• La impunidad en el aumento de la energía eléctrica daña familias. Un costo excesivo que debe de acabar • En Trancapalanca el escritor, nos transporta al universo de lo inesperado y de vidas paralelas • Conversaciones con el diablo
Esta semana me llegó el recibo
de luz. Por poco llega a los siete mil pesos. En comparación al año pasado es
el doble. Y al mes anterior es el triple. Y una vez más me ocupó de comentar
este hachazo que recibo a la economía de mi familia. Y es esto a la vez la
calamidad de otras miles de familias en este hermoso estado. De esto me quejo
hoy. Y para abordar el tema diré que con el tiempo, más adelante pasando más
años, los que vivan, los que vivamos, valoraran, valoraremos la obra de don
Félix Agramont Cota.
A botepronto podemos decir
muchas cosas después de su deceso, pero ya en los anales de la historia, de la
que dicen es la maestra de la vida, se le dará su justa dimensión. Y digo esto,
porque le conocí bien, viví, ese tiempo en el que fue mandatario, donde aprecie
lo que sin duda fue su toque de clase, que le dio un prestigio y que le
permitió hacer cosas: el poder de la gestión. Por un lado y como complemento el
jalar con su gente.
El sumarse. El encabezar. El
pedir, el sugerir, el acomodar, el gestionar, el conseguir. Lo hizo y le
funciono. Tiempos buenos de su mandato que desembocaron en lo mucho que hoy
tenemos. Y si a veces renegamos y hasta lo publicamos, del empobrecimiento de
la sociedad, lo hacemos porque reconocemos que hemos perdido cosas, entre ellas
eso; gestión, Y viene al tema por lo desgraciado de nuestro destino, por la
crueldad, cinismo, abuso, inhumano de las tarifas de la Comisión Federal de
Electricidad, las que en lugar de bajar, aumentan considerablemente.
Y cuando hablamos de este tema
que nos debería de importar a todos, no lo hacemos con odio, con rencor, ni con
secretas intenciones, lo hacemos porque la CFE se ensaña con los
sudcalifornianos. Y lo hace más que con otras entidades, aquí nos castiga con diabólicos
parámetros y con razonamientos insulsos, de manera irresponsable. Pero lo que
pasa aquí es que este asunto hasta hoy no ha merecido la atención ni de la
sociedad en su conjunto, ni de las autoridades gubernamentales. A la gente nos
valen que nos cobren lo que nos cobren, no protestamos, y los gobiernos se
hacen de la vista gorda. Y eso es algo en lo que debemos de reflexionar. Por lo
pronto no nos queda más que pagar. O nos quedamos sin luz.
El mundo de Elmer. Es un texto
que hice sobre uno de los escritores de mayor prestigio en este país.
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En
Trancapalanca el escritor, nos transporta al universo de lo inesperado y de
vidas paralelas
Recién concluí la lectura de
todos los libros del escritor mexicano Elmer Mendoza Valenzuela. (Culiacán,
México, 1949)Una experiencia aleccionadora y tributo a uno de los escritores
más trascendentes de este país. Y al término estoy listo para quien me pregunté
¿Qué libro te llego más al corazón, de Elmer Mendoza?
Sin pensarlo y sin menoscabo
de toda la obra diré que Trancapalanga. (primera edición en Tusquets Editores,
colección andanzas México 3 de abril de 2013.)
Es un libro que dispara 23
balas de plata,en capítulos vivos,donde se cuenta la cotidianidad, las
emociones y ocurrencias en nuestros Pueblos.
Leer Trancapalanca es hacerlo
con lágrimas cuajadas, con la incertidumbre a flor de piel y la desesperación
por un desenlace en la historia en la que Elmer,con sus trazos magistrales
extiende como si estuviera seguro del sufrimiento que causaría en el lector. Y
le atinó.
Este libro que además del
contenido tiene un exquisito diseño con 100 páginas, es la demostración
fehaciente de que no se requieren temas rebuscados, ni abultados volúmenes para
enganchar al lector.
Es suficiente abordar al ras
del suelo lo que sucede en nuestras vidas paralelas.
Las micro historias de
Trancapalanca clavadas en Sinaloa, nuestro estado vecino y hermanado por el
mítico Golfo de California, son las nuestras.
El boxeador que da la vida, el
deportista que araña la fama. El protocolo de soñar un número de lotería y las
vicisitudes para adquirirlo. En este libro percibimos a un escritor espléndido
con el pobrerio que somos las grandes mayorías, que gozamos con lo sencillo y
nos extasiamos con lo que imaginamos, porque tenemos la certeza que tarde o
temprano lográremos lo que anhelamos.
El mundo que Elmer nos
comparte no solo en Trancapalanca, sino en todos sus libros es un hilo
transportador de la realidad de nuestros Pueblos.
Leerlo es absorber la magia
que consiste en que le creemos lo que narra.
Leamos Trancapalanca, cuando
llegamos al final nos queda esa sensación de haber sostenido conversaciones con
Dios y con el diablo. Creo que no hay un mexicano que no se identifique con
este libro.
Leamos porque leer es un
oficio fatal.
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Conversaciones
con el diablo
Las tendencias en salud, no me
favorecen. Veredicto de los especialistas de esta gran ciudad que tanto quiero:
Monterrey. Sin embargo, seguiré luchando, con todas mis fuerzas para ver la
otra orilla. Dios es mi apoyo. Y el cariño de mi gente. Gracias a mi familia
regia a Karen, su esposo el doctor José Manuel Martínez. A mis amigos Bernardo
y Josefina y Mimi. Y Adria. Y a Ely mi esposa que es mi respaldo principal. Las
manos de mi gran señor me guiarán. Mil gracias a todos por sus mensajes y
llamadas..
Francisco Javier Osuna Frías
nos dijo ayer que en su viaje la Ciudad de México .tuvo la gran oportunidad
reunirme con la diputada federal Mari Carmen Bernal Martínez presidenta de la
comisión de seguridad social Quién ha estado presentando la iniciativa de
reforma de umas a salarios mínimos le entregué la documentación y una
explicación técnica jurídica de las afectaciones de los compañeros jubilados y
activos en la edad del décimo transitorio el formato del régimen de pensión por
inconsistencias jurídicas y sobre las sumas inmediatamente mi turno con los
asesores jurídicos de la comisión donde me atendieron Por espacio de dos horas
y mañana estaré a las 10:00 para continuar con este trabajo. “Bien por este
aguerrido y eficiente líder sindical...Y con esto nos despedimos. No olviden;
hagan el bien y sean felices