• Evo El Mesías
Tal vez tuvo razón el
presidente cuando dentro de los 5 casos más difíciles que afectaron su primer
año de gobierno hizo alusión al asilo concedido a Evo Morales. “Creo que fue
una decisión oportuna, apegada a nuestra política exterior”, aventuró Andrés
Manuel López Obrador.
Y digo que tal vez tuvo razón
porque ese tipo del que hoy hablo, desde el momento mismo en que,
(incluso con pleno conocimiento de causa) decidió violar su propia
Constitución para reelegirse, no es una perita en dulce. Y seguramente esa
la preocupación del mandatario mexicano.
En efecto, con casi 14 años en
el poder, --más los que vendrían si lo hubieran dejado, que era su insana
intención--, ahora es visto como un dictador, como un tirano. Por tanto, es
responsable y culpable directo de lo que hoy está ocurriendo en su país.
¿Por qué? Simplemente porque
él debió haberse retirado al cumplir su primer mandato constitucional y con
ello, acatar lo dispuesto en la Constitución Política de la República de
Bolivia que en su artículo 87 expresa: “El período del Presidente y
Vicepresidente Constitucional de la República será de cuatro años
improrrogables”. Y en esta parte el mismo documento aclara: “Ninguno de ellos
podrá ser reelegido sino pasados cuatro años de la terminación de su mandato
constitucional”. Punto.
Sin embargo, (y seguramente es
la preocupación de AMLO) con el paso del tiempo, ya con la enfermedad del poder
entre sus venas, Evo Morales optó por convertirse en totalitario y absolutista
sin importarle que su pueblo se hiciera pedazos entre sí.
Y ya para 2019, cuando todo el
poder se le deshizo entre sus manos, solicitó el auxilio, (no llegando a México
que quede claro) sino que México mandó por él con todos los gastos pagados por los
mexicanos. Para después convertirlo en El Mesías que salvará las almas
perdidas. Y erigirlo en El Redentor que fortalecerá la esperanza de México.
Y para corroborar lo anterior,
primero hay que recordar cuando en Ceremonia Especial en la Ciudad de México,
encabezada por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se declaró a Evo Morales
como "huésped distinguido". Y Segundo, las facultades que se le
otorgaron y se le están otorgando para que lleve a cabo sus coloquios de
sabiduría; y las facilidades que le están dando para que celebre sus pláticas
con gran auditorio, y realice sus conferencias de prensa. Así de simple.
Morales como se sabe, renunció
a la presidencia de Bolivia; y astutamente justificó su renuncia como una
decisión para evitar que continúe la violencia en el país tras tres semanas de
enfrentamientos entre sus partidarios y sus detractores que –según la prensa
internacional-- dejaron entonces al menos tres muertos y cientos de heridos,
acusándosele de ser responsable de elecciones fraudulentas.
Sin embargo, desde su país se
afirma que en sus conferencias que ha dictado en México, Evo Morales ha faltado
a la verdad y ha sido impreciso de manera reiterada, especialmente al
decir: “Hasta el día de mi renuncia no había ni un muerto”, “no hubo fraude,
fue un golpe cívico militar”, “propuse nuevas elecciones sin Evo”.
Otro dato es que se han
atrevido a afirmar que a las conferencias de Morales solo han acudido
periodistas “a modo”, toda vez que en las conferencias de prensa sus
declaraciones han sido recibidas sin cuestionamiento profundo alguno.
Vale decir que tras lo
ocurrido, el Gobierno boliviano de transición, no solamente reprochó sus
declaraciones, sino que presentó una protesta formal ante el Gobierno de
México por permitir al exmandatario -en calidad de asilado- emitir opiniones
que interfieren en la política de aquel Estado, donde por tanto señalan que:
“México debe hacer respetar el protocolo de refugiado con Evo Morales”.
Por su parte el candidato a la
presidencia de Bolivia por Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, señaló que el
exmandatario miente. Y tras eso ha cuestionado duramente: “¿Cómo es
posible que México, con una tradición histórica de asilo, le permita al señor
Morales declarar políticamente, hacer acusaciones, cuando uno de los elementos
fundamentales del asilo político es abstenerse de hacer declaraciones?”.
Y mientras esto ocurre, el
gobierno y la Fiscalía General del Estado de Bolivia anunciaron por separado que
activaron juicios contra el expresidente Evo Morales. Y en su caso el ejecutivo
informó que inició un proceso judicial contra el exmandatario asilado en México
acusándolo de sedición y terrorismo.
"Estamos pidiendo la
máxima pena", afirmó el ministro interino de Gobierno, Arturo Murillo,
quien añadió que también se presentó una demanda contra Juan Ramón Quintana,
uno de los principales miembros del gabinete de Morales, añadiendo que "La
próxima semana vamos a presentar una demanda internacional. La presentaremos
por crímenes de lesa humanidad (...) esto no puede quedar así, tiene que haber
un precedente en el país y en el mundo, no puede ser posible que un
expresidente que decía amar a su pueblo le haga eso a su gente", declaró
el ministro Murillo. Posteriormente, el gobierno interino anunció que
presentará una denuncia internacional en contra de Morales por “crímenes de
lesa humanidad”, al acusarle de organizar desde su asilo en México bloqueos
para impedir que llegue alimento a varias ciudades bolivianas.
En base a lo anterior hay que
hacer énfasis en que la Ley Sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo
Político, (mexicana), en su Artículo 27, especifica que “No será
reconocida la condición de refugiado al extranjero respecto del cual, una vez
analizada su solicitud, existan motivos fundados para considerar que se
encuentra en alguno de los supuestos siguientes: I. Que ha cometido un delito
contra la paz, el crimen de genocidio, crímenes de lesa humanidad o crímenes de
guerra, de los definidos en los instrumentos internacionales ratificados por el
Estado Mexicano; II. Que ha cometido fuera del territorio nacional un delito
calificado como grave, antes de su internación al mismo, o, III. Que ha
cometido actos contrarios a las finalidades y a los principios de las Naciones
Unidas.
Reitero para concluir.
Seguramente a eso se debe la preocupación de Andrés Manuel López Obrador, quien
antes de quedar bien con un tipo como este, debe quedar bien con el pueblo de
Bolivia.
Cuestión de tiempo.