• 'Agua de Lourdes: ser mujer en México' es un híbrido literario -combina testimonios con ficción- a fin de recalcar que a las mujeres las están matando
Ciudad de México. - La violencia de género y
la impunidad son dos problemas graves que aquejan a la sociedad nacional; los
episodios de acoso cotidiano en ámbitos laborales y familiares, hasta los casos
de trata de personas y feminicidios alcanzan niveles alarmantes. Ante ese
panorama, los recursos literarios también se suman al llamado urgente para
responder con un ¡Ya basta!
Así presentó Karen Villeda (Tlaxcala, 1985)
su más reciente obra Agua de
Lourdes: ser mujer en México, testimonio en el que realiza una
disección de la violencia, mediante la poesía, el ensayo, la fuente
periodística, la estadística y el comentario en redes sociales, que sufren
algunas mujeres desde las perspectivas social y familiar.
Al acto efectuado la noche de este jueves en
la librería de La Jornada(avenida
Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac) también acudieron la periodista
Daniela Rea y la editora de la publicación, Paola Morán, quien explicó:
“Es difícil hablar de un ejemplar cuyo tema
duele, pero que al mismo tiempo es entrañable y es indispensable seguir
abordando. Karen llegó con una idea testimonial y lo único que le pedimos fue
desarrollarla para tener un contexto más general en el que las mujeres se
sintieran identificadas.
“El resultado –añadió– fue un híbrido
literario que nos permite conocer mejor la desigualdad de género y la cultura
de la impunidad que la acompaña. El texto tiene varias pausas para que los
lectores puedan dosificar la realidad tan abrumadora.”
Agua de Lourdes: ser mujer en México, publicada por Turner Noema, narra seis
casos entre los que figuran la tía de la autora, así como Karen Grodzinski,
vinculada en la red sexual Zona Divas, y Karen Joana, presuntamente asesinada
por un amigo. La combinación de testimonios con memorias utiliza mecanismos de
ficción a fin de recalcar un mensaje: “a las mujeres las están matando en
México”.
“No sólo es un libro de feminicidios pues
abarca violencia intrafamiliar, trata de personas o acoso cibernético,
ambientados en diferentes regiones del país y no sólo en Tlaxcala. Sale de los epicentros
que son Ciudad Juárez y el estado de México”, acotó Daniela Rea.
Para la periodista independiente un elemento
asombroso y escalofriante fue el hecho de que la autora incluyera la historia
de su tía, quien en la vida real aparentemente se suicidó, pero por fines
literarios, es víctima de homicidio.
Al respecto, Karen Villeda refirió: “Ella
tenía el mismo nombre que yo (…) en Tlaxcala tuve ciertos privilegios;
prácticamente crecí en una burbuja que se rompió en la Ciudad de México.
"Entonces laboré en una Organización No
Gubernamental y me pidieron escribir sobre la trata de personas en mi ciudad
natal. El primer recuerdo que vino a mi mente es el de una chica que fue
raptada por un conductor y poco después obligada a prostituirse.
“Eso detonó la idea inicial de este proyecto,
porque después me di cuenta de que en otros estados de la República el patrón
se repite: las mujeres son violentadas. Así que hablé con varias amigas al
respecto y después con mis familiares.”
Villeda relató que, aunque nunca conoció a su
tía, debido a que falleció cuando ésta tenía sólo tres meses de nacida, fue
blanco de afectos perdidos y lazos rotos.
“Crecí con el nombre de alguien que mis
familiares creían que se había suicidado. Entonces fui más allá de la
remembranza y me di cuenta de que quizá millones de Karens también sufrieron de
diferentes formas.”
Uno de los apartados más preponderantes en Agua de Lourdes… es
el papel que desempeñan los feminicidas y las dependencias o funcionarios que
proporcionan cifras inconsistentes con respecto a esos crímenes.
“En 2003 sólo cuatro municipios de Tlaxcala
eran identificados como foco rojo de trata de personas. Dieciseis años después
por lo menos 40 –de 60 ayuntamientos en total– están vinculados a ese comercio
ilegal. Es lamentable que incluso los códigos de rapto han cambiado, pues los
delincuentes ahora recluyen a niñas y jovencitas.
“Incluso los medios de comunicación son tan
oficialistas en la región que ignoran el tema. Me da tristeza saber que los
niños quieren ser padrotes y las niñas putas. Ni que decir de las autoridades
que no atienden a las víctimas de violencia hasta que están casi muertas.
“Mediante estas micro violencias me propuse
fomentar un cambio o al menos una disyuntiva en los lectores, para que incluso
los hombres confronten sus conductas, rediman sus culpas y fomenten la
equidad.”