A. García, Olaff Herrera y Cecilia Ramírez
Romo, de la CNT; y, como invitados: Abraham Lombrozo, David Lynn, Rodrigo Pérez
Estañol y Daniel Pérez Galicia.