Lo derecho es lo decente
Muy buenos días estimable
lector gracias, muchas gracias por su confianza y continuar prefiriendo su
periódico El Independiente.
Inicio esta columna comentando
a Usted; La preservación del Estado de Derecho, es una de las aspiraciones más
sentidas de la sociedad mexicana; por ello es que nuestros gobiernos se tienen
que comprometer a seguir contribuyendo en la consolidación de la vida
democrática, en lograr la permanencia de la estabilidad política, preservar la
legalidad, convivir con el marco del respeto a las normas que aseguren la
convivencia armónica y pacífica, y combatir la impunidad que reclama la
sociedad.
El respeto a la Ley y su
estricta observancia corresponden a los diversos órganos y órdenes de gobierno.
Por ello es indispensable aclarar que: la preservación del Estado de Derecho es
corresponsabilidad de los poderes de gobierno, en su interacción con la
sociedad. En lo que se refiere al poder Judicial los gobiernos deben preguntar
porque consolide su autonomía; profundice en su reforma interna con la
participación que corresponda a nuestros legisladores, para erradicar
definitivamente prácticas de corrupción e impunidad, que a la vez permitan
mejorar la eficacia de la administración de justicia en México. Al respecto es
indispensable un diagnostico puntual para que este poder responda a los
requerimientos de la sociedad.
Actualmente es necesaria la
reforma del cuerpo normativo en la procuración de justicia; la revisión del
marco en que tienen lugar los procesos judiciales; la revisión de la actuación,
funciones, normas y operación de los órganos e instituciones de administración
de justicia. También es prioridad tener un control más estricto sobre el
personal y su desempeño, en la dictaminación de expedientes sobre procesos,
puesto que cada vez es más frecuente que la procuración y administración de
justicia no se realice, mientras que la frustración comunitaria crece, por el
incremento delictivo y la falta de respeto a los derechos individuales más
elementales.
Por otro lado el actual clima
de violencia delictiva obedece en buena parte al impacto del narcotráfico. Su
operación se desdobla en una cadena de acciones en el que cada eslabón corroe
el ámbito social en que se produce, su detonante crecimiento y la formación de
carteles que se pretenden repartir el Territorio Nacional y en supuestas regiones
donde operan con exclusividad y el alto nivel de organización y corrupción que
han adquirido lo hace ampliamente letal. El narcotráfico se ha convertido en un
factor desestabilizador de la Seguridad Nacional, por su capacidad erocionante
de la sociedad y de las instituciones públicas y no solamente de las
corporaciones encargadas de combatirlo. En México, hace tiempo dejo de ser un
País en el cual la droga transitaba hacia los Países de consumo. Ahora tenemos
que reconocer que en nuestro País el consumo ha encontrado adictos en sectores
frágiles, sobre todo en lo que más nos duele, como nuestra juventud e incluso
infantes.
Concluyo; la participación
ciudadana constituye un eje fundamental para el gobierno en la nueva concepción
de la Seguridad Publica. La prevención de las conductas delictivas requiere del
fortalecimiento de la formación ética de los miembros de nuestra sociedad. Los
gobiernos pugnaran por el fortalecimiento a través de la educación de la
enseñanza de valores éticos, cívicos y sociales desde los primeros niveles
escolares. Se trata de un reto legitimo a la amenaza grave para el Estado.