Ciudad de México. A unos días de cumplirse el primer año de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que en ese periodo ha enfrentado cinco momentos difíciles: la explosión en una toma clandestina de combustible en Tlahuelilpan, Hidalgo, la crisis arancelaria, el enfrentamiento en Culiacán, Sinaloa, la matanza de la familia LeBarón y el asilo a Evo Morales.

Pero dijo que todos los casos  fueron atendidos de manera oportuna y son más los episodios positivos.

Adelantó que el próximo domingo, cuando se cumple el primer aniversario de su gestnión, anunciará que sólo requerirá un año más para que se consoliden las bases de la transformación que busca.

Tras señalar qué hay confianza en la población de que se concretará una transformación, López Obrador hizo un breve diagnóstico de la forma en que percibe al país y su administración. Afirmó que las encuestas muestran confianza en materia económica, ya que la población habla de que le va a ir mejor en el futuro.

“Estoy optimista, y sostengo mi optimismo en lo que percibo, en lo que recojo de la gente, hay muchas esperanzas en el pueblo, no se han perdido las esperanzas, no hay decepción”, indicó el presidente este miércoles en su conferencia de prensa.

En su primer año de gobierno, dijo, el primer momento difícil y el “más doloroso, que más me pegó en lo íntimo, fue lo de la explosión en (Tlahuelilpan) Hidalgo, donde perdieron la vida 137 personas”.

Además, colocó en esta lista el choque con Estados Unidos, “con la amenaza unilateral de imponer aranceles, que fue un momento complicado, pero afortunadamente salimos bien. Y esto ayudó a la estabilidad económica del país”. En este tema, dijo que se junta el tema migratorio y las acciones que implementó el gobierno federal.

 El tercero “fue la guerra que se desató en (Culiacán) Sinaloa, una guerra breve, yo creo que es la guerra más breve en la historia, una de cuatro horas. Fue también complicado porque tomamos decisiones en circunstancias difíciles, pero consideramos que fue lo adecuado, que se actuó bien. Algunos pensaron de otra manera y los respetamos a quienes piensan distinto, pero lo más importante es cuidar la vida, si no hubiéramos actuado hubiera habido muchos muertos”.

Como cuarto tema complicado está la tragedia de la familia LeBarón, con el asesinato de tres mujeres y seis niños en los límites de Sonora y Chihuahua, tema en el que, agregó el presidente, “estamos actuando para esclarecer los hechos para que haya justicia”.

El quinto momento crítico fue el ofrecimiento de asilo al derrocado presidente de Bolivia Evo Morales, por las reacciones que se generaron, pero fue una decisión oportuna, dijo López Obrador.

 Reconoció que como asignatura pendiente se encuentra el problema de la inseguridad y la violencia, ya que, dijo, se dejó crecer mucho, fue equivocada la estrategia que se aplicó, y fue un error e incluso un crimen haber declarado la guerra al narcotráfico.

 “Es muy importante que cuando llegamos ya estaban las bandas, no surgieron a partir del 1 de diciembre del año pasado, y a veces se olvida eso”, agregó.

 Por el lado positivo, explicó que se han hecho reformas a la Constitución y se puede hablar de una nueva Constitución, ya hay un nuevo marco legal.

 Indicó qué hay muchos avances en lo que tiene que ver con el combate a la corrupción, “a la austeridad, no permitir los privilegios, ni de particulares ni de servidores públicos”, la eliminación del fuero y la reforma educativa, la nueva ley de salud para el bienestar, elevar a rango constitucional el derecho a la salud, a la pensión a los adultos mayores, a niñas y niños con discapacidad, y el derecho a que estudiantes pobres puedan recibir una beca.

 Puntualizó que en éstos dos últimos temas se propone que quede asentado en la Constitución que nunca se apruebe un presupuesto menor a lo anteriormente asignado a estos derechos.

 Apuntó que ahora “ya no hay ese mal humor social, no existe, hacen sus pucheros, se enojan, son gruñones algunos pero por otras razones”, pero en general, aseguró que la gente está contenta.