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Hoy es jueves, 21 de noviembre de 2024

En privado

• Evo El Mesías


Tal vez tuvo razón el presidente cuando dentro de los 5 casos más difíciles que afectaron su primer año de gobierno hizo alusión al asilo concedido a Evo Morales. “Creo que fue una decisión oportuna, apegada a nuestra política exterior”, aventuró Andrés Manuel López Obrador.

 

Y digo que tal vez tuvo razón porque ese tipo del que hoy hablo, desde el momento mismo en que,  (incluso con pleno conocimiento de causa) decidió violar su propia Constitución para reelegirse, no es una perita en dulce. Y seguramente esa  la preocupación del mandatario mexicano.

 

En efecto, con casi 14 años en el poder, --más los que vendrían si lo hubieran dejado, que era su insana intención--, ahora es visto como un dictador, como un tirano. Por tanto, es responsable y culpable directo de lo que hoy está ocurriendo en su país.

 

¿Por qué? Simplemente porque él debió haberse retirado al cumplir su primer mandato constitucional y con ello, acatar lo dispuesto en la Constitución Política de la República de Bolivia que en su artículo  87 expresa: “El período del Presidente y Vicepresidente Constitucional de la República será de cuatro años improrrogables”. Y en esta parte el mismo documento aclara: “Ninguno de ellos podrá ser reelegido sino pasados cuatro años de la terminación de su mandato constitucional”. Punto.

 

Sin embargo, (y seguramente es la preocupación de AMLO) con el paso del tiempo, ya con la enfermedad del poder entre sus venas, Evo Morales optó por convertirse en totalitario y absolutista sin importarle que su pueblo se hiciera pedazos entre sí.

 

Y ya para 2019, cuando todo el poder se le deshizo entre sus manos, solicitó el auxilio, (no llegando a México que quede claro) sino que México mandó por él con todos los gastos pagados por los mexicanos. Para después convertirlo en El Mesías que salvará las almas perdidas. Y erigirlo en El Redentor que fortalecerá la esperanza de México.

 

Y para corroborar lo anterior, primero hay que recordar cuando en Ceremonia Especial en la Ciudad de México, encabezada por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se declaró a Evo Morales como "huésped distinguido". Y Segundo, las facultades que se le otorgaron y se le están otorgando para que lleve a cabo sus coloquios de sabiduría; y las facilidades que le están dando para que celebre sus pláticas con gran auditorio, y realice sus conferencias de prensa. Así de simple.

 

Morales como se sabe, renunció a la presidencia de Bolivia; y astutamente justificó su renuncia como una decisión para evitar que continúe la violencia en el país tras tres semanas de enfrentamientos entre sus partidarios y sus detractores que –según la prensa internacional-- dejaron entonces al menos tres muertos y cientos de heridos, acusándosele de ser responsable de elecciones fraudulentas.

 

Sin embargo, desde su país se afirma que en sus conferencias que ha dictado en México, Evo Morales ha faltado a la verdad y ha sido impreciso de manera  reiterada, especialmente al decir: “Hasta el día de mi renuncia no había ni un muerto”, “no hubo fraude, fue un golpe cívico militar”, “propuse nuevas elecciones sin Evo”.

 

Otro dato es que  se han atrevido a afirmar que a las conferencias de Morales solo han acudido periodistas “a modo”, toda vez que en las conferencias de prensa sus declaraciones han sido recibidas sin cuestionamiento profundo alguno.

 

 Vale decir que tras lo ocurrido, el Gobierno boliviano de transición, no solamente reprochó sus declaraciones, sino que presentó  una protesta formal ante el Gobierno de México por permitir al exmandatario -en calidad de asilado- emitir opiniones que interfieren en la política de aquel Estado, donde por tanto señalan que: “México debe hacer respetar el protocolo de refugiado con Evo Morales”.

 

Por su parte el candidato a la presidencia de Bolivia por Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, señaló que el exmandatario miente. Y tras eso ha cuestionado duramente:  “¿Cómo es posible que México, con una tradición histórica de asilo, le permita al señor Morales declarar políticamente, hacer acusaciones, cuando uno de los elementos fundamentales del asilo político es abstenerse de hacer declaraciones?”.

 

Y mientras esto ocurre, el gobierno y la Fiscalía General del Estado de Bolivia anunciaron por separado que activaron juicios contra el expresidente Evo Morales. Y en su caso el ejecutivo informó que inició un proceso judicial contra el exmandatario asilado en México acusándolo de sedición y terrorismo.

 

"Estamos pidiendo la máxima pena", afirmó el ministro interino de Gobierno, Arturo Murillo, quien añadió que también se presentó una demanda contra Juan Ramón Quintana, uno de los principales miembros del gabinete de Morales, añadiendo que "La próxima semana vamos a presentar una demanda internacional. La presentaremos por crímenes de lesa humanidad (...) esto no puede quedar así, tiene que haber un precedente en el país y en el mundo, no puede ser posible que un expresidente que decía amar a su pueblo le haga eso a su gente", declaró el ministro Murillo. Posteriormente, el gobierno interino anunció que presentará una denuncia internacional en contra de Morales por “crímenes de lesa humanidad”, al acusarle de organizar desde su asilo en México bloqueos para impedir que llegue alimento a varias ciudades bolivianas.

 

En base a lo anterior hay que hacer énfasis en que la Ley Sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, (mexicana),  en su Artículo 27, especifica que “No será reconocida la condición de refugiado al extranjero respecto del cual, una vez analizada su solicitud, existan motivos fundados para considerar que se encuentra en alguno de los supuestos siguientes: I. Que ha cometido un delito contra la paz, el crimen de genocidio, crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra, de los definidos en los instrumentos internacionales ratificados por el Estado Mexicano; II. Que ha cometido fuera del territorio nacional un delito calificado como grave, antes de su internación al mismo, o, III. Que ha cometido actos contrarios a las finalidades y a los principios de las Naciones Unidas.

 

Reitero para concluir. Seguramente a eso se debe la preocupación de Andrés Manuel López Obrador, quien antes de quedar bien con un tipo como este, debe quedar bien con el pueblo de Bolivia.                                                   

 

Cuestión de tiempo.