• Inaugurada en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo se exhiben bocetos o modelos de para los 14 de los 20 murales que hizo en México, EU y París
Ciudad
de México. La muestra En apariencia otro México. Bocetos para murales de Rufino Tamayo ofrece un breve recuento de la
propuesta del pintor oaxaqueño en el ámbito del muralismo, al cual amplia,
moderniza y reafirma su carácter internacional.
Inaugurada
la noche de este martes en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, en la sala
dedicada al artista, reúne bocetos o modelos para 14 de los 20 murales que el
maestro hizo no sólo en México, sino también en Estados Unidos y Europa, en
París, de forma específica.
Es
una “exposición de gabinete”, pequeña, inédita y única, porque reúne piezas del
acervo del museo y de diferentes colecciones privadas. En ella se da cuenta de
las contundentes declaraciones de principios de Tamayo que rompieron con los
cánones del gran trío de sus antecesores, explicó su curador, Juan Carlos
Pereda.
“Diego
Rivera, Orozco, Siquieros y toda una generación de seguidores le dieron una
identidad a México. Contaron nuevamente la historia, vieron los logros de la
Revolución, retrataron la espiritualidad y la potencialidad del país de una
manera decodificada de acuerdo a la política y la historia, explicó el
especialista durante un recorrido.
“Tamayo
pensaba que el arte no tendría que ser un vehículo ni de la historia ni de la
política, sino que debería tener un lenguaje esencialmente poético, y eso fue
lo aportó al muralismo mexicano”.
Según
el especialista, el pintor oaxaqueño (1899-1991) repensó la pintura mural y
creó un muralismo totalmente distinto, además de renovarlo y liberarlo de ser
una pintura ex profesamente realizada para un edificio.
El
suyo, agregó, es un muralismo simbólico, poético, atemporal que no narra ni
describe nada, sino que más bien quiere significar.
La
exposición está integrada por dibujos, bocetos y gouchés de los murales que
Tamayo realizó lo mismo para el Palacio de Bellas Artes que para el Museo
Nacional de Antropología, así como para un hospital de Queens, Nueva York, y la
sede de la Unesco en París, entre otros.
Estas
obras son acompañadas por un breve apartado documental compuesto por un video
en el que se aprecia al artista durante su trabajo y fotografías (una de ellas
de su esposa, Olga, modelando), así como material hemerográfico.