• Se agudiza lucha interna entre Guillermo Guzmán Cota y José María Avilés Castro por la dirigencia estatal de Morena • La nueva dirigencia morenista tendrá la responsabilidad de nombrar candidaturas para el proceso del 2021 • Conmemoró el Congreso del Estado 45 aniversario de la conformación como Estado Libre y Soberano de Baja California Sur. Evento desairado por el superdelegado Víctor Castro
En los próximos días Morena
renovará su dirigencia estatal y finalmente concluirá el accidentado periodo
que encabezó Alberto Rentería Santana quien luego de que trascendió su contrato
laboral con Fertinal, simplemente se esfumó y no volvió a aparecer en
actividades públicas.
Los morenistas están sin líder
formal por lo que la renovación de esta dirigencia es definitivamente una
medida que causa mucha expectativa entre los militantes de este organismo
político.
Tienen que hacerlo bien pues
de ello deberá en gran medida su capacidad para competir en futuras contiendas
principalmente contra el PAN sus aliados.
Entre los principales
aspirantes a dirigir el futuro inmediato de este partido se encuentran
Guillermo Guzmán Cota y el actual regidor del cabildo de La Paz, José María
Avilés Castro.
Guzmán Cota cuenta con el
apoyo tácito de actores políticos como Leonel Vita, la alcaldesa de Los Cabos
Armida Castro, el munícipe paceño Rubén Muñoz, así como los diputados Ramiro
Ruiz, Carlos Van Wormer, y Héctor Ortega Pillado.
Por su parte Avilés Castro, es
impulsado principalmente por el superdelegado y aspirante a candidato a
gobernador Víctor Castro y sus colaboradores que conforman un grupo político en
el que se encuentran plenamente identificados los diputados Esteban Ojeda,
Homero González y la diputada Milena Quiroga.
Prácticamente los mismos que
perdieron toda influencia en las decisiones del poder legislativo estatal luego
de la serie de pugnas que hicieron ver muy mal a su jefe político Castro Cosío.
Lo trascendental de esta
decisión es que la conformación de la nueva dirigencia con sus respectivos
consejeros y secretarios, tendrá en sus manos la designación las candidaturas
para el proceso político electoral del 2021.
Ahí radica la importancia y
trascendencia de esta decisión que anuncia ya desde hace semanas una nueva
conformación entre los actores políticos morenistas que tendrán que requerir de
la habilidad política adecuada para evitar que esta lucha por la dirigencia
estatal no los deje más confrontados y divididos de lo que están hasta ahora.
Es trascendental y
estratégicamente adecuado que los morenistas no le abonen a la división que
puede aumentar la decepción ciudadana que avanza ante la incapacidad de los
alcaldes morenistas demostrada hasta ahora durante su recién cumplido primer
año de mandato.
Así que el próximo fin de
semana Morena estará a una nueva etapa de su vida política sudcaliforniana en
la que no contarán como en el 2018 con la fuerza y empuje electoral que
representó como candidato el ahora presidente de México Andrés Manuel López Obrador.
En gran medida los morenistas
tendrán que poner sobre su futuro el potencial político local para renovar su
dirigencia y construir una propuesta que pueda dar la batalla por los votos con
posibilidades reales de ganar.
La condición está ahora más difícil
para los morenistas.
El desgaste natural de un
gobierno federal que ahora castiga a la entidad con una propuesta de reducción
en el presupuesto de más dos mil millones de pesos para el próximo 2020 a lo
que se suma la decepción local de acciones como las del superdelegado Víctor
Castro que para variar no hizo acto de presencia en la conmemoración del 45
aniversario de la conformación de Baja California Sur como entidad federativa.
Como Estado Libre y Soberano de México.
Veremos quiénes quedan de pie
con la nueva estafeta de este organismo político que se enfrentarán
principalmente al PAN que dirige Carlos Rochín y que ya tiene de su parte para
ofrecer a la población, los buenos resultados obtenidos por el gobierno estatal
de Carlos Mendoza, emanado de este partido y que ha logrado colocar a la media
península entre las mejor gobernadas del país.
Nada sencilla la tarea de los
morenistas que definitivamente tendrán que reconvencer a una población que se
muestra cada día más escéptica ante la decepcionante actitud generada por
algunos de sus principales representantes.
Ya veremos qué sucede.