• La conmemoración del centenario de la fundación del Partido Comunista Mexicano (PCM) es una gran oportunidad para reflexionar
Ciudad de México. La conmemoración del centenario
de la fundación del Partido Comunista Mexicano (PCM) es una gran oportunidad
para reflexionar acerca de los aciertos y errores, sobre todo ‘‘para cambiar la
actitud actual de la izquierda que nada más conoce las cimas, o aspira a llegar
a ellas, cuando para nosotros la militancia fue la entrega absoluta al ideal de
un futuro mejor para la humanidad y plantearse siemprela disposición a dar
parte del tiempo sin más remuneración que el servicio de los demás”, sostieneel
historiador Enrique Semo Calev (Bulgaria, 1930) en entrevista.
El 24 de noviembre se cumplen cien años del PCM, el
cual apareció ‘‘en un momento fundamental en la historia de la Revolución
Mexicana (1919). Desde entonces, el PCM y los comunistas han sido protagonistas
de las grandes luchas sociales de nuestro pueblo por el bienestar, la libertad,
la dignidad y la independencia nacional”, explica un llamamiento que con motivo
de la efeméride difunden quienes en algún momento formaron parte de esa
agrupación
La lucha de los chilenos
Doctor en historia económica por la Universidad
Humboldt de Berlín, Alemania, Semo Calev participó en los últimos años del
Partido Comunista Mexicano, el cual se disolvió el 18 de octubre de 1981, luego
de una muy activa participación ‘‘en las fuerzas democráticas, progresistas,
socialistas, comunistas y de izquierda, llegando al grado de autodisolverse
entregando incondicionalmente su registro y sus bienes a las nuevas
organizaciones”, añade el llamamiento.
Sin embargo, continúa el documento, ‘‘la
insurrección político electoral realizada por nuestro pueblo el primero de
julio de 2018 tiene una raíz roja y la decidida influencia socialista”.
Semo reitera que nunca fue un objetivo de los
militantes del partido llegar a ser diputados o senadores, ‘‘cuando hubo posibilidad
de ir al Congreso lo aprovechamos, pero nunca creímos que en las cámaras se
cambiaba la historia. La historia se cambia abajo, a través de la conciencia de
la gente, como los chilenos, que llevan casi 20 días de constantes huelgas pese
a los muertos, pese a los miles de presos, las personas se reúnen en grupos a
discutir la situación de su país. Ese es y fue el objetivo del PCM: quela gente
tomara conciencia política de la situación y comenzara aparticipar”.
El poder, añade el también economista, ‘‘es un afán
imaginario. Piensan: ‘si soy presidente tendré todo el poder’. Calma. El poder
es algo mucho más complejo. Las grandes empresas, los ricos, tienen su dinero,
gente que les sirve y medios de difusión. Nosotros, los de izquierda, tenemos
al pueblo. Por eso el trabajo principal es despertarlo, dejar que se organice y
discutir con ellos por dónde es el mejor camino”.
Sin importar las denominaciones, considera que
existe en México la posibilidad de fortalecer un movimiento fiel a ideales
comunistas, por ejemplo, ‘‘el EZLN es comunista, a pesar no ser un partido
político”; continúa: ‘‘pero estoy convencido de que el EZLN lo que busca es una
solución a los problemas en una sociedad del futuro, pasar del capitalismo a
una sociedad poscapitalista totalmente diferente, en eso radica su comunismo.
Existen otras fuerzas comunistas, marginales, por desgracia. No hay un gran y
único movimiento que defienda el ideal comunista, pero puede ser que suceda,
con otro nombre, eso es lo de menos. Al comunismo hoy día se le identifica con
un estado y una sociedad totalmente fracasada. La propaganda oficial sigue en
ese sentido porque tiene un miedo feroz al regreso de ese pensamiento, pero
éste puede regresar sin necesidad de llamarse así”.
Vivir de reminiscencias, del pasado, eso no
Como efeméride, refiere Semo, ‘‘es muy bonito recordar que hace 100 años
se fundó el Partido Comunista Mexicano, pero lo que pasó ya pasó, hay mucha
gente que fue parte del partido y sigue sintiéndose comunista. Pero son
reminiscencias, no podemos vivir de ello, hay que plantearnos los problemas del
presente como nos planteamos los problemas en el pasado: con entera entrega al
pueblo trabajador, tener en la mente los intereses de los trabajadores,
preguntarnos en cada situación qué hay de bueno con ellos, con los obreros, los
campesinos o los intelectuales, con el pueblo trabajador.
‘‘Hay muchas causas por las cuales luchar con una
actitud poscapitalista, es decir, comprendiendo que esas causas no van a llegar
a su solución dentro del sistema capitalista. Ahí está la defensa del medio
ambiente porque las industrias no quieren cambiar su actitud, o el problema de
la crueldad contra las mujeres, la lucha por la igualdad entre los géneros es
una tarea que sólo quedará resuelta cuando también ellas se liberen de la
explotación.
‘‘El punto central es la desigualdad. ¿Cómo se
puede hablar del éxito de una economía cuando 50 por ciento de la población
está en la pobreza? ¿O cuando uno por ciento concentra casi la mitad del
ingreso del país? La desigualdad no está sólo en la economía, sino en todos los
ámbitos. Si un pobre y un rico se presentan ante un juez o en los servicios de
salud, no son iguales.
‘‘Luchar contra la desigualdad es luchar contra el
capitalismo. Entonces, a los jóvenes les decimos: si les parece raro hablar de
comunismo, no lo hagan, pero luchen por las causas contra la desigualdad. ¿Qué
hacer para que las causas de aquí y allá se unan en un gran movimiento? Ese es
el trabajo que no están cumpliendo los dirigentes de los partidos de izquierda,
no están haciendo lo suficiente para explicar que el movimiento feminista es lo
mismo que el movimiento sindical, o que la defensa del medio ambiente es una
lucha por la igualdad también.
‘‘Nos hemos atrasado en hacer conciencia de que todo
está unido. Es la tarea del futuro, volver a crear una concepción que englobe
un todo, muy diferente a 1981. Ese es el gran papel que juegan hoy las ideas y
los historiadores, porque una idea que penetra en la gente se transforma en
fuerza, en una palanca que puede mover todo. Hay qué pensar cómo ligar todas
esas ideas y movimientos diferentes en un solo caudal.”
Puede llegarse muy lejos o quedarse a medio
camino
Semo Calev afirma que en México ‘‘el año pasado
hubo una insurgencia electoral inesperada, primera vez que 53 por ciento de la
gente se declaró a favor de un cambio”.
–¿Tenemos un gobierno deizquierda?
–Es un gobierno progresista, que está intentando
hacer cambios en las cosas que importan: acabarcon las desigualdades
combatiendo la pobreza y la corrupción, que era un sistema por encima del
Estado y trabajaba mejor que el Estado en muchos aspectos. Ahora el diálogo se
ha restablecido, el pueblo no tenía a quién dirigirse, ahora vemos al
Presidente recorrer el país.
‘‘Estamos en el principio. ¿Hasta dónde va a llegar
el cambio? No sabemos. No hay seguridad de ningún tipo. Se puede llegar muy
lejos o quedarse a medio camino. Depende de que la gente participe, porque sin
ello, existen otras fuerzas, muy poderosas, interesadas en que este ensayo fracase.
Por ejemplo, tenemos en el norte un vecino que amenaza con invadir.
‘‘Hay que comprender que el cambio va a costar
trabajos y sacrificios porque hay enemigos muy poderosos a los que en algún
tiempo Andrés Manuel López Obrador llamó ‘la mafia del poder’, la cual no ha
sido tocada, ahí están, acechando, quieren regresar. Si no se es cuidadoso, el
cambio se puede desvanecer”, concluye historiador, quien participará los días
19, 20 y 21 de noviembre en mesas redondas a propósito del centenario del PCM
que se efectuarán en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional
Autónoma de México.